Capítulo 36

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Podria haberlo hecho mejor, de eso no tenía duda, pero al menos había cumplido su cometido de no salir de la sede. Se dejó caer contra el piso de su oficina mientras su mano se mantenía extendida hacia arriba, había tomado unos cuantos supresores que tenía como último recurso para mantenerse calmado y no ir donde, obviamente, no lo querían.

—¿Ya habrá nacido?

Se cuestiono, se sentía mal, en realidad quisiera poder verla, al menos una vez, pues incluso si situación no es la mejor, ella es su hija al final del día, pero lo entendía y esperaría aquel perdón del que Mori tanto hablaba, aunque también entendería si Dazai no quiere volver a verlo.

Miró su mano extendida, había terminado un poco herido por sus golpes de frustración contra su escritorio, pero logró mantenerse en calma hasta que consiguió algunos supresores.

Ahora su alfa se sentía un poco más calmado, cosa que le decía que su hija y Dazai podrían estar bien, sin embargo, la inquietud aún permanece.

¿Qué estará pasando?, realmente quería saber, maldijo que Mori no le informara nada y por que tampoco permitiera a Kouyou acompañarlos, pues para su jefe era obvio que ella le informaría como estaban las cosas.

Planeaba orillarlo hacia su propia desesperación, cosa que era molesta. Ya se había disculpado, admitió su error, sin embargo, las cosas seguían igual y su jefe seguía llenandolo de trabajo aprovechando que él aún estaría en la sede de Yokohama unos días más.

Podía decir con un poco de seguridad que las cosas saldrían bien, pero la duda lo invadía, incluso si no estaba junto a Dazai, sentía un inquietante dolor en el pecho, quería ver a Haneul y Dazai, quería comprobar que ambos estuvieran bien.

¿Por qué?, ¿Que lo hacía sentirse asi?, en el fondo sabia que era mas que una simple preocupación, pero no quería afrontar la idea; no aún, pero en serio, ¿Como podía negarlo?, el sentimiento de inquietud, sentirse como si pudiera morir si algo le llegase a pasar a Dazai; no era solo la idea, ahora lo sabía, era una realidad, pero lo había arruinado.

Dazai era su omega, pero él había hecho mal al forzar las cosas y ahora Dazai lo rechazaba. Quiso gritar de frustración, pero no podía, todo lo que le pasaba se lo tenía merecido. Dazai algún día tendría un alfa al lado y ese alfa sin duda no sería él.

—Mierda… soy un idiota.

Admitió, quiso llorar ante la idea de Dazai junto a alguien más, pero, ¿Con qué derecho?, él mismo lo había alejado con sus acciones, lo lastimo de una manera en la que Dazai tardaría años en superar. No podía simplemente llorar por algo que él mismo había provocado, incluso si se arrepentía.

✿∆✿

Apenas y podía abrir los ojos, le dolía todo, demasiado, era incluso peor a la vez que el enemigo lo capturo y torturo para que revelará información. Sentía sus párpados pesados; realmente quería dormir un poco más; pero su hija lo necesitaba.

Haneul.

¿¡Ella estaba bien!?

La duda lo invadía, sus párpados apenas y podía abrirlos, era como si algo quisiera que continuará durmiendo. Quiso hablar pero la voz no le salía, quería llamar a alguien, quien sea, pero que le asegurarán que su hija estaba bien.

No podía abrir los ojos, pero podía asegurar que se encontraba soñando, o al menos eso creía. La oscuridad lo embolbia, podía incluso verse a si mismo entre toda la oscuridad. Se sentía perdido. Podía sentir su respiración acelerada e irregular, incluso como las personas se movían a su alrededor, pero no podía hablar o abrir los ojos para verlos. Quiso llorar. ¿Acaso estaba muriendo?, ¿Por qué ahora?, quería ver a su niña, no podía morir ahora.

Poco a poco sentia que se perdía en la inmensa oscuridad, no había ningún rastro de luz que pudiera guiarlo hacia la salida. Estaba asustado, pero conforme iban pasando los minutos podía sentir como su conciencia se perdía entre la oscuridad.

—Dazai.

Podía escuchar a alguien llamarlo, aunque realmente no sabía quién lo llamaba, sin embargo la primera persona que llegó a su mente fue Kunikida, no sabía por qué, pero pensó en él. Quizás por la seguridad que estar junto a él le daba. No lo sabía.

En plena oscuridad, se mantuvo de pie, incluso si solo quería recostarse y dormir. Podría hacerlo, podría dormir un poco.

Si.

Podía descansar un poco.

—Dazai, Haneul te necesita, por favor, despierta.

Haneul.

Es verdad.

Tenía que despertar.

¿Cómo?, ni siquiera sabía dónde estaba, la oscuridad aún lo rodeaba.

Quería irse.

Pensó, aunque en el fondo algo en él quería descansar. Replanteo la idea, ¿realmente quería marcharse?

—Ha-...

Quiso repetir el mismo nombre, pero no podía, sus párpados se sentía pesados, demasiado. El sueño logro que terminara sentado en el suelo, o al menos, lo que aparentaba serlo. Pensó en recostarse y cerrar los ojos solo un instante.

Apoyo la mano en la oscuridad que apenas lo sintió comenzo a espanderse en él. Podía ver como aquella oscuridad terminaría por envolverlo dentro de poco.

¿A donde quería ir?… ¿con quién?

Se recostó completamente en el suelo y sintió como aquella oscuridad terminaba por atraparlo, cerro los ojos, dispuesto a dormir.

No debía preocuparse, ¿verdad? El silencio era una señal de que debía dormir ¿no? Incluso se encontró sorprendentemente cómodo.

Pasaron tan solo unos segundos, pero podía sentir como, poco a poco, terminaba por perder la noción de en dónde se encontraba, o de lo que debería hacer, incluso creía haber perdido la consciencia de su entorno.

Suspiro, sintiendo como, después de tanto tiempo podía simplemente descansar.

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