Es lo que soy

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Jake y Tom se miraron con preocupación. Aiden les había contado todo y parecía tan dolido y confundido.

-Aiden, tranquilo, estamos contigo -dijo Jake finalmente- gracias por confiar en nosotros.

El más joven asintió con la cabeza. Ya no lloraba, pero le dolía la cabeza.

-Si quieres te puedes quedar esta noche. Tenemos una habitación de invitados -le ofreció Tom.

-¿Están seguros? No quiero seguir molestando.

-Hey, no nos molesta. Siempre eres bienvenido -aseguró Jake.

Aiden los miró con agradecimiento. Tom lo llevó al dormitorio mientras Jake fue a buscar un pijama para prestarle.

-Le avisaré a James que estás aquí -le dijo Tom, a lo que el chico asintió con la cabeza. No quería hablar con él todavía, pero tampoco quería preocuparlo.

Apenas Tom salió, entró Jake con las prendas.

-Creo que te quedará un poco grande, pero servirá para esta noche -le dijo pasándole el pijama.

-Gracias, Jake -respondió, tomándolo y sentándose en la cama.

El peliazul dudó unos segundos, pero decidió sentarse junto a él.

-Creo que quizás debas explicarle a James lo que sientes. Él no quiso hacerte daño, solo no te entiende.

-Lo sé, pero aun así, duele. No sabes lo que pasé cuando era niño, ni de adolescente. Me sentía atrapado, viviendo una mentira. Pero tuve apoyo de mi mamá, ella me entendió.

-Eso es una suerte.

-Sí... después de mi transición, nos cambiamos de casa y de ciudad. Lo oculté por mucho tiempo, me sentía avergonzado y tenía miedo de que si la gente se enteraba, se alejaran de mí o me dijeran cosas, me acomplejaban mis cicatrices... y James me ayudó a superarlo, pero si me ve como algo que no soy... no sé si podría soportarlo.

Jake volvió a pasar su brazo sobre los hombros de Aiden, y éste se apoyó en su pecho.

-Si fuera por elegir, yo no habría elegido ser gay, así no sería la vergüenza de mi familia -le dijo en tono de broma, y luego siguió más serio- y tú tampoco decidiste ser un chico, es lo que eres y ya, solo que tu cuerpo no te acompañaba.

Aiden asintió con la cabeza. Por un momento había tenido miedo de que Jake tampoco lo entendiera... pero sí lo hizo.

-James te quiere y quizás no comprenda todo esto, pero si se lo explicas bien, estoy seguro de que lo hará.

-Tengo miedo, Jake. Nunca estaré seguro de que me vea como lo que soy o como la chica que mutiló su cuerpo para convertirse en algo que no era.

-Oye, no digas eso. Te haces daño pensando así. Y no creo que él piense eso. Te conoce mejor que todos nosotros, te ama un montón, no te preocupes.

-¿Y si no lo hace? ¿Y si se aleja de mí por mis inseguridades? ¿Y si me doy cuenta de que nunca va a aceptarme realmente?

Jake lo abrazó y le acarició la espalda.

-No pienses eso. Y si sucede, es mejor que lo sepas ahora. Salga bien o mal, sabes que siempre puedes contar con nosotros. No cometas mi error y háblalo con él, explica bien lo que sientes y escúchalo, ¿sí?

Aiden asintió con la cabeza.

Tom se asomó por la puerta y Jake lo llamó con la mirada, así que se sentó al otro lado del más joven y también lo abrazó.

El chico se sintió protegido y en paz. Agradeció tener amigos tan buenos y comprensivos con él.

Al día siguiente estaba más calmado y fue al comedor, donde Jake y Tom ya estaban desayunando. Se unió a ellos y tuvieron una charla liviana y trivial, pero en el fondo estaba algo nervioso por la conversación que tendría con James.

Espera un poco, un poquito másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora