Capítulo 9

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-¿Qué está pasando? –preguntó Ron–.

–No lo sé, pero tenemos que estar alertas –le respondí–.

–¡HAY UN LOBO SUELTO! ¡TODOS SALGAN DE AQUÍ! –gritó uno de los profesores a cargo del evento–.

Busqué a Liv, Ethan, Ronny, Mason y Marco antes de salir lo antes posible.

–Ese lobo es el lobo que me atacó hace un rato –recordé mientras salíamos–.

–Loba, es mujer –me corrigió Mason–.

–¿La conoces? –le pregunté–.

–Créeme todos la conocemos. Ella es Amaris, la mejor amiga de Shane.

Vaya. Eso explicaba por qué tenía los ojos rojos. Me preguntaba cuál sería su motivo para perseguirme hasta ahí.

–Esto no es para nada seguro. Mejor vamos a mi casa. –propuso Liv–.

Todos la seguimos. Había un silencio enorme.

La casa de Liv era pequeña, pero era la casa más acogedora que había visto en toda mi vida. Era de madera, rodeada de árboles y con un hermoso lago en la entrada.

Nos sentamos en la sala de estar. Habían varios sillones rojos.

–¿Por qué creen que Amaris me haya atacado en el bosque minutos antes de la fiesta? –les pregunté–.

–Son lobos –me respondió Ethan–. No necesitan un motivo, ellos son salvajes por naturaleza. A veces hasta se olvidan de lo que hacen en su estado animal.

–Sí, pero igual deberías intentar hablar con ella. Tal vez sepas cosas de lobos que nosotros no –continuó Mason–.

–¿Tu plan es arrastrarla a averiguar cosas de lobos para destruirlos? Eso es bajo hasta para ti –se indignó Liv–. Y todo por una estúpida rivalidad.

–Mía puede con esto. Es la protectora de Valtor, después de todo. –soltó Ronny–.

–¿Se te olvida que no tengo ni la menor idea de cómo usar mis habilidades? Sólo sé que algo dentro de mí cambió, pero no podría explicar lo que puedo o no puedo hacer –dije–.

–Intenta usarlas. Tu padre botaba electricidad de las manos e iba a súper velocidad –sugirió Marco–.

–No pierdes nada intentando –me apoyó Liv–.

–Está bien, me concentraré –dije, más para mí–.

Segundos después, sentí electricidad dentro de mi cuerpo. Había una chispa morada en mis manos.

–¡Lo lograste! –me felicitó Mason–.

Los demás también hablaban al mismo tiempo, pero seguí con la mirada en mis manos. Distancié ambas manos, mientras intentaba que salga cada vez más electricidad.

Tenía ese afán de ver cuál era mi límite.

–Creo que fue suficiente práctica por hoy. No querrás quitarle la luz a media ciudad –se rió Ethan–.

–Sí, tienes razón. Tal vez deberíamos ir a casa. Fue un día agotador –propuse–.

Me despedí de todos menos de mis primos y de Marco, ya que nos dirigíamos a casa. Estábamos caminando un buen rato, los chicos riéndose a carcajadas de una broma de Valtor.

Se me nubló la vista. Mi cuerpo cayó al piso en menos tres segundos. Desperté en mi habitación.

–¿Dónde estoy? ¿Qué fue lo que pasó? –pregunté mientras intentaba levantarme–.

–Ey, relájate –me explicó Marco–. Estábamos caminando y tus ojos se pusieron morados. Creo que eres como una batería. Te agotaste al hacer mucho esfuerzo con la electricidad.

–Tengo que practicar. Cuidar de Valtor es mi trabajo –concluí–.

–Sí, pero todo de manera medida. No esperes llegar a la cima en un abrir y cerrar de ojos. Esto tomará tiempo.

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⏰ Last updated: Oct 30 ⏰

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