Capítulo VI - Un pedazo del pasado

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Señor Lobo (Wolfgang)

Esa noche después de dejar ir a Wilde, el ambiente en la guarida era casi festivo, Tarántula, Serpiente, Tiburón y Piraña reían y bromeaban, comentando sobre la expresión de sorpresa en la cara del detective cuando le dije que lo dejaría ir. Todos estabamos relajados, sintiendo que habíamos logrado algo grande, aunque en realidad solo era otra maniobra más en su juego con la policía.

— ¿Seguro que fue lo correcto soltarlo? — pregunto Serpiente de repente, interrumpiendo la atmósfera ligera — Quiero decir, ese tipo no va a dejar de meterse en nuestros asuntos, podría traernos problemas más tarde.

Tiburón asintió, cruzándose de brazos.

— Sí, no es como si se fuera a olvidar de nosotros solo porque lo dejamos ir, ese zorro tiene una venganza personal contra nosotros.

Estaba apoyado en una de las paredes del almacén que usábamos como base, solo sonreí de medio lado mientras encendía un cigarrillo, exhalé el humo lentamente antes de responder.

— Wilde es un buen policía, lo admito, pero también es un tipo que está quebrado, lo vimos, ¿no? está perdido, no sabe en qué dirección ir y mientras siga así no es una amenaza real para nosotros.

— ¿Y si recupera su enfoque? — preguntó Piraña, jugueteando con una navaja entre sus dedos — sabes que hay gente que puede reponerse de ese tipo de golpes.

Dejé escapar una carcajada breve y áspera.

— Si vuelve a meterse en nuestro camino, me encargaré de él yo mismo, pero por ahora, no tenemos nada de qué preocuparnos.

Tarántula sentada frente a una computadora, observó las cámaras de seguridad que rodeaban el edificio — No lo sé Lobo, sigo pensando que dejarlo ir podría ser un riesgo innecesario, pero claro, es tu decisión.

— ¿Riesgo? — apagué el cigarrillo en el suelo — Todos los días vivimos al borde del riesgo, pero, ¿saben qué? esa es la diferencia entre nosotros y la gente como Wilde, nosotros no le tememos a eso, vivimos en el filo y hacemos que funcione a nuestro favor.

El grupo asintió, aunque las dudas seguían ahí, especialmente en Serpiente, pero como siempre, confiaba en mi juicio. Yo había demostrado una y otra vez que tenía un control absoluto sobre cada situación, incluso en los momentos más tensos, yo siempre encontraba la manera de salir ileso.

Todos nosotros volvimos a lo nuestro, Tarántula continuó revisando los movimientos policiales y las noticias en su computadora, mientras Piraña y Tiburón discutían sobre el próximo golpe que planeábamos. Pero antes de que pudiera unirme a ellos, mi teléfono vibró en mi bolsillo, lo saqué, frunciendo el ceño pensando si era Crystal otra vez, pero me sorprendí un poco al ver un número desconocido en la pantalla.

— Denme un segundo — les dije a los demás, antes de alejarme a una esquina tranquila del almacén, contesté la llamada con mi tono seco y cauteloso.

— ¿Quién es? — pregunté

Al otro lado de la línea, una voz familiar resonó en mis oídos, provocando una oleada de emociones inesperadas.

— Lobo...

Era Diane, la tensión en mi cuerpo se elevó de inmediato, pero traté de mantener la calma.

— ¿Qué quieres? — pregunté sin molestarme en ocultar la molestia de mi voz, hacía mucho que no hablaba con ella y prefería que las cosas siguieran así.

— Vi las noticias — dijo ella, su tono serio — Otra vez te estás metiendo en problemas, la policía casi te atrapa esta vez. ¿Qué diablos estás haciendo?

Más allá del DELITO - Señor Lobo x Nick WildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora