¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra ______(g!p)
–¿Soy tía?–cuestionó Dua emocionada, asentí riendo–¡Entonces brindemos por eso!–gritó levantando su trago
Cité a Dua en un bar por que necesitaba contarle todo lo que pasó, pero sobretodo necesitaba un poco de alcohol para asimilarlo
–¿Cuándo conoceré a mi sobrina?–me tomó de los hombros moviéndome de un lado a otro
–Espero que pronto–respondí deteniendola–Mi hija es tan linda, me enamoré de ella con tan solo verla–suspiré sonriendo–A penas la vi mi mente pensó...¡No se quien eres pequeña pero desde ahora me tienes a tus pies!–exclamé eufórica
–¡Soy tía por un demonio!–golpeó mi hombro repetidas veces, sin duda ella parece muy emocionada y eso me alegra
[...]
–Oye eso es mío–reclamé fingiendo cara de tristeza
Estaba con mi hija en el departamento de Gal, había llegado hace unas horas para visitarla y ver como estaba, entonces quiso jugar y aquí me tiene rodeada de muchos juguetes. Convivo más con ella y vengo casi diario
Amelia se puso de pie con algo de dificultad y puso la muñeca en mi mano dándome un beso el la mejilla. Reí tomándola por sorpresa y comenzando hacerle cosquillas, ella empezó a reír moviéndose
–Es hora de la cena–anunció Gal saliendo de la cocina y viéndonos con una gran sonrisa
–Vamos a recoger esto y después debemos lavarnos las manitas–le dije a Rose
–Si–respondió ella asintiendo y recogiendo las cosas
Cuando terminamos la cargué y me dirigí al baño lavando sus manos. Regresé y la acomodé en su silla colocando el seguro para que no se cayera
–De acuerdo cariño debo irme–le dije a mi hija besando su frente para después tomar el saco de mi traje
–Quédate–interrumpió Gal mirándome–Me refiero...a que ¿Por qué no te quedas a cenar? Preparé suficiente comida para las tres
–No quisiera incomodarte Gal–respondí haciendo una mueca
–Nunca lo harías–negó sonriendo–Vamos ______ quedate–mordí mi labio nerviosa, pero al final accedí
La ayudé a servir la comida y poner los platos en la mesa, después nos sentamos mientras yo le deba de comer a Amelia evitando que se ensuciara toda
–¿Y cómo te fue en la universidad?–le pregunté iniciando la conversación
Estuvimos platicando como en los viejos tiempos, solo éramos nosotras tres compartiendo el momento, riendo y comentando lo que hicimos en el día. Se sentía absolutamente genial