Señor Lobo (Wolfgang)
La vida me trató como un perro callejero, sin dueño y sin rumbo. Mi padre... bueno, llamarlo "padre" era casi una burla, era un hombre cruel, siempre borracho, siempre enojado, y yo, su saco de golpes, mis días eran largos, pero las noches eran peores, porque nunca sabía qué tipo de monstruo abriría la puerta de casa, pero entonces un día, su corazón se rindió.
No sé si fue por el alcohol, el cigarro o simplemente el odio acumulado, pero cayó de rodillas frente a mí, llevándose las manos al pecho, mientras su respiración se apagaba como una vela al viento, no lloré, no grité, solo lo observé; era la primera vez que lo veía frágil, y una parte de mí sintió alivio, otra parte, miedo, porque en ese momento supe que estaba completamente solo.
Los días después de su muerte fueron una pesadilla diferente, nadie me buscó, nadie preguntó por mí, me quedé en la casa unos días, pero pronto me di cuenta de que no había nada para mí ahí, salí a las calle con lo puesto, sin saber a dónde ir, el hambre se convirtió en mi única compañía, y aprendí rápido a buscar comida en los basureros y a robar cuando era necesario, los perros callejeros eran mis únicos amigos; a veces, compartía lo poco que conseguía con ellos.
No tenía un hogar, ni un propósito, solo sobrevivía; era un pequeño cachorro, invisible para la mayoría, pero también un blanco fácil para los que no tenían nada mejor que hacer, me golpearon varias veces, me robaron lo poco que tenía, pero seguí adelante. Porque, ¿qué otra cosa podía hacer?
Era una vida miserable, pero era mi vida. Hasta esa noche.
Estaba lloviendo, y no hablo de una llovizna tranquila, era una tormenta que parecía querer tragarse la ciudad, yo caminaba sin rumbo, empapado, con los pies fríos y los labios temblando, cuando apareció el auto negro.
Era un coche elegante, grande, con las ventanas tan oscuras que no podía ver quién estaba dentro, se detuvo justo frente a mí y mi primer instinto fue correr, pero mis piernas no respondieron, estaba cansado, hambriento, y había algo en ese auto que me daba curiosidad y miedo al mismo tiempo.
La ventana del conductor cayó, y vi a un lobo ártico mayor con ojos azules, con un traje negro impecable, su rostro era serio, casi inexpresivo, pero había algo en sus ojos que me hizo quedarme quieto, me observó por un momento antes de hablar.
— ¿Qué haces caminando solo bajo esta lluvia? — me preguntó
No respondí de inmediato, no sabía qué decirle, solo lo miré, con el agua cayendo por mi cara.
—No muerdo chico, contéstame
Apenas logré murmurar algo, creo que fue una "nada", o algo parecido. Él me observó unos segundos más, y luego extendió su pata hacia mí.
—Sube.
Me quedé congelado, todo en mi interior me decía que no debía confiar en él, pero había algo en su voz que no me daba opción, con cuidado, tomé su pata y subí al auto.
El interior del coche era cálido, seco y olía a cuero, era un contraste tan fuerte con la calle que me sentí mareado por un momento, el hombre arrancó el auto, pero no dijo nada al principio, solo manejaba, mientras yo me acurrucaba en el asiento.
Finalmente, Habló.
—Me llamo Jimmy Crystal ¿Y tú?
Traté de responder, pero mi voz apenas salió, mi nombre estaba enredado en mi garganta, como si lo hubiera olvidado después de tanto tiempo sin que nadie lo usara.
—Habla más fuerte. No te escuché.
— Mi nombre es...— apenas le pude mencionar mi nombre a susurros — creo que ese es.
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Más allá del DELITO - Señor Lobo x Nick Wilde
FanfictionSe dice que el amor te alcanzara tarde o temprano Tu puedes ir a buscarlo o te vendrán a buscar Puede ser legal o ilegal Pero esa es tu DECISION - Un policia - Un ladrón Son como dos polos opuestos, pero al mismo tiempo iguales