𝙂𝙤𝙟𝙤 𝙎𝙖𝙩𝙤𝙧𝙪

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Advertencias:

Diferencia de edad, hermano de tu mejor amigo, pequeña historia, halagos, primera vez, charla sucia.

Autora
Me acuerdo que esto solo surgió porque vi una foto de Gojo en Pinterest, increíble 🤙

Perdón, mi gente. Me perdí por leer, quería aprovechar mi tiempo antes de entrar a otro ciclo académico.

[🔞] Todos los personajes son mayores de edad.
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El hermano de tu mejor amigo

Por algún motivo en las vacaciones de verano no podías dormir, y en la cocina Gojo estaba esperando por ti.

Dar vueltas en la cama se había vuelto aburrido, y la almohada se sentía muy tibia en ambos casos. Era horrible, era molesto.

Tal vez si ibas a por un vaso de agua se calmarían las cosas.

La habitación era cómoda, pero no era cómodo el sonido de la mayor parte de la familia roncando en cada habitación.

Cuando bajas, puedes ver una figura alta y esbelta.

Gojo.

Gojo siempre te había visto como la amiga de su molesto hermano menor, y por ende eras igual de molesta que él. Eran pequeños, había una diferencia de edad innegable entre ustedes.

Cuando ustedes estaban en la secundaria, él ya estaba en la universidad.

Y ahora que tú estabas en la universidad él solo había vuelto por las festividades.

Pero vaya sorpresa se llevó cuando te vio.

Habías cambiado, él podía verlo. O al menos intentaba disimularlo mientras estaba en la cocina, bebiendo un vaso de agua; agua que casi escupe al verte toda desastrosa.

Cabello enmarañado, ojos cansados y labios levemente hinchados porque seguramente estabas haciendo uno de tus infantiles pucheros.

—Buenas noches —murmuras con poca estabilidad de tu voz—.

—Parece que te pasó un auto encima, chiquilla —se burla de ti, aunque su mirada se fue a la camiseta vieja que se deslizaba de tu hombro—.

Lo miras y asientes.

—Es imposible dormir —te quejas, sirviendote un vaso e agua torpemente mientras él se da cuenta de que tus shorts para dormir son ridículamente cortos—.

—¿Por qué crees que te di el sillón —se burla de ti, mientras intenta llevar su atención a otro lugar—?

—Eres cruel —dices, bebiendo del vaso—.

—No, solo soy listo —responde mirando hacia la ventana, pretendiendo no escuchar sus propios pensamientos no tan correctos—.

—Cruel —estableces—.

—Tú eres ingenua —se burla de ti, acercándose levemente—, has crecido mucho.

Lo miras y sonríes.

—Sigo siendo una enana en comparación a ti —te quejas de tu estatura, pero siendo justos, cualquiera sería un pulgar en comparación a Gojo—.

—Una chiquilla muy linda —molesta Gojo, recordándote tus intentos fallidos de conseguir un novio en la secundaria—.

—Cállate —chillas—.

Aunque, él no debía mirarte así. Su hermano siempre estuvo interesado en ti...

—Callame —se burla, acorralandote con su gran estatura—.

—Si sigues así voy a patearte —amenazas; pero siendo sincera te encantaba esa atención—.

—Hazlo —te insitó Gojo, acercandote al mesón de la cocina; era casi inconsciente el cómo quería acorralarte contra algo—.

... Pero no importaba cuánto su hermano te quisiera para sí mismo, siempre notó cómo tus ojos se iban a él una y otra vez.

—Gojo —dices su nombre a modo de amenaza—.

Él solo sonríe y deja sus manos a tus costados en el mármol.

—¿Qué —canturrea—?

Tú lo miras, sus ojos azules están penetrantes, están mirándote más cerca que en todos estos años.

—Te voy a matar —dices sosteniendo su cabello infantilmente—.

—¿En serio —pregunta, sonriendo mientras inclina su rostro y lo acerca más a ti—?

—En serio —intentas sonar amenazante, pero esto solo está logrando que te sientas más tímida—.

—Chiquilla —su tono era casi condescendiente—.

Tú frunces el ceño, aunque eso se te olvida cuando sientes su respiración contra tus labios, los cuales se abren ligeramente. Era como si esperaran un beso.

—¿Tan ansiosa estás por mí —te pregunta, pasando su mano a acariciar tu rosto—?

No puedes emitir palabra, tal vez porque estabas nerviosa o porque la lengua de Gojo se encontraba asaltando bruscamente tu boca.

Te presionaba contra el mesón de la cocina, el mármol chocaba contra tu espalda, seguramente dejando moretones en la mañana.

No tomó mucho de ti para que abraces una de tus piernas en su cadera torpemente.

Él no dudó en absolutamente nada, te tomó de las piernas y te sentó en la mesa, sonriendo.

—Buen provecho —dijo, empezando a besar tu cuello, besos abiertos y que succionaban todo el sabor que podía de ti—.

Tú cubrías tu boca torpemente mientras intentabas no emitir ruido.

Gojo no se molestó en quitar tu ropa inferior, simplemente la movió y enterró su cara entre tus piernas.

—Qué delicioso —murmuró con una sonrisa mientras enviaba la electricidad a tu cuerpo con su lengua—.

Estabas deshaciendote en su boca.

Él succionaba de ti, mientras tú manchabas su barbilla con tus líquidos.

Él quería conseguir todo de ti.

—Eres un mujer muy hermosa —susurra contra tu piel, haciendo que tu piel se erice aún más si es que era posible—.

Mientras tú te retorcías en la mesa en la que hacía poco habías cenado con los padres de tu mejor amigo.

—Haz crecido tan bien —dijo apretando tus caderas, empujandote más contra sí mismo—.

Él iba a halagar cada uno de tus rasgos.

—Estás perfecta para mí —dijo, paseando sus manos por tu cuerpo, tomando cada parte que ahora se diferenciaba de la niña que había conocido—.

Su lengua jugaba de arriba a abajo, izquierda, derecha. Círculos. Repite.

Él solo bebía constantemente de ti, queriendo deshacerte en su boca. Era ridículo lo bien que lo hacía, lo mucho que quería deshacerte.

—Te voy a hacer mía —murmuró contra tu boca cuando te corriste, y no dudó en beber de ti como si fuera la fuente de la vida—.

Ni siquiera te habías recuperado cuando lo viste empezar a bajar su pantalón de pijama.

Esa sería una gran noche.

𝐏𝐔𝐒𝐇 𝐎𝐍𝐄 || 𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora