Estaba encerrada en uno los baños de aquella casa, pensando en todo lo que había hablado con Dereck, al principio Kam me había interceptado, pero luego de explicarle que quería estar sola decidió sentarse al lado de la puerta. Yo silenciosamente agradecía que no me dejara sola.
Llegó un momento en que mi piel no dejaba de erizarse y mis manos de temblar, no era la primera vez que sentía la ansiedad consumirme, pero sí era la primera vez que pasaba fuera de casa. Se sentía realmente solitario porque estaba en un sitio desconocido para mí.
¿Mamá habría querido que conociera a mi padre? ¿Querría que yo permaneciera con él? Mi papá me había dicho que mi mamá nunca se enteró de que él estaba vivo, y eso lo agradecía con toda mi alma porque ella no tuvo que escuchar la dolorosa verdad de que él la abandonó por voluntad propia.
Por otra parte, la opción de quedarme aquí era tentadora, ¿Quién no puede caer ante el dinero? Pero pensar que debido a eso perderé la libertad que estaba buscando me hacía sentir asfixiada.
Estuve tanto tiempo en el baño que, al salir, se había hecho de noche. Kam estaba sentado en un mueble cercano al baño, cuando me vio salir se levantó y me extendió su mano, en ella había un caramelo redondo de chocolate, lo tomé y me lo comí inmediatamente; en mis pensamientos durante el día, también habían estado Kam y Tahil, a pesar de que apenas los conocía, eran las personas mas cercanas que tenía ahora, sentía que no podía dejarlos tan fácil, sin importar todas las mentiras de Kam.
Cuando, después de cenar, me acosté a dormir y me levanté en la madrugada debido a una terrible pesadilla, me di cuenta, no podía dejarlos, y quizás esto era lo que querían, lo que quería mi mente, que tuviera a una persona de la que depender, que nunca logre superarme, quizás esto era lo peor que me podía pasar y la peor decisión que podía tomar, pero no me veía tomando otra.
Me levanté y caminé en la oscuridad hasta la habitación que Kam me había indicado era la suya, entré sin tocar y encendí la luz para cerciorarme de que estaba en el lugar correcto. Él estaba sentado en la cama mirando hacia la pared en blanco, cuando me miró no me reprochó y tampoco me dijo “te lo dije” sino que se acostó y palmeó el lugar a su lado, invitándome a acostarme a su lado.
Aún había frío recorriendo mi piel, sonidos extraños invadiendo mis oídos y pensamientos terroríficos abarcando toda mi mente, pero apagué la luz y me di cuenta de que todo eso se sentía menos inquietante cuando estaba a su lado, porque estando sola se sentía como eterno, en cambio, al estar con él, tenía la esperanza de que pronto desaparecería.
Era la primera vez que esto pasaba, la primera vez que me acostaba con Kam y me recostaba de su pecho mientras él me abrazaba, pero se sentía natural, se sentía seguro.
—Kam —susurré en su pecho—, él quiere que me quede con él…
—Lo sé.
Su mano subió y bajó por mi espalda en una caricia reconfortante.
—¿Qué haré?
—Hagas lo que hagas estaré a tu lado…
—Pero no de mi lado —agregué—. Si me quedo y acepto lo que él me da seré tu enemiga.
—Mi competencia, no mi enemiga.
—¿Y por qué mi padre sí es tu enemigo?
—Porque me hizo daño —pude sentir su cuerpo ponerse tenso—, ¿Tú me has hecho daño?
—¿A dónde querías huir? —pregunté, refiriéndome a su anterior propuesta de huir juntos.
—No lo sé —confesó—. Perdóname, Samantha, perdóname por meterte en esto, yo… estoy siendo perseguido y también te puse en peligro, y tampoco estoy pensando bien las cosas porque…
—¿Por qué?
—Porque si te llevo conmigo tu padre me perseguirá, estaremos huyendo por mucho tiempo.
—Entonces…
—Entonces deberías quedarte —su respuesta colocó un peso doloroso en mi pecho—. Seguiré cuidando de ti sin importar qué, pero esto es lo mejor por ahora, estarás más segura…
Comencé a desesperarme.
—¿Piensas dejarme? —me levanté, sentándome en la cama. Mis ojos no podían enfocar nada por la oscuridad de la habitación.
Kam también se sentó, sentí cuando afincó su frente de mi hombro.
—Hasta que solucione este problema, prometo que regresaré a ti…
—Dijiste que estarías a mi lado —siseé.
—También dije que te protegería, y eso haré.
—Kam…
—Samantha, escúchame —me interrumpió—, la persona que me persigue no le tiene miedo a la muerte, él hace esto porque está aburrido y quiere divertirse, no le importará a quién asesina o en dónde se mete… esto es divertido para él.
—Mi papá…
—Lo único que le voy a deber a tu padre en esta vida es la protección que te va a dar el tiempo que yo no esté contigo.
—¿Entonces te alejas de mí por tu orgullo? —jadeé mientras intentaba mirarlo, pero la oscuridad no me lo permitió.
—Yo no soy amigo de tu padre…
Al escucharlo no supe qué responderle, intenté ponerme en su lugar pensando en recibir la ayuda de la persona que más odiaba y me funcionó, pude entenderlo, pude saber a qué se refería, pero me dolía demasiado que él tuviera que dejarme aquí.
Para hacerle saber que lo entendía, me coloque de rodillas en la cama y lo abracé. Sus brazos podían rodear mi cintura completamente haciéndome sentir cómoda y segura, quería decirle algo más, pero en ese momento se escuchó un disparo, ¿Cómo no podría reconocer ese sonido? Aún lo tenía resonando en mi oído, incluso pensé que se debía a una jugada de mi mente hasta que la tensión en el cuerpo de Kam me hizo saber que no.
Otro disparo…
Y luego muchos.
Kam me arrastró hasta tenerme bajo su cuerpo en el suelo.
—Entra bajo la cama —susurró.
Mi corazón comenzó a latir desenfrenado cuando lo escuché hablar de aquella forma tan alterada. Él se hizo a un lado y yo pude moverme hasta colocarme bajo la cama con la espalda hacia arriba, creí que Kam entraría conmigo, pero lo que hizo fue tomar mi mano en la oscuridad y darme un arma.
—¿Qué…?
—Solo tienes que disparar si alguien te ataca —habló—, no salgas de aquí hasta que Tahil, tu padre o yo vengamos por ti…
—¿A dónde vas? —chillé.
—Tranquila, Sam. Voy a ver que todo esté bien y regreso contigo.
—Kam.
—Vamos, puedes hacerlo, ¿Cierto?
En ese momento la puerta se abrió bruscamente y una luz muy brillante invadió la habitación, Kam se movió a mi lado y el sonido de dos disparos colisionó y aturdió mi audición, alterando mi realidad de espacio y tiempo.
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El ángel de Kam ©
Romance¿Qué harías si un hombre herido entra a tu casa a escondidas y luego te pide que lo salves? Samantha simplemente quería botar la basura y regresar a la comodidad de su hogar, pero, al entrar, una persona con un aspecto preocupante la sorprende rogán...