Tras la muerte de la gran Berenice Beaumont la diseñadora de modas más conocida en Paris. Su esposo toma la gran decisión de irse al pueblo natal de su amada. ¿Saldrá todo bien? Avonlea allí voy...
Está totalmente prohibido copiar este fanfic
Gilber...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Finalmente llegó. ¡Hoy es el día! Mi cumpleaños número 15 por fin había llegado. Estaba tan emocionada porque me iban a hacer una fiesta. Voy a invitar a todas las chicas aunque mi abuela se encarga de las invitaciones. Tengo un precioso vestido dorado para la ocasión, fue uno de los que mi madre me hizo. Me había dicho que le gustaría que me lo pusiera para mis quince. Cuánto te extraño madre.
Hoy iría a la escuela cómo un día normal. Hace tres meses que Gilbert se fue y de verdad lo extraño mucho, todo es absolutamente diferente sin el. Después de estar lista bajé las escaleras para encontrarme con mi abuela quien había hecho mi desayuno favorito. —¡Waffles con fresa!—Dije mientras abrazaba a mi amada abuela.
—Feliz cumpleaños mi amor—Dijo mientras me abrazaba y me pasaba un regalo. —Gracias abuela—Dije emocionada mientras empezaba a abrir el regalo. No puede ser...
—Era la canasta de tu madre cuando iba a la escuela, pensé que sería sensato que tú la llevaras de ahora en adelante—Dijo mi abuela mientras lágrimas empezaban a salir de mis ojos. —Es el regalo perfecto abuela, ¡Muchísimas gracias!—Le dije mientras la besaba.—¿Sabes algo de papá?—Le pregunté esperanzada.
—No creo que pueda venir, lo siento Ade—Dijo mi abuela lamentándose. —Aparte de ser el primer cumpleaños sin mamá también será sin papá, qué genial—Dije mientras comía tristemente mi desayuno.
—Invité a los Barry, Cuthbert, Andrews y más familias a la fiesta—Dijo mi abuela cambiando de tema. —Gracias— dije sin ánimo. Cuánto desearía que Cassian estuviera aquí, el me haría despejarme de todo.
*toc toc* Escuché la puerta, mi abuela me miró esperando a que me levantara. Cuando abrí la puerta me llevé la sorpresa más grande del mundo. —¡Feliz cumpleaños!—Escuché mientras me echaba a llorar. Eran ellos.
—Felicidades ma princesse—Dijo mi padre mientras me abrazaba y me entregaba un regalo. —De verdad creíste que me perdería esta maravillosa fiesta ma chèrie?—Preguntó Cassian mientras corrí hacia sus brazos y lloraba.
—Te he extrañado mucho—Dije en sollozos mientras me separaba.—Y pensé que tú no vendrías padre—Dije. —¿Cómo me voy a perder el cumpleaños número 15 de ma princesse?—Dijo fingiendo estar dolido haciéndome reír.
—Que lindo todo pero nuestra querida cumpleañera tiene que ir a la escuela—Dijo mi abuela regañándolos. —Oh abuela, déjame destapar sus regalos—Le supliqué. —Está bien—Dijo a lo que me emocioné—Pero date prisa para no llegar tarde—Dijo regañándome.
Me senté en el sofá y empecé con el regalo de mi padre. Era un poco pesado y tenía mucha curiosidad. Eran todo tipo de telas que pudieras imaginar, era cómo un sueño para mí. —Gracias padre—Dije mientras me abalanzaba sobre el. —No hay de qué—Dijo mi padre riéndose. —Ahora va el mío—Dijo Cassian mientras me miraba con diversión