"La hermana mayor, Tsumiki Fushiguro"
Parte Cuatro
Un Joven Señor ha de ser un hermano menor.
Una señorita ha de ser una hermana mayor.
Tsumiki comenzó a toser con fuerza, escupiendo sangre en el proceso, por lo que rápidamente tapó su boca con ambas manos.
—Intente mantener la calma, señorita, ahora mismo pediré que le preparen el té de regaliz —avisó Uraume, mientras se levantaba de su asiento para ir en busca de las cuidadoras.
La joven intentó respirar por la nariz y buscó con la mirada una servilleta para limpiar su boca y manos, pero no encontró, así que se levantó y fue hacia su futón, debía haber algo de utilidad cerca. La tos incrementó y con ello el dolor de su pecho, lo que le hizo encogerse y caer sobre sus rodillas.
—¡Señorita Tsumiki! —exclamó Uraume, que de inmediato regresó después de terminar de darle indicaciones a la cuidadora.
Sacó un pañuelo de una de sus mangas y se lo entregó a Tsumiki, que con cierta dificultad se lo colocó en la boca.
—Ay... duele... —murmuró Tsumiki en un quejido, intentando acompasar su respiración para poder calmar la tos.
—Tranquila, señorita, el té no tardará —aseguró Uraume, mientras acariciaba cuidadosa y gentilmente la espalda.
Una vez la tos se calmó, Tsumiki relajó su cuerpo y soltó algunos jadeos, mientras se sentaba apropiadamente. Uraume sirvió un poco de agua en el vaso que estaba sobre la charola al lado del futón y se lo dio a Tsumiki, quien bebió y tragó; realizó una mueca por la sangre mezclada en el líquido, pero no la escupió.
—Permítame —avisó Uraume, para después tomar las delgadas manos de la menor y limpiarlas con el pañuelo.
El rojo de la sangre resplandecía en la palidez de las manos, provocando un contraste preocupante. El sirviente alzó su rostro para verificar la palidez del rostro de la menor y en su lugar encontró un sonrojo vibrante en las mejillas y orejas de la menor, que miraba directamente a sus manos, anonadada.
—Ah, este... podía hacerlo yo sola —habló la menor, torpemente.
—Ya veo, disculpe mi imprudencia. —Realizó un asentimiento de cabeza a modo de reverencia.
—No se preocupe, gracias, igualmente.
Un golpeteo a la puerta se escuchó y al momento se abrió, dejando ver a la cuidadora cargando una charola con una tetera y una taza de barro. Tsumiki agradeció y nuevamente fueron dejados solos. Uraume sirvió el té en el vaso y se lo entregó a Tsumiki, que no tardó en beberlo.
Una vez que Tsumiki se encontró un poco mejor, decidió tomar una pequeña siesta, pues el esfuerzo le había cansado quisiera o no. Estos días había estado durmiendo de forma desordenada; por alguna razón, en la noche era cuando la tos venía con fuerza —probablemente por la brisa fresca que comenzaba a abundar.
Sus síntomas se mantenían estables, dentro de lo que cabe, pero Tsumiki sabía mejor que nadie que por más que la cuidasen y tratasen, no había mejoría, como si su organismo se mantuviese en espera de un momento catártico para reaccionar.
Unas dos horas después, Tsumiki despertó, encontrándose completamente sola en su habitación, o eso creyó hasta que se enderezó sobre su futón y encontró a una de sus cuidadoras a su lado.
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El Gran Señor y la Ofrenda | SukuFushi
Fiksi PenggemarEn el pueblo guerrero de Ryoh, un niño debía ser ofrecido al Gran Señor como ofrenda. El niño, Megumi Fushiguro, es desposado por el Gran Señor, Sukuna Ryomen. 》 AU Histórico 》 Amo x Ofrenda; Romance 》 Age Gap; Grooming 》 Boys Love; Personajes Inter...