Confusión sin final

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Tom encontró Aiden en el suelo, en estado de shock y a Jake a su lado, sobándole la espalda.

-¿Qué pasó? -preguntó el policía agachándose para quedar a la altura de su novio.

-James llegó diciendo no sé que de unos mensajes y fotos que supuestamente Aiden le estaba siendo infiel conmigo, ¿puedes creerlo? Intentamos explicarle que estaba equivocado, pero no quiso entender -explicó el peliazul.

-¿Qué fotos?

-No lo sé -dijo Jake, pero apenas terminó la frase, se le ocurrió revisar sus redes sociales.

Entró a Twitter, donde lo había etiquetado en algunas fotos en las que, efectivamente estaba con Aiden en el supermercado, pero solo estaban riendo.

Había otras en las que aparecían caminando en la calle, no era nada comprometedor.

-¿Y por esas fotos vino aquí a decirles infieles? -preguntó Tom, sin dar crédito- se nota que es un inmaduro.

-Eso mismo digo, pero no quiso escucharnos, le creyó a un puñado de desconocidos antes que a nosotros. Qué grandísimo imbécil.

Aiden pareció volver en sí y se puso de pie.

-Tengo que hablar con James -comentó como si nada hubiese pasado.

-¿Estás loco? ¿Viste cómo estaba? ¿Qué tal si te hace algo? -exclamó Jake.

-No lo hará. Él me ama, solo me tiene que escuchar.

Decía esto con la mirada fija, como si estuviera viviendo un sueño o una pesadilla.

-Te acompañaremos -dijo Tom- por si acaso.

-No es necesario.

-Lo haremos de todos modos -aseguró Jake.

Aiden pidió a un taxi, al que los tres se subieron y fueron a la casa de los jóvenes, que no estaba tan lejos. El bicolor llamaba a James una y otra vez, pero no le contestaba.

Cuando llegaron, el moreno justo estaba saliendo con un bolso, mientras escribía algo en el celular.

-James, espera -dijo Aiden bajándo rapidamente, mientras Tom y Jake se quedaban en el auto. Decidieron bajarse un poco más lejos para darles espacio e intimidad.

-Te dije que habíamos terminado.

-James, ¿de verdad le vas a creer a un montón de extraños antes que a mí?

El brasileño lo miró con desdén, aunque tuvo un asomo de duda. Pero era terco.

-Si tienen pruebas...

-Dios, ¿qué pruebas?, ¿esas fotos caminando? ¿Ahora no puedo dar un paseo con un amigo acaso?

James se mordió el labio, pero no dio su brazo a torcer.

-Cuando llegué a casa de Jake, estaban agitados y sudados, ¿crees que soy idiota y no sé lo que estaban haciendo?

-Sí, eres un idiota por sacar conclusiones apresuradas. Estábamos moviendo unos muebles, por eso nos dio calor.

Pero, a pesar de las palabras de Aiden, su ahora exnovio no sabía si creerle. Estaba tan mentido en su mundo virtual, vivía tanto por sus seguidores que estaba cegado por ello.

-Lo siento, pero es tu palabra contra la de mis seguidores. No te preocupes, no diré nada en redes para que no te funen o algo. Pero ya no puedo seguir contigo. Me iré una semana a Brasil, puedes recoger tus cosas de la casa en ese tiempo.

Aiden lo miró, incrédulo y enojado. Realmente valía menos que los fans de James.

-Está bien, como quieras.

Y, sin más, se dio media vuelta y se fue. James dudó unos segundos, pensó en llamarlo, pero se arrepintió y caminó hacia el lado contrario.

Cuando el bicolor dobló la esquina, se encontró con Tom y Jake, que habían estado mirando desde lejos lo que ocurría, por si debían intervenir en algún momento.

-Creo que estoy soltero -comentó el más joven levantando los hombros- así como así, un año a la basura.

Aiden se tapó la cara con ambas manos y se puso a llorar. Jake lo abrazó y Tom lo intentaba reconfortar haciéndole cariño en la espalda.

Después de un par de minutos, el chico se secó las lágrimas.

-Iré a sacar mis cosas -dijo simplemente antes de dar media vuelta para regresar al que había sido su hogar durante todo ese año.

-Espera, ¿dónde vas a ir después?, ¿qué vas a hacer con tus cosas?  -preguntó Tom.

-Voy a llamar a mamá, supongo que volveré a casa con ella mañana.

-Puedes quedarte con nosotros esta noche también -le ofreció Tom.

-No quiero seguir molestando.

-Hey, ya te dijimos que no eres una molestia -replicó Jake -, y no queremos que pases esta noche solo en esta casa.

Aiden continuó caminando y asintió con la cabeza.

La casa estaba tal como la había dejado la tarde anterior, pero al entrar al dormitorio, vio que había mucha ropa tirada, tanto de él como de James. Probablemente, el moreno eligió prendas sin preocuparse de dejar ordenado, para llevarse a Brasil.

El más joven empezó a registrar el armario y sacó toda su ropa, que no era mucha. Buscó una maleta y la guardó. Era bastante austero, y prácticamente todo lo que había allí era de James, así que no tardó mucho en estar listo.

Cuando estaba por salir de la habitación, su teléfono empezó a sonar. Con ilusión lo miró esperando que fuera James, pero el nombre en la pantalla era de Lake.

El chico suspiró antes de contestar.

-Aiden, ¿cómo estás?

-Hola Lake... la verdad es que he estado mejor.

-Vi una publicación de James en redes sociales, ¿pasó algo entre ustedes?

-Bueno...

Aiden no tardó en contarle todo a su amiga, desde la discusión que habían genido el día anterior y el término de su relación hacía un par de horas.

Tom se asomó por la puerta, pero al darse cuenta de que estaba hablando por teléfono, se devolvió al comedor.

-Está hablando por teléfono -le informó a Jake.

-Debe ser Lake, son muy amigos. Y mira lo que puso James en su Instagram.

El peliazul le mostró su teléfono, donde aparecía una historia del brasileño.

"Mejor solo que mal acompañado. Me voy donde sí me quieren", escribió sobre la foto de una maleta.

-Ese idiota -murmuró Tom-. De seguro sus seguidores van a acosar a Aiden para saber qué pasó. ¿No podía guardar su estúpida vida privada?

-Ya, Tom, tranquilo -lo calmó Jake acariciándole el brazo-. Nosotros estaremos con Aiden y le vamos a subir el ánimo. Lo importante es no dejarlo solo, amor.

-Tienes razón. Como siempre.

Ambos se sonrieron y en ese momento llegó Aiden con su maleta.

-Ya tengo todo. Vámonos, por favor.

Espera un poco, un poquito másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora