Capítulo VIII - Detrás del escenario

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Nick Wilde

Salí de la tienda con la cabeza baja, mi mente giraba en círculos con una mezcla de rabia y vergüenza que no podía controlar, los murmullos de mis compañeros comenzaron casi de inmediato, podía sentir sus miradas clavándose en mí, como cuchillos invisibles que perforan mi orgullo, sabía que había visto lo que pasó, Lobo había ganado otra vez y ellos lo sabían.

Y peor aún, yo lo sabía.

— ¿Qué demonios le pasa a este tipo? —escuché a uno de ellos murmurar en tono de burla.

— ¿De verdad pensaba que podía manejarlo solo? —agregó otro, con una risa sarcástica que me hizo apretar los puños.

Judy intentó defenderme, como siempre lo hacía.

—Dejen de hablar así, no es el momento ni el lugar —les dijo con su voz firme pero claramente no lo suficientemente fuerte para detenerlos.

Aunque agradecí el gesto, sabía que no era suficiente, nada lo era, no había forma de defensor lo indefendible, había fallado y no era la primera vez, pero esta vez, sentí el fracaso de una forma más profunda como si me estuviera hundiendo en un pozo sin fondo.

Nos dirigimos hacia el auto para volver a la comisaría, yo me senté en el asiento del copiloto, mientras Judy tomaba el volante, en el retrovisor, podía ver las luces de la policía alejándose de la tienda, sabiendo que Lobo y Serpiente ya estaban lejos, probablemente riéndose de mí, sentía cada segundo del trayecto como una condena silenciosa.

El auto arrancó en medio de un silencio incómodo, pero sabía que Judy no tardaría en hablar, estaba esperando el sermón, las preguntas, lo había sentido venir desde que dejamos la tienda.

—¿En qué estabas pensando Nick? —Judy finalmente rompió el silencio, su tono era suave, pero podía sentir la decepción en su voz— No puedes hacer esto solo ¿Por qué no me esperaste?

Me quedé mirando por la ventana, impidiendo su mirada, quería responderle, pero cada vez que abría la boca, solo recordaba lo que Lobo me había dicho, las palabras resonaban en mi mente, como un eco constante que no podía detener.

"Siempre estás un paso detrás de mí Wilde, siempre reaccionando."

Judy continuó hablando, probablemente esperando alguna respuesta de mi parte.

—Estamos juntos en este caso, ¿recuerdas? No puedes ir por tu cuenta cada vez que Lobo está cerca, esto no es solo tuyo, tenemos un equipo, somos una unidad —dijo su tono más severo ahora— No puedes seguir ignorando eso.

Cerré los ojos un momento y baje mis orejas, intentando alejar esas palabras que me atormentaban, pero fue inútil, todo lo que podía escuchar era la risa de Lobo, la burla en su voz, y esa maldita sensación de impotencia, no importaba lo que hiciera, siempre parecía que él estaba dos pasos por delante.

—Lo sé... —murmuré sin mucha convicción; era lo único que pude decir y ni siquiera sonaba sincero.

—¿Lo sabes? —repitió Judy, con incredulidad— Nick, no puedes seguir actuando de esta forma, me preocupo por ti, ¿entiendes eso?

Me giré un poco en el asiento, mirándola finalmente, podía ver la preocupación en sus ojos, y eso solo hizo que la culpa pesara más sobre mis hombros, ella no lo entendía, nadie lo hacía.

—No se trata solo de atraparlo zanahorias — las palabras salieron antes de que pudiera detenerme, mi voz sonaba más rota de lo que pretendía— No se trata de cumplir con el trabajo, es... — me detuve, incapaz de continuar.

—¿De qué se trata entonces? —preguntó su tono más suave ahora, claramente buscando alguna explicación. Pero ¿cómo podía explicarle lo que ni siquiera yo podía entender completamente?

Más allá del DELITO - Señor Lobo x Nick WildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora