PROPÓSITO

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8 MESES DESPUÉS.

Me despierto por el sonido de las ventanas de marco de madera grueso de un tono azul oscuro, chocando con las paredes blancas desgastadas, el viento empuja con fuerza e invade toda la habitación hasta golpear mi cara. Levantó las cobijas y colocó mis pies en el rustico suelo frío. Miro a mi alrededor y siento la soledad en los susurros del viento, a mí alrededor solo deslumbran los cuadros: Vincent Van Gogh pintado por Isabella y La mujer con sombrilla de Claude Monet.

Me siento en el escritorio y recuerdo como hace 8 meses decidí dejarlo todo ¿O solo me di cuenta que el mundo ya me había dejado a mí?:

Esa copa de vino tinto no fue la última pero si la más deliciosa, desde entonces ya ninguna sabe igual. Martha entendió mi dolor y me acompaño, yo la acompañe también hasta que el dolor fue tan fuerte y me dejó, ella murió y yo volví a la soledad.

Done toda mi fortuna, no me quede con nada; empecé en ceros, viaje al sur de Francia y hay empecé a vivir en una pequeña habitación, cerca que hay me quedaba un campo de girasoles donde todos los días iba a escribir para terminar LONELINESS, sabia que mis días vivo solo retroceden pero ahora solo me queda seguir adelante.

Todas las mañanas es la misma monotonía ¿Es mi propósito?

Me levanto y miro por la ventana el hermoso amanecer que jamás me cansaré de ver a las 6 A.M. Salgo para escribir y vuelvo para morir en una cama, solo cierro los ojos para soñar en una vida que jamás pude tener, y repito el procesó, día tras día, a veces como, cuando mis pies no se mueven del agotamiento, a veces voy al pueblo para ver como la gente evoluciona y yo me quedo estancando escribiendo mis pensamientos en un papel, a veces vendo pequeños cuentos en el periódico local solo para comprar una cajetilla de Gauloises. Y a veces siento que mi corazón parar ¿Lo has sentido? Deja de reaccionar, el necesita un respiro y yo también ¿Y si morir es mi propósito?

-Para encontrar tú propósito debes perderte, y ya lo hiciste.

-Entonces ¿qué hago ahora?

-Encontrarte. No naciste para ser el hombre más famoso en la tierra, ni para ser el escritor más leído de la época, no naciste para ser el mejor esposo ni un buen hombre, no naciste para inspirar a la gente y mucho menos naciste para ser auténtico y aún así fuiste todo eso. Me inspiraste Stephen.

-¿Yo? Mírame, sólo soy un hombre desgastado viviendo en una pequeña habitación comiendo de mis letras.

-Yo fui lo mismo, un hombre desgastado viviendo en una pequeña habitación comiendo de mis pinturas y aquí estamos, tú lograste ser mejor que yo.

-Jamas seré mejor que tú Vincent.

-Y yo jamás sería mejor que tú así viviera otras vidas más.

Stephen empezó a sentir un fuerte dolor en el pecho, caminó hasta la ventana y tomó un gran respiro.

-Vamos, te quiero mostrar algo.

Stephen agarró el Zelfortret y de abajo de la cama sacó una botella, salió de la casa y caminó por un gran pastizal por unos cuantos minutos hasta llegar al campo de girasoles.

Se adentraron en el campo y Stephen se sentó en medio, dejó el cuadro puesto al lado de una roca para contemplar con él atardecer.

Destape la botella y servi en dos copas Vino Tinto. Sabía que Vincent no podía beber pero la servi de todos modos y la dejé a un lado.

-Gracias por volver.

-Yo nunca me fui.

-Je... - la voz de Stephen era más apagada al pasar los segundos.

-Gracias Stephen.

-¿Por?

-Por regalarme este momento.

Stephen dejó caer la copa de vino y quedó paralizado viendo el cielo.

-No... No justo ahora que volviste.

-Pero si nunca me fui...

El cuerpo de Stephen calló en el frío suelo del campo de girasoles, sus latidos pararon y el sol se oculto.

Vincent continuó viendo el cielo, su brillo se reflejaba en el lienzo con el óleo y solo pronunció:

-Encontraste tú propósito... Tú libertad.

VINO TINTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora