Tras la muerte de la gran Berenice Beaumont la diseñadora de modas más conocida en Paris. Su esposo toma la gran decisión de irse al pueblo natal de su amada. ¿Saldrá todo bien? Avonlea allí voy...
Está totalmente prohibido copiar este fanfic
Gilber...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba caminando con mi abuela de camino a casa de un amigo de ella que recién llegó de un viaje y está delicado.
—Entonces—Dije divagando—¿Quién es este amigo y por qué no me has dicho su nombre?—Pregunté con curiosidad. —Adelaide, puedes esperar a llegar y preguntarle tú mismo al señor—Dijo mi abuela un tanto cansada mis preguntas.
Asentí caminando en silencio, no sabía que preguntarle o de qué tema hablar hasta que se me ocurrió...
—¿Cuando se irá papá?—Pregunté —No sé, creo que tal vez la semana que viene—dijo a lo cual asentí. Volvimos a quedar en silencio
—Extraño a mamá—Dije sin ver a mi abuela a la cara —Yo también la extraño cariño—Dijo mi abuela mientras me abrazaba de lado.
Pudimos ver como la casa de su amigo se hacía ver y cuando llegamos mi abuela tocó la puerta. De todas las personas tenía que ser el ¿En serio?
El joven pelinegro abrió la puerta y cuando me miró quedó sorprendido al verme fuera de su casa, obvio quién no.
—¡Gilbert!—Dijo mi abuela mientras lo abrazaba—¿Cómo estás jovencito? —Le preguntó mi abuela sonriendo.
—Muy bien señora Inés—Dijo mientras miraba de reojo a la rubia al lado de esta.
—Oh déjame presentarte —Dijo mientras me ponía de su lado— Ella es mi nieta A—la interrumpí —Creo que puedo sola abuela —Dije mirándola con incomodidad, este chico me caía mal, no quería llevarme bien con el.
—Oh si—Dijo mi abuela sin importancia —Vine a ver a Jhon y a ayudarte cariño—Dijo mi abuela esperando una señal de aprobación.
—Claro claro, papá estará muy contento—Dijo Gilbert mientras las dejaba pasar. Era una casa muy bonita y acogedora, me encaminé con mi abuela para conocer a su famoso "amigo".
—¡Jhon!—Dijo mi abuela mientras abrazaba a un señor que estaba recostado en una cama. —¡Inés! —Dijo emocionado—Ni cuánto tiempo —dijo mientras desviaba su mirada hacia mi —Oh pero ¿Y quién es esta jovencita?—Dijo Jhon con curiosidad.
—Es mi nieta Jhon—Dijo mi abuela recordando que dije lo de presentarme a mi misma. —Hola, es un placer soy Adelaide —Dije en un tono amable. —La famosa Adelaide, oh Gilbert te recuerdas cuando te decía que Inés y yo queríamos que ustedes se casaran? ¡Que buenos tiempos!—Dijo el señor haciendo que mi abuela se riera, pero me removí incómoda y vi que el chico hizo lo mismo.
—¿Nos permiten unos momentos para ponernos al día?—Preguntó mi abuela. —Claro—dije yo saliendo de la habitación. Me dirigí afuera de la casa y me senté en una silla mientras admiraba el paisaje.
Todo era muy diferente a Paris, esto generaba paz y es algo que me hacía sentir en casa, con mi mamá...
—Mmm...—escuché a alguien decir a mi lado, voltee la cara y vi que era el pelinegro. —¿Me puedo sentar con usted?—Preguntó