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—no creo que tu hermano esté muy de acuerdo con esto—dije por tercera vez en menos de dos horas

Jani me elevó los hombros restándole importancia.

—Son mis últimos días de libertad y me lo debe—respondió sin dejar de sacar ropa de mi pequeño armario—además, tus vacaciones comienzan ahora. No podemos desperdiciar nuestros pocos días libres

Cuando le conté a mi amiga que mi jefe me había dado dos semanas de vacaciones para poder hacer lo que sea que tenga que hacer con tal de regresar fresca como café recién hecho, palabras dichas por el.

Jani no esperó ni diez minutos antes de enviarme un mensaje en donde me decía que regresaría a mi estudio para tener una noche de chicas.

Las palabras "noche de chicas" hacían que me llegara a la mente algún tipo de planes en los cuales terminábamos viendo alguna película y comiendo comida chatarra. Kim Jani me dejó muy en claro que su idea era muy diferente a la mía.

—este es divino—dijo mi amiga sacando del armario un conjunto que no recordaba haberme comprado.

La falda negra no llegaba más allá de lo necesario para cubrir mi trasero y el top blanco que sostenía con su otra mano parecía haberse encogido, pero sabía que al ponérmelo este me quedaría como una clase de guante.

—no se, hace frío

—para eso hay medias térmicas—dejó la ropa sobre la cama y miró el reloj—ya casi son las ocho, será mejor que comiences a cambiarte

—el club abre hasta las diez

—exacto, tenemos el tiempo encima.

Jani me había convencido de ir a un club a las afueras de la ciudad, lo cual me nos quedaba más cerca que ir a la ciudad como tal. La mujer había llegado usando un hermoso vestido color negro que delineaba muy bien cada curva de su cuerpo y se ajustaba a sus notables atributos.

—tienes a un pobre hombre esperando para llevarnos y no puedo creer que hayas secuestrado al chofer de tu hermano—estiré un poco el cuello para ver por la ventana. El elegante auto seguía estacionado frente al edifico

—no lo secuestre—respondió indignada—Tobby estaba muy de acuerdo en que sería aburrido quedarse en el hotel sin conocer los alrededores, además que le estoy pagando más que el doble por llevarnos

—bien—me levanté del sofá para tomar la ropa e irme a dar una ducha—trataré de apresurarme

—aunque no lo creas, tengo el presentimiento que esta será una muy buena noche—Jani se dejó caer en la cama con una sonrisa en su rostro.

[...]

Me di cuenta de dónde nos encontrábamos hasta que entré en aquel lugar.

—¿un stripclub? ¿Enserio?—grité para que mi amiga me escuchara a pesar de encontrarme al lado de ella

—esa es solo la primera planta—me dijo señalando las escaleras que se encontraba al otro extremo del lugar—la segunda es donde esta el club y el bar

Me era difícil no darle una rápida mirada a los hombres que se paseaban con poca ropa por aquel lugar. 

La idea de bailar e ignorar lo que estaba pasando en mi vida me mantenía expectante por llegar al primer piso, que como dijo Jani, parecía ser un mundo distinto. No había ningún hombre o mujer caminando con poca ropa o ningún área donde las luces estuvieran casi apagadas.

No sabía cómo Jani había encontrado aquel lugar, tampoco es que me molestara del todo, pero me había tomado por sorpresa ya que entramos por la puerta que va directamente a la planta que es dedicada a los bailarines.

Closer• KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora