Las Llamas del Poder: El Reino del Zorro

Capítulo 15: El Auge de las Sombras

La luz gris del alba comenzaba a iluminar el horizonte sobre Salviorum, pero dentro del castillo, el ambiente era más oscuro que nunca. El eco de pasos apresurados resonaba en los pasillos, y los murmullos de los cortesanos se extendían como el susurro de una serpiente. La tensión en el aire era palpable, como si el reino entero estuviera al borde de un colapso que nadie podía detener.

Zalvion se encontraba de pie en la sala de estrategia, rodeado por sus consejeros más cercanos, aunque en su mente, la soledad era lo único que sentía verdaderamente. Sabía que el reino estaba fracturándose, que los enemigos se multiplicaban dentro y fuera de sus fronteras. Su mirada permanecía fija en el mapa de Tenebra, una extensión vasta de tierras que alguna vez había sido su orgullo, pero que ahora se sentía como una red de intrigas y traiciones.

Lord Felon estaba a su lado, su rostro endurecido por la responsabilidad de mantener el reino unido mientras las sombras crecían a su alrededor. Frente a ellos, Sir Haldric, el espía más leal del rey, revisaba los informes de sus hombres, quienes se habían infiltrado en los gremios del sur y en las casas menores que parecían alinearse con los Valkar.

—Majestad, la situación es más grave de lo que habíamos anticipado —dijo Haldric, dejando caer un pergamino sobre la mesa—. Los gremios no solo están acumulando recursos, sino que están formando alianzas activas con algunas casas menores que, hasta ahora, habían mantenido su neutralidad. Mis espías confirman que al menos cuatro señores del sur ya han jurado lealtad a la Casa Valkar.

Zalvion cerró los ojos por un breve momento, procesando la magnitud de la traición que se gestaba en su reino. El emblema del halcón oscuro, que había sido un simple símbolo de rebelión en los últimos meses, ahora representaba una amenaza existencial para su reinado.

—¿Quiénes son esos señores? —preguntó el rey, su voz baja pero llena de una determinación peligrosa.

Haldric desenrolló el pergamino y leyó los nombres en voz alta:

—Lord Verrian de Eldravar, Lady Cirene de Montir, Lord Kraden de Mornas, y Lord Elinar de Velorn. Todos ellos controlan territorios clave en el sur, y han comenzado a movilizar a sus ejércitos en secreto. Si logran unirse a los Valkar, podrían cortar nuestras rutas comerciales hacia el este y asfixiar nuestra capacidad de movilizar tropas.

Lord Felon, siempre un estratega militar, observó el mapa con ojos calculadores. Sabía lo que significaba perder el control de esas rutas: el reino no solo quedaría vulnerable, sino que también perdería acceso a los suministros que mantenían alimentados y armados a sus ejércitos.

—No podemos permitir que eso suceda, majestad —dijo Felon, con el tono frío y práctico de un comandante—. Si esos señores menores logran unir sus fuerzas a las de los Valkar, estaremos en una situación crítica. Propongo que actuemos antes de que puedan consolidar su alianza.

Zalvion asintió lentamente, su mente ya trabajando en una estrategia. Sabía que actuar con rapidez era esencial, pero también sabía que no podía permitirse un conflicto abierto sin antes asegurar el apoyo de los nobles que aún le eran leales.

—Felon, organiza una campaña discreta en el sur —ordenó Zalvion—. No podemos mostrar nuestra mano todavía, pero quiero que nuestras tropas estén listas para intervenir si esos señores intentan moverse en nuestra contra. Y asegúrate de mantener esto en secreto. Si los Valkar descubren nuestras intenciones antes de tiempo, podrían acelerar sus planes.

Felon asintió y salió de la sala rápidamente para comenzar los preparativos. Mientras lo hacía, Sir Haldric se quedó, con una expresión de preocupación en su rostro.

—Majestad, hay algo más —dijo Haldric, con un tono más sombrío—. Uno de mis espías en el este ha descubierto movimientos inquietantes en la frontera con Kratum. Parece que los kratanos han comenzado a movilizar a sus tropas cerca de nuestras fronteras. Aún no han cruzado, pero la acumulación de fuerzas es preocupante.