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Caminaba por aquel pasillo detrás de Taehyung e intentándole seguir el paso, aunque aquello no era necesario ya que sabía perfectamente donde estaba la oficina de Namjoon.

Namjoon había aceptado que nos viéramos. Su respuesta fue casi inmediata, pero estaba en la empresa así que mando a Taehyung por mí a pesar que le dije que podía conducir hasta donde estuviera, pero él se negó.

Estaba nerviosa y había repasado mil veces lo que le diría al tenerlo frente a mí. No sería fácil conseguir que escuchara toda la historia e incluso sabía que se molestaría, pero esperaba que entendiera el porqué había decidido hacer así las cosas y evitar enfrentamientos con mi padre.

Si todo salía bien, esperaba poder ir a casa con él para ver a Suzy quien por alguna razón pensaba que estaría con su hija, se supone que los padres de Namjoon dejarían a la niña en su casa para la hora de la cena, pero al parecer hubo cambio de planes o eso esperaba. Realmente extraña a Suzy.

El edificio no estaba vacío, pero si había mucha menos gente que en horarios laborales. Intenté entablar conversaciones con Taehyung, no había dicho mucho desde que pasó por mí y estaba comenzando a ser algo incómodo.

Taehyung se detuvo frente a la oficina de Namjoon, esperé que entrara, pero no lo hizo.

—¿pasó algo?—taehyung me miró con total atención y luego desvió la mirada nuevamente al frente

—será mejor que entres—dijo seriamente

—¿qué ocurre? ¿Suzy esta...

—todos están bien por ahora

Asentí sin entender muy bien que estaba ocurriendo y entendí aún menos cuando al entrar a la oficina miré a Namjoon apoyado sobre su escritorio quedando frente a la puerta.

Al verme no sonrío como había hecho los días anteriores, la oficina estaba iluminaba por las pocas luces que había en el techo, pero no por todas. Había una sensación en aquella habitación  que me incomodó. 

—¿que está pasando? ¿Hubo algún problema?

La mirada de Namjoon no era nada que haya presenciado antes. Sus ojos estaban fijos en mis movimientos mientras me adentraba a aquel lugar y no me gustaba nada la seriedad que había en sus facciones. La oscuridad de su oficina no me dejaba ver más allá de él y eso me inquietaba un poco, siempre me había puesto nerviosa el no ver más allá de lo principal.

—yo nunca había creído en el destino, en lo que se dice sobre estar en el camino de otros por simple obra del destino—dijo cruzándose de brazos sin dejar de verme—¿tú crees en eso?

—yo...mmm supongo que si—respondí no muy segura

—yo no lo creía, me era difícil tener ese tipo de pensamientos—susurró—pero eso fue hace unas horas, mucho antes de darme cuenta de lo idiota que fui al no revisar tus antecedentes con mayor cuidado

La boca se me secó por completo y las manos comenzaron a temblarme cuando vi lo que había colocado sobre el escritorio al lado de él.

Me acerqué lentamente hasta poder verlas mejor y sentí un tirón en mi pecho. Había varias fotos mías, pero entre ellas había una en donde se veía cómo le daba la memoria a mi padre. Lo miré sin entender o sin querer hacerlo.

—¿cómo la conseguiste?—no tenía ni una hora que me había despedido de mi padre.

Me habían estado siguiendo, no había otra manera de que consiguiera las fotos de manera tan rápida.

—es impresionante como funciona el destino. Debí de haber sido más cauteloso en cuanto a ti, pero el hecho de ser amiga de la hermana menor de uno de los políticos más importantes en el país me hizo creer que no había mucho de qué preocuparme

Closer• KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora