Capítulo 24: El Último Aliento de la Rebelión

1 0 0
                                    


Parte 1: El Horizonte Oscuro

Las colinas al norte de Salviorum estaban cubiertas de nieve, una capa de frío que contrastaba con las llamas que aún se alzaban desde la capital. Desde lo alto, Serik observaba la ciudad que había caído bajo su poder. Los gritos de los moribundos se habían silenciado, y solo el viento helado parecía susurrar entre las ruinas de lo que alguna vez fue la joya de Tenebra.

El reino estaba bajo su control, o eso parecía. Salviorum había caído, pero Serik sabía que la guerra aún no había terminado. Las facciones del norte y del sur comenzaban a reorganizarse, conspirando en las sombras para retomar lo que había perdido.

Lord Elinar, su general más leal, se acercó a él, su rostro marcado por la fatiga de los últimos días.

—Mi señor, comenzó Elinar, con un tono de advertencia en su voz, los informes que nos llegan desde el norte no son favorables. Los nobles de las tierras altas están movilizando sus tropas. Creen que pueden resistirnos.

Serik sonrió levemente, sus ojos aún fijos en el horizonte.

—Déjalos creer lo que quieran —respondió con calma—. El norte siempre ha sido problemático. Pero ahora que controlamos Salviorum, controlamos el reino. Si quieren desafiarnos, les mostraremos lo que significa enfrentarse a los Valkar.

Elinar asintió, pero en su interior sabía que subestimar a los nobles del norte podría ser un error. Aunque los Valkarhabían ganado la batalla más grande, el reino de Tenebra aún no estaba completamente sometido. La rebelión se gestaba en las montañas, y aquellos que una vez habían servido a Zalvion no estaban dispuestos a rendirse tan fácilmente.

Parte 2: La Resistencia del Norte

En las frías tierras del norte, la Fortaleza de Arikholt estaba llena de actividad. Lady Eveline y Lord Dorian Taldredhabían reunido a los nobles leales a Zalvion para una última reunión antes de la guerra inminente.

Sir Haldric, quien había sobrevivido a la caída de Salviorum y había escapado hacia el norte, estaba presente, ofreciendo su conocimiento del enemigo.

—Los Valkar creen que han ganado, comenzó Haldric, mientras caminaba frente a los nobles reunidos. Pero nosotros aún tenemos la ventaja del terreno. Las montañas del norte son nuestro hogar, y si Serik quiere arrebatárnoslas, tendrá que luchar por cada centímetro de estas tierras.

Eveline, de pie junto a su esposo, asintió.

—La clave es mantener la unidad —dijo con voz firme—. No podemos permitir que los Valkar nos dividan. Si permanecemos juntos, podremos derrotarlos. Sabemos que Serik no se detendrá hasta controlar todo Tenebra, pero esta guerra no está perdida.

Los nobles intercambiaron miradas, conscientes de lo que estaba en juego. Las tierras del norte habían sido durante mucho tiempo una región difícil de controlar, y los Valkar, aunque poderosos, no podían simplemente marchar sobre ellas sin enfrentar una resistencia feroz.

Lord Aelfric, uno de los líderes más influyentes del norte, se levantó de su asiento.

—Debemos atacar primero —dijo, con una expresión decidida en el rostro—. No podemos permitir que los Valkar consoliden su poder en el sur. Si nos movilizamos ahora, mientras aún están ocupados reorganizando Salviorum, tendremos una ventaja.

Eveline asintió.

—Que así sea —dijo—. Que las tropas se preparen para la batalla. El futuro de Tenebra depende de nosotros.

Parte 3: El Susurro de los Gremios

Mientras tanto, en las tierras del sur, los gremios que habían apoyado inicialmente a los Valkar comenzaban a dudar. Lorthas, el líder de los gremios, se había reunido en secreto con varios de los líderes mercantiles en una sala oscura de Velorn.

Las Llamas del Poder: El Reino del ZorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora