PARTE 2

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Los días siguiente de la partida de Filippo las pláticas con mi institutriz se volvieron más largas y confusas, hacia preguntas, pero ella no contestaba a ellas, los exámenes del médico a los que ya estaba acostumbrada fueron aún más dolorosos y denigrantes para mí, aún más cuando Rebecca se encontraba presente. No había visto a mi padre durante esos primeros días, solo sabía que había partido a los reinos vecinos, Lorde no me dirigía la palabra, su madre y Adelyn tampoco, solo para lo que era necesario, la correspondencia de Filippo llegaba cada noche sin falta, pero no podía contestarle por lo agotada que estaba cada día. Me encontraba en otra sesión con mi institutriz, revisaba mi expediente médico en silencio, el té me lo había acabado hace un rato y ya no sabía cómo distraer mi mente.

- Bien – dejo los papeles a un lado – es digna de casarse con un príncipe – suspire aliviada – es pura.

- Que alivio – susurro.

- Aun así, le volverán a hacer este mismo estudio una noche antes de su boda – aclara su garganta antes de continuar- Como ya lo hemos platicado, en está unión su misión es dar una heredera, por lo que la noche de bodas es importante, esto no quiere decir que deba de quedar en gravidez, pero ayuda a consumar el matrimonio y sobre todas las cosas su Alteza complacer a su esposo y que con esto usted pueda tener en el vientre la vida de una heredera más.

- ¿Complacerlo? – pregunto – lo siento, es que yo no sé cómo...

- Su alteza, ¿A escuchado acerca de su noche de bodas no es así? – asiento – creo que por ahí debemos empezar, en está su primera noche como casada usted y su esposo deberán consumar su matrimonio, debe recordar la vez que le explique cómo se dan los bebés, usted lo verá por sí misma alteza- sonríe antes de tomar más té.

- ¿Es necesario consumarlo esa misma noche? – pregunto.

- Claro que si – responde de inmediato – si no, usted no estaría cumpliendo como esposa ni como mujer.

- Pero ...

- Alteza su único trabajo es cargar una heredera en su vientre, usted tiene que hacer lo que su esposo le diga que a él le gusta – me interrumpe – la mujer no siente placer su alteza, solo el hombre.

- ¿Qué pasaría si la mujer...? - no puedo terminar la frase cuando azota su taza contra la mesa.

- Es incorrecto, demostraría que es una mujer que ha estado con más hombres – responde de forma brusca - ¿fui clara?

No respondo, habla de más cosas, pero no puedo prestar atención y ella parece ignorarme, la noche que estuve con Filippo en aquel lago y nuestro último día en el bosque viene a mi mente, la forma en la que mi cuerpo respondió a sus caricias ¿eso estuvo mal? Apenas pude notar cuando mi institutriz se despidió de mí, me quedé un rato más en el pequeño salón de té.

- Su alteza – una de mis damas entra con un sobre entre sus manos – correspondencia para usted.

Miro el sobre, no está firmado por un remitente, simplemente tiene mis iniciales por fuera. Lo tomo con cuidado, espero a que mi dama salga para abrirlo con mis manos temblorosas:

Para mi dulce Azra.

"Las cosas por aquí siguen igual que siempre, mi hermana regreso de viaje, no ha parado de hacer preguntas sobre ti, tu reino y el pueblo, a veces ya no sé qué hacer para que me deje de hostigar, mi madre se ha encargado de quitármela de encima pero no siempre funciona, está emocionada por conocerte, por favor si la conoces perdona su forma parlanchina de hablar.  ¿Cómo estás? No ha contestado a mis cartas, sé que este proceso es mucho más complejo y difícil para ti, lo comprendo, pero espero que estes bien, que estes comiendo como se debe y no hayas enfermado. Ya quiero verte, estoy emocionado, la próxima vez que nos veamos espero que sea para confirmar nuestro compromiso.  Tu padre llega está noche al reino para hablar con mi padre, te prometo que todo saldrá bien, no puedo decirte todos los detalles ahora, pero confía en mí por favor." - FZ.

Corona blancaWhere stories live. Discover now