Advertencias:
Algo de historia, rough/rudo, relación previa, viviendo juntos.
Autora: Tuve que leer bastantes One-shots para hacerme una idea de cómo hacerlo, espero que haya quedado bien 🫶
[🔞] Todos los personajes son mayores de edad.
____________________________________De hechiceros y otras adicciones
Vivir con Inumaki no es malo, para nada; pero la angustia a veces consume.
Era el tercer día en el que Inumaki iba a esa misión.
Cuando decidiste mudarte con él no esperabas que tuviera razón, vivir con él sería angustiante.
No era porque era desordenado o siquiera que dejara la tapa del baño alzada, ni siquiera podías quejarte de eso, era más organizado que tú.
Lo que te consumía eran los días enteros que podía pasar en misiones, y tú solo sabrías que murió cuando uno de los hechiceros se dignara a decírtelo.
Por eso todos los días te arrodillabas frente a la cama que compartían, ni siquiera creías en una religión; pero la angustia te consumía tanto que habías empezado a rezar a cualquier cosa que fuera más grande que tú misma y le rogabas que volviera.
Esa noche no sabías nada de él aún, eso era lo peor. Había días en los que podía comunicarse, otros en los que hacía hasta lo imposible para llamarte así sea unos segundos y que sepas que aún vive; pero esa noche estaba por terminar y aún no recibías el mensaje que esperabas.
Estabas envuelta en una sábana, sentada en la mesa de la cocina que compartían con el teléfono en frente tuyo, salías de la aplicación y entrabas con la esperanza de que sea un error de la página.
El último mensaje que habías enviado era un "Te amo, por favor vuelve bien".
El chat estaba marcado sin leer, y tú suspirabas con cierto terror.
No fue hasta que la medianoche llegó, no podías dormir y cualquier ruido te levantaba si es que llegabas a cerrar los ojos; pero fue cuando escuchaste el golpe de la puerta que te levantaste y corriste.
Esperabas lo peor, de hecho podías sentir las lágrimas cayendo ya por tus mejillas.
Cuando abriste, la cabellera blanca te permitió respirar.
Inumaki estaba bien.
Saltaste a sus brazos, con pequeños llantos similares a los de un cachorrito, y lo abrazaste con todas tus fuerzas.
Tus piernas estaban enrolladas en su cadera y tu nariz enterrada en su cuello intentando embriagarte con él, era lo que más necesitabas.Inumaki no dijo nada, solo tomó tus piernas en sus brazos y apoyó su mejilla en tu cabeza con cuidado, acariciando con sus pulgares tus piernas denudas.
No necesitaban nada más, ni siquiera una palabra de bienvenida o una expresión de afecto. Frotaste tu mejilla en el cuello del chico y lo apretaste como si quisieras comprobar que estaba ahí.
Suspiraste, acariciaste su espalda mientras él besaba tu cabello en silencio, ni siquiera el ruido parecía querer interrumpirlos.
Te aseguraste de que estuviera ahí contigo, tocaste su espalda, su rostro, pasaste tu pulgar por sus labios y sonreíste. Él hizo lo mismo, enternecido por ti; por esa cara tan tierna.
Te besó con cuidado, casi como si tuviera pánico de romperte. Y tú accediste al beso con cierto cuidado.
Era un encuentro alivianador, un encuentro de los que no parecían ni deseaban que terminaran.
Tus ojos se cruzaron con los suyos en busca de un poco de reafirmación, mientras él cerraba la puerta de la casa con un leve empujón de su pie.
—Te ves hermosa —es lo primero que dice, como un susurro que no quería romper nada—.
—Tú igual —susurras mientras besas su rostro con cuidado—.
Te lleva a la habitación que comparten, y mete sus manos bajo tu ropa cuando se echa contigo a la cama; su respiración parecen relajarse cuando te puede tocar piel con piel.
Un suspiro sale de sus labios, y te vuelve a besar.
—Te extrañé —susurra suavemente entre besos—.
Tú abrazas su cuello, y lo besas de nuevo, era difícil, angustiante, vivir con el terror de que algo podría pasarle; pero nada que volvía el alivio era inexplicable.
Podías tenerlo entre tus brazos.
Podías mimar su cabello, y él empezaría a besar tu cuello con cuidado.
Tú sueltas una leve risa, sabiendo que su plan era el mismo. Tomaba tus caderas y las presionaba contra él, empezaba a frotar su pelvis con la tuya y los besos en el cuello se volvían más húmedos.
Tu boca se abría emitiendo leves gemidos, y tus manos viajaban a acariciar su espalda en un intento de aferrarte a él.
—Te amo —susurró en tu oído, llevando su boca a la tuya mientras pasaba su mano debajo de tu pantalón—.
Inumaki siempre era suave al empezar.
Su intención era que sintieras todo su amor y no dudaras nunca de lo mucho que te ama.
Con sus besos por tu rostro y sus manos deshaciéndose de tu pantalón, podrías morir en sus brazos y no te importaría.
Estabas en tu hogar.
Cuando se posicionó entre tus piernas suspiraste, pasó su longitud para rozar tu clitoris, quería que disfrutaras al máximo.
Habían pasado mucho tiempo sin verse, la habías pasado mal y no podía perdonarselo.
A veces solo podía pensar en cómo te sentías cuando él estaba en una misión, y se juraba a sí mismo volver vivo para verte otra vez.
Disfrutar de tu carita de extasis.
Sus besos se volvían demandantes mientras se deslizaba dentro tuyo, su lengua marcaba el ritmo sin vergüenza mientras te dejaba acostumbrarte de nuevo a su tamaño.
Él quería que disfrutes cada momento.
Tus manos acariciaban sus mejillas mientras él empezaba un ritmo con sus caderas, tú apenas podías terminar de respirar propiamente.
Él solo te clavaba contra la cama.
Él amaba verte, tu carita de placer mientras lo dejabas tomar el control como él uqisiera, llevando tus manos a tu cabeza y sostenidote en tu lugar.
Tú solo gemías torpemente, él marcaba cada parte de ti y de tu cuerpo, queriéndome recordarte que volvería dejar marcas en ti cuando volviera.
Amaba verte débil, frágil entre sus brazos mientras te masacraba como no podía hacerlo diario.
Él quería asegurarse de que no lo extrañaras, de que pudieras recordarlo cuando tuviera una misión.
Por eso la cama temblaba y empujaba contra la pared sin problemas, él quería que supieras cuánto te amaba.
Los vecinos ya se quejarían luego de los ruidos, esa noche solo quería hacerte suya, como todas las noches que siguieran.
—Te ves hermosa —susurró tomando tus mejillas, tus ojos en blanco mientras recibías toda la longitud entre suspiros húmedos—, ¿te gusta?
Tu asientes mientras cambia la pose, y vuelve a tocar aquel punto que te vuelve loca.
Parecía imposible la forma tan dulce y despiadada de cogerte que tenía.
Vivir con él era angustiante, pero cuando volvías a verlo podías realmente sentirlo.
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Holas, ¿qué tal les pareció? No he escrito mucho de este personaje, así que espero que haya quedado bien 🫂
No olviden votar 🫶
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𝐏𝐔𝐒𝐇 𝐎𝐍𝐄 || 𝐉𝐉𝐊
Random- ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ ꜱᴍᴜᴛ ᴄᴏɴ ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀᴊᴇꜱ ᴅᴇ ᴊᴊᴋ - ᴘᴇᴅɪᴅᴏꜱ ᴀʙɪᴇʀᴛᴏꜱ ꜱᴇ ᴀɢʀᴀᴅᴇᴄᴇɴ ʟᴏꜱ ᴠᴏᴛᴏꜱ, ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏꜱ ʏ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ "ψ(`∇')ψ 𝙀𝙨𝙘𝙚𝙣𝙖𝙧𝙞𝙤𝙨 𝙤𝙧𝙞𝙜𝙞𝙣𝙖𝙡𝙚𝙨 © ɴᴀɴᴀ ɪꜱ ɴᴏᴡʜᴇʀᴇ