¿Estás bien?
No quiero acosarte ¿ok?
Sólo estoy haciendo
una simple pregunta.Me agarró un calambre
es todo.¿En qué músculo?
Acá...
Señalo justo debajo del glúteo, en la pierna. Tengo puesto una calza corta que termina apenas finalizan mis nalgas. Además tengo un top rosa y encima una campera corta de color negro, porque está bastante frío adentro con el aire acondicionado, pero viéndolo directamente puede que comience a sentir calor. Lo último que me faltaba es que no pueda completar mi entrenamiento, es lo que me ayuda a despejarme, si no puedo hacerlo voy a estar de muy mal humor y mi ansiedad crecerá a mil, en la oficina estaré insoportable, todo esto porque no cogí, la puta madre, era tan simple cerrar la boca y no expresar mis sentimientos, nada de esto debería estar pasando.
Sin consultarme siquiera (cosa que se le está volviendo muy común o es su forma de ser) Se coloca en cuclillas y me agarra el muslo con las dos manos. Doy un pequeño sobresalto, me muerdo el labio y miro hacia el interior del local para asegurarme de que nadie nos esté viendo. Lo bueno es que estamos encima de estos arbustos, el patio tiene un lugar de cemento y una parte de pasto sintético intercalado con algunas plantas, arbustos rodeados de tierra y otras plantas. Nadie puede vernos a menos que salga afuera y de una vuelta en "L".Luca...pará por favor
no es... grave...
Vas a volver a caminar...Sonríe otra vez de esa manera maliciosa, apoya una de sus rodillas en el suelo para estabilizarse, endereza su mirada con su cabello revoltoso, le sonrío también como aprobación y sube sus dos manos desde atrás de mi rodilla hacia arriba, masajeando el músculo con fuerza. Un dolor perturbador me hace querer alejarlo pero me sostiene con más entusiasmo y vuelve a empezar. Doy un pequeño jadeo y cierro la boca, no sé qué pensar... Observa mi rostro con atención pendiente de cada sonidito que emito casi en silencio, y cuando lo emito se muerde el labio de abajo como si fuera su único objetivo en el mundo. Sus masajes se incrementan generando calor en la zona y más arriba.
Luca...
Le digo casi en un jadeo doloroso, levanto un poco la pierna y sólo eso es suficiente para que se apresure a llevar sus manos donde inicia mi nalga. Sus dedos rozan suavemente la piel, siento el temblor del movimiento, llevo la pelvis hacia adelante y luego hacia atrás.
No..no..no, Luca, pará...
Con el 0,001 por ciento de cordura y sentido común que me queda, llevo mis manos hacia sus hombros alejándolo, pero es inútil. Me hace una mueca de desagrado y puchero. Luego me susurra como si fuera una súplica, como si rezara el padre nuestro y enfatizara la parte "el pan nuestro de cada día dánoslo hoy"
no tengo gel...
eso me vendría muy bien...
pero tengo otra cosa que puede ayudar...Acerca las yemas de sus dedos a su boca y escupe saliva. Bastante. Rápidamente lleva la humedad hacia el músculo afectado, el choque de textura que provoca la tibieza del líquido con la calidez de la piel hace que el dolor quede envuelto en placer. Sus manos continúan presionando de abajo hacia arriba y esos dedos inquietos y curiosos exploran más que el lugar acalambrado. Sus labios están brillosos e hinchados de su propio sabor, su respiración se vuelve un poco más agitada, sus pulgares acarician la cara interna de mi pierna en pequeños círculos. Tapo mi boca con una de mis manos ahogando un gemido. Él sonríe victorioso llenándose con mis gestos de placer, luego pasa su lengua desde la rodilla hacia arriba. Sin pensarlo dos veces me levanto del banco y él cae sentado en el suelo por la brusquedad de mi movimiento.
¡Esto está mal Luca!
Él sigue sonriendo con esa cara angelical, como cuando regañás a un niño pequeño por meter un alfiler en el enchufe.
Perdón,
es que no me aguanté,
además estabas con esa cara tan hermosa...
¿se te pasó? Hablo del dolorSí, sí, estoy bien
Me dirijo hacia la puerta y él se endereza con agilidad y me mira con preocupación.
¿No vas a decir nada más?
Vuelvo a mirarlo sin ninguna sonrisa, más bien mi rostro emana una seriedad brutal.
¿Sobre qué?
Se dirige dos pasos quedando a centímetros de mi rostro. Doy un paso hacia atrás, y volteo a ver si alguien nos interrumpe.
Sé que te gusto Flor,
¿por qué lo ocultás?
¿Por qué no querés salir conmigo?¿Estás mal de la cabeza?
¿Te estás escuchando?
¿¡Tal vez sea porque
tengo 40 y vos 20!?Tengo 19,
el año que viene cumplo 20¡Genial!
Ahora me siento aún peorLa edad no tiene nada que ver
si no te hacés cargo de lo que te pasa.
Me gustaste desde el principio.
Sos hermosa... además...¡Basta por favor!
No sigas, enserio,
ya me siento demasiado mal¿Mal con qué?
Estabas disfrutando...¡Por Dios!
No vuelvas decir eso,
me resulta perturbadorVolteo y me dirijo hacia la puerta
Flor...Flor...
no te vayas así...Voy directo hacia el locker, recojo el bolso y la botella de agua, vuelvo la mirada hacia atrás, Luca me mira y luego voltea a ver a Isabelle que se le ha acercado para charlar.
¿Qué le estará diciendo?
Le toca el bicep, lo acaricia y lo aprieta.
Debe estar hablando de su físico... ella es así, tan decidida con lo que desea...¡Por Dios! ¿Me estoy comparando con una chica de 20 años? Eso ya lo había superado...Luca le habla serio, apenas esboza una tímida sonrisa que se esfuma en cuando me observa y luego vuelve la mirada hacia ella.
Ojalá pudiera tocarlo con tanta libertad... si no lo freno, ¿qué estaba a punto de hacer? ¿Acaso estoy celosa? Me dirijo a la puerta de salida, no puedo seguir viendo esta escena.
ESTÁS LEYENDO
Milf
Genç KurguFlor es una mujer sexy de 40 años, abogada de profesión, materialmente estable, que vive con el dolor permanente de haber perdido a su hijo hace más de 10 años. Su constante deseo de maternar y la imposibilidad biológica de gestar un bebé le impid...