Espera un poco, un poquito más

Verdades ocultas

Tras casi dos meses de competencia, finalmente Jake quedó en segundo lugar, luego de perder frente a Riya. Sin embargo, se sentía ganador. Quizás no obtuvo el dinero, pero sí se llevó algo mucho más importante: el cariño de sus compañeros y, sobre todo, el de Tom.

Al bajar del autobús y luego de despedirse de Miriam y Ashley, ambos caminaron juntos un par de minutos, tomados de la mano y sin decir nada, en un cómo silencio.

- Y ahora, ¿dónde vamos? -preguntó Jake.

-Donde quieras. Te seguiré a cualquier lado, solo quiero estar contigo -respondió Tom con una sonrisa, que el peliazul imitó.

-Te invito a mi casa... está bien si no quieres venir. Digo, si te parece muy pronto, no lo sé...

-No. Me encantaría.

No demoraron mucho en llegar al hogar de Jake. Después de todo ese tiempo afuera, tenía algo de polvo y nada de comer, por lo que pidieron comida china.

Mientras esperaban a que llegara el repartidor, Tom se dio una vuelta por la casa y notó que estaba muy poco decorada. Era como impersonal, casi como una de esas casas piloto que nadie habita. Pero no dijo nada al respecto.

-Acomódate donde quieras -lo invitó Jake, así que el mayor se sentó en el sillón. Se sentía un poco nervioso, sabía que tenían que conversar y había algo que le había estado rondando desde hace varios días.

Cuando llegó la comida, el peliazul preparó la mesita de centro y comieron mientras conversaban de cosas banales  y de otras que habían pasado en el reality y que Jake, por estar dentro, no pudo ver, mientras que Tom había sido testigo como espectador.

-A todo esto. Hay algo que quiero preguntarte, Jake. Cuando hablaste con Ally sobre lo de tu familia... dijiste que estuviste a punto de hacer algo de lo que te arrepentiste...

El chico dejó su platillo de lado y asintió con la cabeza. Los recuerdos de ese oscuro pasado volvieron a él como un torbellino. Pero esta vez, Tom estaba a su lado.

-Me sentía muy solo. No tenía a nadie a mi lado, ni familia, ni amigos, solo a Miriam, pero aun así... te llamé muchas veces, de verdad te necesitaba. Pero nunca respondiste. 

-Lo siento... -se disculpó Tom, abrazándolo. 

-Quise terminar con todo, lo pensé muy seriamente. Si no hubiera recibido la carta de mi abuela... quizás... no lo sé. No me gusta pensar en eso.

Tom se separó un poco de Jake para juntar sus frentes antes de hablar. 

-Lo siento. Fui un imbécil, un cobarde, tenía miedo de hacerte daño si te veía nuevamente, de que no funcionara y volver a salir herido. Pero no me di cuenta de que te dolía mucho más el no saber de mí. Soy un maldito idiota. Espero que algún día puedas perdonarme de verdad.

El peliazul le acarició el rostro y le dio un tierno beso en los labios.

-Solo quiero que me prometas que no lo volverás a hacer. Si quieres terminar conmigo o alejarte, dímelo, déjamelo claro, no me des falsas esperanzas. No podría soportarlo una segunda vez.

-Te lo juro, Jake. Daré todo de mí para no volver a hacerte daño nunca más. Te quiero tanto, tanto que no te lo imaginas y me siento tan mal de haber tardado todo este tiempo en armarme de valor y decirte lo que siento desde casi la primera vez que te vi. 

-¿Ah, sí? 

-Desde el primer día sentí una conexión especial contigo. Como si toda mi vida hubiera tenido el fin de conocerte, no sé cómo explicarlo. Y te acercaste, me ayudaste, me enamoraste sin siquiera esforzarte en hacerlo. 

-Pero también cometí muchos errores. Desconfié de ti, sobrerreaccioné, fui crédulo y dramático... -dijo el menor con tristeza.

-Eso ya no importa. Lo único que importa es que ahora estamos juntos. Por fin somos tú y yo -replicó el policía antes de darle un beso. Y otro, y otro, y otro.

Jake lo abrazó sobre los hombros y continuaron así, hasta que el sillón se les hizo pequeño. El más joven tomó la mano del otro chico y lo guio a su dormitorio, donde continuaron con sus demostraciones de afecto.

Ahora sí, realmente, sentían el cuerpo del otro. Tom pasó sus manos por la espalda de Jake bajo su ropa y así, poco a poco, fueron deshaciéndose de sus prendas. Ya no había resentimientos ni preocupaciones, solo el cariño que querían demostrarse.

Tiernamente y con cuidado, Jake y Tom se conectaron como nunca lo habían hecho, en actos excitantes y movimientos placenteros. El sudor, sus respiraciones entrecortadas, los suaves gemidos, todo se unió hasta llegar al clímax que dejó a ambos satisfechos.

Al terminar, el peliazul apoyó su cabeza en el pecho de su enamorado, mientras este le acariciaba el cabello.

-Esto sí que es recuperar el tiempo perdido -dijo Tom entre risas.

-Vaya que sí -respondió Jake del mismo modo.

-¿Qué haremos ahora?

-No lo sé, ¿descansar?

-No, me refiero, de ahora en adelante -expresó el mayor.

-Mmmm... ¿Te gustaría mudarte conmigo? Ya hemos vivido juntos antes. Hasta en el apocalipsis -bromeó el más joven-. Bueno, si crees que es muy pronto, está bien, no me molesta. Pero que sepas que está la propuesta sobre la mesa.

-Está bien, vivamos juntos. Nada me haría más feliz -respondió el policía, dándole otro beso en los labios.

Pocos días después, el policía trasladó sus cosas a la casa de Jake y aprovechó de comprar algunas plantas y otros adornos para transformarla en el hogar de ambos. Y, por supuesto, su gata Gabbs se convirtió en la tercera integrante de la pequeña familia.

Ambos chicos  se acostumbraron rápidamente a la convivencia. Después de todo, era real para ellos que ya habían vivido mucho tiempo juntos, aunque en pésimas condiciones, por lo que estar tranquilos en una casa era mucho más fácil.

Sin embargo, había noches en las que Tom despertaba, sin querer, a Jake, debido a las pesadillas que lo hacían revolverse en la cama. El peliazul lo despertaba con suavidad, pero aun así, su novio abría los ojos asustado y con la respiración agitada, así que el otro chico lo abrazaba y le acariciaba el cabello para calmarlo.

Si bien no era siempre, Jake se preocupó y pensó que, quizás, esas pesadillas tenían que ver con el pasado de Tom, pero no sabía cómo preguntárselo sin ponerlo incómodo, ni tampoco quería obligarlo a recordar cosas que, probablemente, estaba luchando por olvidar. 
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N/A: queridos lectores, primero que todo, gracias por sus likes y comentarios que me animan a seguir escribiendo 🫶🏻

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Un beso a todos!