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Jimin no dijo nada, solo avanzó hacia el centro de la habitación, sintiendo cada músculo de su cuerpo tenso, preparado para lo inevitable. Él sabía que este era el final de su historia, pero lo hacía por Rose, por la promesa de una vida mejor para ella. Si su sacrificio podía salvarla, entonces valía la pena.

—Déjala ir. —La voz de Jimin se quebró, pero se mantuvo firme. —Cumplí mi parte, ahora cumplan la suya.

—Ella es libre. —El altavoz volvió a activarse, la voz que había manipulado a Jimin sonaba ahora complacida. —Pero tú... tú eres nuestro, Promise.

La criatura dio un paso hacia Jimin, y él cerró los ojos, esperando el impacto. Pero en ese momento, el sonido ensordecedor de disparos rompió la tensión en el aire. Jimin abrió los ojos justo a tiempo para ver cómo la criatura caía hacia adelante, inerte, con agujeros de bala perforando su grotesco cuerpo.

—¡Corre, Jimin! —gritó Agust, de pie en el umbral de la puerta con una pistola humeante en la mano.

Yoongi, todavía tambaleante, se había apoyado en la pared, con la determinación pintada en su rostro. Había sido él quien había logrado disparar en el último segundo, desafiando el dolor que lo mantenía casi incapacitado.

—¡Ve por Rose! —gritó Yoongi con el último aliento que pudo reunir.

Jimin no dudó. Corrió hacia la vitrina donde Rose estaba atrapada, mientras Agust y Yoongi lo cubrían. La criatura yacía muerta, pero sabían que no tenían mucho tiempo antes de que las fuerzas de seguridad llegaran.

Con un golpe desesperado, Jimin rompió el cristal que protegía a Rose, y la niña corrió hacia él, envolviendo sus pequeños brazos alrededor de su cuello.

—Papá... —sollozó Rose, aferrándose a él con fuerza.

—Todo está bien, Rose. —susurró Jimin, abrazándola como si su vida dependiera de ello. —Ya estamos juntos.

Pero mientras huían por el pasillo, sabían que esto no había terminado, lo que habían enfrentado era solo el principio, los tres salieron de ahí y se dirigieron al helicóptero. Agust sonrió al ver a Jimin y a Yoongi con Rose, Jimin se giró hacia Agust y le sonrió.

—Puedes cargarla Agust. —dijo Jimin. —es tanto tuya como nuestra.

Agust cargo a la pequeña con sumo cuidado y sonrió al verla, esta se parecía mucho a Jimin, Jimin por su parte sonrió mientras ya tenía a su hija en brazos ahora faltaba tener a su otro hijo.

—Ya tenemos el equipo Jimin. —mencionó Yoongi.

—¿Tú estás bien? —se acercó y lo vio. —lo que te paso fue extraño.

—Yo tampoco sé qué pasó. —hablo Yoongi. —solo me dio un fuerte dolor de cabeza.

—Tal vez se deba por Black Mamba. —dijo Agust. —fuiste su nuevo experimento como Jimin debieron intentar hackear tu sistema.

Experimento Seesaw [Y.M][#3][PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora