Capítulo 8

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Toqué el árbol, esperando que algo pase.

–Creo que esto no... –empecé–.

No me dió tiempo de terminar mi frase. Sentí una ola de energía invadirme, podía sentir el poder:

–¡Está pasando! –exclamó Noah–. ¡Por fin está pasando!

Le toqué el brazo para unirlo con Shane en una sola persona. Nada ocurrió.

–Creo... creo que no puedo hacerlo –le dije–.

–Está bien, creo que con el tiempo lo lograrás. Es cuestión de paciencia. Por cierto, me encanta tu cambio de look.

Lo miré con cara de confusión, antes de sacar mi celular.

–Mierda. Mi pelo no debería ser morado, y mis ojos tampoco. Tiene que haber una manera de volver a la normalidad –afirmé asustada–.

–En realidad no hay forma. Es algo con lo que aprendes a vivir. Yo por ejemplo no tengo la opción de quitarme los colmillos –me explicó Noah–.

–No sé lo que pueda hacer, pero por el momento intentaré que esto no me afecte. Que pueda hacer mi vida normal –me tranquilicé–.

–Hablando de cosas normales, ¿no se suponía que tenías que ir con Liv al bosque? No la veo por ninguna parte –advirtió–.

–Quedé en verme con ella dentro de un rato. Iré a buscarla –me despedí–.

–Hablamos otro día. Haré que tus poderes funcionen –dijo más para sí mismo–.

Empecé a explorar el bosque sola. Habían lobos, zorros y otros animales. Yo sólo buscaba a Liv por todas partes.

-¡Liv! –la llamé-.

–Aquí estás. ¿Qué te hiciste en el pelo? ¿Es tu disfraz de Halloween? –me preguntó–.

Pensé un momento. No tenía tiempo.

–S-sí –balbuceé–. No tuve mucho tiempo, pero creo que sería mejor ir a la fiesta. Este lugar es tétrico –le comenté–.

–Ve tú, yo me quedo. Por cierto, hay una salida por allá –me señalo hacia una dirección–.

Me fui sin más sola. Fue entonces cuando escuché un rugido. Era un lobo negro y grande que me miraba fijamente. Empecé a retroceder del miedo.

Me puso sus garras en la garganta, cortando un poco mi respiración. Extendí mi mano, y en ese momento, salió electricidad que lo empujó hasta la rama de un árbol.

El lobo en cuestión corrió, desapareciendo de mi vista. Seguí el camino hasta encontrar la escuela. Los pasillos eran sombríos, con telarañas pegadas por todas partes.

–¡Qué bien que hayas decidido venir! –empezó Ethan–.

–Oh, basta. Dime que te gusta mi disfraz –le respondí–.

–Cariño, ni te esfuerces. Todos sabemos que no es un disfraz. ¿Así que ahora eres la nueva protectora de Valtor? –me preguntó Liv–.

–Eso parece. Oye, ¿tú no debías ir al bosque conmigo? –le pregunté–.

–Me desvié un rato, pero aquí estoy. Tal vez sea bueno tomar aire con los amigos –continuó–.

Ronny nos trajo unos vasos con jugo de fresa. Pero de pronto, las luces se apagaron.

ValtorWhere stories live. Discover now