Mas allá de las palabras

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Días después

Daniela decidió tomarse un tiempo para procesar todo a solas, aclarar sus ideas y poder pensar con la cabeza fría. Todo le había caído de golpe: lo de su padre, Milo, por qué Aidan y Ryan le ocultaron la verdad por tanto tiempo. Se sentía traicionada. Sin contar la pelea entre Jonny y Ryan, que no ayudó mucho en su relación con él. Era difícil, y necesitaba tiempo, pensar, saber cómo manejar las cosas y, sobre todo, necesitaba respuestas. Necesitaba saber qué le ocultaba su padre, qué más secretos le estaban guardando. Daniela se estaba quedando en una cabaña que tenían sus padres en las afueras de la ciudad, donde podía estar sola, sin que nadie la molestara.

 Daniela se estaba quedando en una cabaña que tenían sus padres en las afueras de la ciudad, donde podía estar sola, sin que nadie la molestara

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Por otro lado, Tatiana y Angus estaban mejorando su relación. Más relajados, se habían vuelto más cercanos, confiando el uno en el otro y reparando su vínculo que había estado al borde del desastre. Sin importar las peleas, habían vuelto a ser grandes amigos.

Tatiana y Angus estaban sentados en una cafetería tranquila. La luz de la tarde se filtraba a través de los ventanales, y el murmullo de las conversaciones en el fondo creaba un ambiente relajado. Angus revolvía su café con expresión pensativa mientras Tatiana revisaba su teléfono, evidentemente preocupada. No sabía nada de Daniela desde hacía una semana. Daniela le había contado todo lo que pasó, era su persona de confianza. Ella no la traicionaría; sabía que podía confiar en ella, sin importar las circunstancias, siempre serían las dos juntas.

T: ¿Has hablado con Daniela? Levanta la vista, buscando la reacción de Angus.

A: No, desde que Milo le contó la verdad, ha estado... distante. Hace una pausa, tomando un sorbo de su café. La entiendo. Es mucho para procesar. Recuerda el momento en que Milo le confesó a Daniela que eran hermanos, y siente un nudo en el estómago.

T: Sí, pero... ¿por qué Raian y Aidan se lo ocultaron? Suspira, frustrada. Siempre me han parecido tipos leales, pero esto... no sé si tiene justificación. Eran sus personas de confianza y, aun así, la traicionaron.

Angus asiente, pero luego desvía la conversación hacia el presente.

A: Espero que Daniela se tome el tiempo necesario para aclarar sus pensamientos. Todos estamos aquí para ella, cuando esté lista. Cambia de tema con un tono más ligero. Hablando de estar aquí... ¿qué tal si hacemos algo diferente esta noche? Podríamos invitar a Luisa y Sofía.

T: Supongo que está bien. Sus palabras son un poco titubeantes; en el fondo, sabe que es una buena idea.

Al caer la noche, los cuatro decidieron ir a un bar acogedor. La música suave y las luces tenues creaban una atmósfera íntima. Conversaban sobre temas triviales, disfrutando de la compañía, cuando de repente la conversación dio un giro inesperado. Una pequeña discusión surgió entre Tatiana y Luisa cuando Tatiana comentó sobre los riesgos de ser demasiado impulsiva.

T: A veces, creo que deberías pensártelo dos veces antes de lanzarte. No todo puede resolverse con coraje. Dice con tono moderado, pero hay una clara crítica en sus palabras.

L: Responde con una risa seca. ¿Y qué propones? ¿Quedarse sentada esperando a que las cosas se resuelvan solas? No es mi estilo.

Sofía, notando la tensión, intenta mediar.

S: Creo que ambas tienen razón en parte. Depende de la situación, ¿no? No siempre hay una respuesta correcta.

Sin embargo, Angus decide intervenir con un tono más ligero para rebajar la tensión.

A: Vamos, chicas. Todos tenemos nuestro propio modo de lidiar con las cosas. Algunos lo enfrentamos con acción, y otros lo hacemos reflexionando. Al final del día, es cuestión de equilibrio.

Las dos se quedan calladas, y el ambiente se vuelve un poco incómodo. Para relajar la situación, deciden salir a bailar, como estaba planeado desde el inicio. Al ritmo de la música, se sienten más en sintonía, riendo y disfrutando del momento.

A medida que la noche avanza, Sofía y Tatiana encuentran un momento a solas en la pista de baile. Tatiana aprovecha para preguntarle cómo ha estado.

T: No he querido presionarte, pero... ¿cómo te sientes con todo lo de tu ex? Su tono es suave, pero hay un interés genuino.

Sofía baja la mirada, como si las palabras le pesaran.

S: Hay días mejores que otros. Pero... mira de reojo a Luisa, quien ríe en la otra mesa junto a Angus. Ella ha estado ahí para mí de una forma que no esperaba. Es como si supiera exactamente lo que necesito.

T: Sonríe con comprensión. Es bueno tener a alguien así, aunque sea solo como amiga. Pausa, inclinándose un poco más cerca. ¿O sientes que es más?

S: Susurra, casi para sí misma. No estoy segura... pero hay algo. Sus mejillas se sonrojan levemente al pensar en Luisa.

Por otro lado, Angus y Luisa comparten una conversación privada en la mesa. Luisa, con su naturaleza combativa, comienza a abrirse más con él.

L: Le da un sorbo a su bebida. A veces siento que soy una bomba de tiempo. Me cuesta no actuar cuando veo que algo anda mal.

A: Esa energía no es mala, Luisa. Sonríe. Solo tienes que canalizarla. Creo que eso es lo que nos hace ser quienes somos. Daniela es así también, ¿sabes?

L: Sonríe con nostalgia. Quizás por eso la admiro. Baja la mirada, sintiendo un peso en su pecho. Y quizás por eso estoy tan decidida a ayudar a Sofía. Sus ojos brillan al mirar a Sofía y Tatiana bailando juntos, capturando un momento de alegría que contrasta con la tristeza que siente por su amiga.

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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