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—¿¡cómo pudiste hacerme eso, Abbie?!—tuve que alejarme el celular de la oreja cuando mi padre comenzó a levantar la voz—¡después de todo lo que hice por ti!

Me tallé los ojos y traté de entender del todo lo que me estaba diciendo. Miré a mi mesita de noche para ver la hora.

—Son las siete de la mañana—murmure sintiendo la garganta seca

No entendía qué mierda estaba pasando. Eso me pasaba por responder el teléfono antes de fijarme en quien me estaba llamando, aunque tampoco hubiera esperado que al responder mi padre comenzaría a decir demasiadas incoherencias. 

—no me importa qué hora sea—me acerque más el teléfono cuando bajó el tono de su voz—lo que me importa es que mi hija me traicionó

—¿de qué hablas?—me estaba comenzando a frustrar por su falta de claridad

—Mierda, Abbie. Hablo de las pruebas de los Kim

Mi cerebro comenzó a trabajar en el momento que escuche el apellido "Kim"

Al parecer ya había abierto la memoria. Se había tardado más de lo esperado.

—me pediste pruebas, papá—dije lo mar firme que pude—eso fue lo que te di. Hice lo que me pediste

—No te hagas estúpida

Ok, eso me dolió.

—fue estúpido pensar que no me enteraría que en algún momento tú quisiste formar parte de todo eso—respondió con una tranquilidad que encerraba toda la frustración que comenzaba a sentir.

Había pasado una semana desde que Jani me había encontrado, la mujer realmente decidió quedarse conmigo por un tiempo. Ella también tenía algunas cosas que analizar y necesitaba un respiro, aquellas habían sido sus propias palabras.

Por cuestiones de seguridad, para evitar que la siguieran cuando su hermano se enterara que no estaba en ningún retiro, Jani se estaba quedando en la ciudad más cercana. El viaje que tenía que hacer en tren de una hora y media casi todos los días para verme no parecía molestarla demasiado.

El sobre amarillo que me había entregado con todas las pruebas que necesitaba estaban escondida en el cajón de la mesita de noche.

Había imágenes de las cámaras de seguridad el edificio de los Kim en las cuales se podía apreciar detalladamente a mi padre entrando y saliendo varias veces de algunos de los negocios que manejaban los Kim. Algunas veces salía con una sonrisa y otras con una mueca de frustración.

Lo más sorprendente es que había un contrato sin firmar, en el cual mi padre les proponía seguridad total a cambio de poder formar parte de uno de muchos negocios donde se hacía lavado de dinero e incluso involucró a mi madre prometiendo que la mantendría callada respecto a los escándalos que surgieran en un futuro. El documento estaba arrugado, no me era difícil imaginar a mi padre arrugándolo cuando el padre de Namjoon se negó a firmarlo.

Aún no entendía del todo ese lado de mi padre. El lado que fue capaz de mentirme y decirme que lo hacía porque era lo correcto cuando en realidad todo lo había hecho por una rabieta.

—pero tienes razón, fui una estúpida por meterme en una pelea que no es mía. Por querer que me devolvieran algo que no me quitaron

—¿es por eso que me traicionaste?—preguntó con un tono de voz más calmado

—lo que hay en la memoria son más pruebas de que Namjoon no es el monstruo que me querías hacer ver

Me pareció algo irónico y liberador terminar la situación como comenzó.

Closer• KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora