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Estar dentro de la habitación de Azra no estaba en mis planes, pero jalo de mi muñeca haciéndome entrar para que nadie nos viera, me quede sentado en un sillón de una esquina mientras veía que escogía algo dentro del armario para cambiarse. Todo el cuarto olía a ella, rosas y lavanda, todo se encontraba minuciosamente acomodado, de su gran armario salían miles de telas de colores, los perfumes que usaba, las fragancias para baño y algunos adornos para el cabello estaban sobre el tocador a mi lado. La cama con las sábanas desordenadas y sobre ellas un libro pequeño a medio leer. Después de un rato salió vistiendo un largo vestido rosa sin volumen que resaltaba su pequeña y perfecta figura, apague las pocas velas que alumbraban el lugar quedando solamente a la luz de la luna. Me acerque poco a poco a donde se encontraba para tomar su mano. 

- ¿A dónde iremos? – pregunto. 

- Te lo diré cuando salgamos de aquí. 

 Sin dejarla responder caminamos afuera de la habitación aun con las manos entrelazadas, los pasillos eran alumbrados por la luz de la luna, pero me dedique a aprenderme el camino para poder salir a la entrada trasera que conecta con el bosque. Podía sentir su respiración agitada detrás de mí, de vez en cuando su mano hacia presión en la mía, pero ignorándolo un poco seguimos nuestro camino hasta llegar a la planta baja donde una puerta entreabierta y la voz de mi padre me hizo frenar en seco haciendo que Azra se golpease con mi brazo. La mire y acerque mi dedo índice hasta mi boca, nos pegamos a la esquina del pasillo. 

 - ¿Entonces? ¿Qué opinas Asher? – la voz del rey, apenas lo escucho y Azra palideció dando un paso atrás, la tome de las muñecas para pegarla a mí y sostenerla Tenía sospechas de que Azra le temía a su padre, pero hasta esta noche lo pude confirmar, la manera en la que temblaba era indescriptible. 

- Mi hijo quiere casarse con ella – ahora la voz de mi padre – no será fácil convencerlo de que se casé con la princesa Lorde su alteza. 

- Se cómo mira a Azra, pero, me temo que ella es muy poco para tu hijo, Lorde es una mujer joven, podrían tener hasta 10 hijas para darme herederas – hizo una breve pausa - ¿Cuánto quieres? 

- ¿Disculpe? 

- ¿Cuánto quieres para que Filippo se casé con mi Lorde? – responde. – mi hija quiere a tu hijo, quien soy yo para negárselo. 

- La princesa Azra también es su hija su alteza, y la primogénita. 

- Si, pero ella será fácil de olvidar para la corte, apenas y sale de las cuatro paredes del palacio, Lorde ha viajado a través de los reinos es conocida entre la corte y las familias poderosas – se nota que han estado bebiendo, el rey arrastra las palabras – ella no causara problemas, los exámenes muestran que es una mujer fértil, en cambio Azra es como un perrito en busca de amor, su madre tardo más de tres años en tenerla por genética ella tiene problemas para eso, no creo que tu hijo cargue con eso. 

Me quedo congelado, Azra en mis brazos deja de temblar y se separa de mí, pero mantiene aún nuestras manos unidas. 

- Mi hijo ama a Azra su alteza– mi padre responde inmediatamente – conozco a mi sangre y sé que él no ve a la princesa como una carga. 

- ¿Y si no dejo que se case con ella? – la risa del rey me repugna.

- Entonces yo soy quien comprara a la princesa, pero lo tendré que consultar con Filippo para saber si él está de acuerdo. 

- No cometas los mismos errores que con Dominic, Asher. 

No dejo que escuchemos nada más de esta conversación, tomo a Azra de la muñeca para jalarla hacia la cocina, salimos de aquel sofocante lugar hasta el establo donde un caballo ya está preparado para salir. Tomo a Azra por la cintura para subirla y luego subo yo, el caballo avanza hasta entrar en el bosque rápido para que ningún guardia nos vea, a pesar de la oscuridad me es fácil ver y guiar al caballo por la dirección correcta hasta llegar al lago.

Corona blancaWhere stories live. Discover now