¿Es mi culpa? (17)

143 9 9
                                    

(Amor y armonía por todo el mundo,mi gente)



















Abigail.

Estamos frente de una gran vitrina.

—Mira ese pez—señala a un pez globo.

—Parece como si fuera un pez sabio ¿te imaginas que los animales hablaran?—pregunto.

Ella suelta una pequeña risa.

—Si,me lo imagino—responde.

Pasamos un rato más en el acuario.Deleitandonos con las hermosas vistas.

Cuando salimos sentimos la frisa fresca de la noche.

—Pensé que te tendria que sacar arrastrada—le digo con gracia.

Me mira apenada.

—Perdon—

Me acerco a ella y la abrazo con cuidado.

—No te disculpes,te divertiste,y yo te traje para eso—dejo un beso en su frente.

Asiente.

Le tomo de la mano haciendo que empecemos a caminar por la arena,ya que el acuario está ubicado al frente de una playa.

Sentimos la brisa fresca y veo cómo ella se encoge un poco.

—¿Tienes frío?—le pregunto.

Ella me mira.

—Un poco.

Hago que paremos y me saco el abrigo que traje.

Por eso dicen que mujer prevenida vale por dos.

Se lo extiendo y ella me mira sonrojada.

Al principio tenía el afán de rechazarlo pero le rogué con la mirada que lo aceptara.

Y al parecer funcionó.

Al ponérselo seguimos caminando hasta que nos sentamos en la arena.

Nos quedamos viendo la vista,hasta que rompo el silencio.

—La luna está hermosa hoy ¿no lo crees?—pregunto.
Ella me mira con una sonrisa.

Que maldita mierda de declarado es esta Abigail Valeria Marmolejos.

Está tipa no deja fluir a nadie.

Yo solo di dando mi  humilde opinión.Tu sigue fluyendo.

—Está muy hermosa—responde.

¿Eso es un si o un no?

Sabra el diablo.

Yo solo le sonrió de vuelta.

Dios mío padre.

Nos quedamos en silencio.No en uno incómodo,si no en uno que quiere decir todo lo que nosotras no nos atrevemos.

Después de un rato escucho un suspiro de parte de ella.

—Abigail—me giro hacia su dirección.

—¿Si?—pregunto curiosa.

Nos miramos a los ojos con una intensidad sobre humana.

—Quiero confesarte algo—traga saliva—Es que tú también me gustas—dice.

La miro con el ceño fruncido.

—Eso lo sabía desde ayer—le digo con una ceja alzada.

No te hagas.Estas que das saltos de alegría.

Bailemos en la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora