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❝Mis ojos no te mienten
Todo se siente distinto❞

❝Mis ojos no te mientenTodo se siente distinto❞

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por suerte, la merienda estaba siendo tranquila

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por suerte, la merienda estaba siendo tranquila. Trataba de hablar con el papá de Paulina con naturalidad sobre cualquier tema cotidiano que se me ocurriese, aunque aun así estaba ansioso

cuando se fue al baño, ella golpeó mi brazo haciéndome soltar un quejido

— ¡ay, loca de mierda! —me sobé el golpe— qué te pasa ahora?

— cómo se te ocurre? —me retó en voz baja

— qué cosa? —fruncí el ceño— hablar del campo con tu viejo? —pregunté

— no, pelotudo. Cómo lo vas a invitar con nosotros? —soltó un largo bufido

— te podes calmar? estoy tratando de caerle bien, nada más. —tomé su mano con delicadeza— No voy a decir ni hacer nada malo —besé sus nudillos con suavidad

— portate bien, por favor —pidió

una sonrisa sé dibujó en mi rostro ante su pedido y me incliné sobre ella

— si me porto bien tengo premio? —murmuré

dejó salir una suave risa y asintió, colocando una mano en mi pecho y alejándome

me acomodé en mi asiento con una pequeña sonrisa y cruzado de brazos, en ese preciso momento llegó su papá y Paulina se levantó

ah no, para esto no estaba listo

la miré con cierta suplica en los ojos y se encogió de hombros haciéndose la tonta. Cesar se sentó frente a mi con seriedad y me obligué a mi mismo a buscar algún tema de conversación

— vió que... —sin embargo fui interrumpido

— Nicolás, —captó mi atención— no se qué intención tenes con Paulina, ni mucho menos quiero asumir cosas que parecen obvias, así como tampoco quiero creer en el estereotipo de futbolista. —explicó con tranquilidad— Y estoy consciente de que ella es grande y puede vivir la vida como quiera, pero sigo siendo su papá y me preocupa, capaz algún día me entiendas o capaz que no.
» Lo único que te quiero pedir es que la cuides, muchísimo. Es mi única hija, y se que puede llegar a ser bastante difícil su personalidad, pero al fin y al cabo en una mujer llena de amor y con buenos valores. No se merece sufrir, ni siquiera que la lastimen —miró en dirección al baño y luego volvió su vista a mi— Te puedo pedir ese simple favor?

como si de una acción magnética se tratase, estiré mi mano dispuesta a estrecharla con la suya y asentí. Él aceptó sin problema y una pequeña sonrisa sé dibujó en su rostro

— de otra manera, tu imagen se podría ver arruinada por una gran mancha —advirtió antes de soltarme

el señor acababa de amenazarme?

cuando estuve a punto de cuestionar a qué se refería, Paulina volvió a la mesa con su linda sonrisa y con ese outfit que le quedaba tan bien y remarcaba esas lindas curvas en las que deseaba perderme

— me tardé mucho? habia algo de gente —se disculpó

— no —respondimos los dos al unísono con tranquilidad

dejé descansar mi mano sobre su muslo por debajo de la mesa mientras trazaba líneas imaginarias sobre la tela de su pantalón

— vieron que lindo lugar? Con Cande venimos re seguido a merendar, nos encantan las vibras y la atención —contó con cierta emoción

la miré escuchando cómo seguía halagando el lugar y contando algunas anécdotas que habia vivido con su mejor amiga aquí. Podía escucharla hablar por horas sobre cualquier tema que le gustara solo para poder admirar ese brillo en sus ojos y la forma en que sus expresiones se suavizaban, incluso aquella emoción en su voz me envolvía por completo. A veces me gustaría saber si ella me mirará como yo lo hago, si alguna vez hablará de mi así

o habrá hablado...

no puedo estar más arrepentido de lo que hice. No me puedo permitir dejarla que se vaya de nuevo después de esto, no quiero volver a perderla. No quiero perder al amor de mi vida

si, Paulina es, y siempre será, el amor de mi vida. Porque ninguna mujer me movió tanto el suelo como ella. Estaba más que seguro de que quería todo con ella

— no, Nico? —me miró, rompiendo la burbuja en donde estaba. Al notar que no había escuchado repitió su pregunta— El partido con Venezuela es dentro de poco

— si, el jueves 10 —asentí

— ah, en tres días —asintió su papá

— ah, en tres días —asintió su papá

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te amo Nico arrepentido. Quiero alguien que me mire como él a Paulina

con amor
L—

Milipili | Nicolas Otamendi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora