𝙸𝙸. 𝚈𝚘 𝚝𝚊𝚖𝚋𝚒é𝚗 𝚝𝚎 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊ñé

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𝟑:𝟒𝟓𝐩𝐦𝐕𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬, 𝐧𝐮𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨

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𝟑:𝟒𝟓𝐩𝐦
𝐕𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬, 𝐧𝐮𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨.
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     La oficina publicitaria estaba en pleno apogeo: las ideas fluían como lava de volcán de un rincón a otro, pero Kath y Johan parecían operar en su propio ritmo. Kath, con su energía inagotable y su estúpidamente activa imaginación, estaba en el corazón de todo, con un bolígrafo en mano como su batuta. Desde las primeras horas del día, había completado varias campañas y preparado informes detallados para su clientela. Su eficiencia era brillante, y cada nuevo proyecto bajo su cargo comenzaba a rodar al ritmo del ajetreo. Johan, fiel a su lado, hacía que las cosas parecieran aún más fluidas. No necesitaban palabras para entenderse; una mirada bastaba para que supieran lo que el otro pensaba, eran un buen dúo, de eso no quedaba duda.

     Sin embargo, entre las risas y la presión por cumplir los plazos, Kath notó algo fuera de lugar. A un par de escritorios de distancia, Lissette, su compañera más dulce y cariñosa, trabajaba en silencio, pero algo en su postura la delataba. Su espalda estaba encorvada, sus manos se movían lentamente sobre el teclado, como si cada clic de ratón fuera un esfuerzo. Era el cumpleaños de Lissette, pero nadie más en la oficina parecía recordarlo. Las risas y conversaciones triviales pasaban de largo sin que nadie notara la tristeza en los ojos de Lissette.

     Kath, que había pasado tantos días especiales en soledad, reconoció esa mirada de inmediato. La había visto reflejada en el espejo tantas veces: ese deseo silencioso de ser reconocida, de sentir que alguien se acordaba, que importabas, aunque fuera por un día. Lissette siempre había sido una presencia discreta, como una sombra que trabajaba incansablemente pero sin llamar la atención. Sus aportes eran valiosos, pero no siempre recibían el reconocimiento que merecían. Y ahora, en su día especial, era como si el mundo entero la hubiera olvidado.

—Johan... —Kath susurró, inclinándose hacia él con un brillo determinado en los ojos—. Hoy es el cumpleaños de Lissette, y nadie se ha dado cuenta.

     Johan levantó la vista de su monitor, sorprendido y con un gesto infantil terriblemente adorable.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque lo noto... yyyy la stalkee en sus redes. He estado en su lugar... —respondió Kath, con su voz un poco más baja y suave, mientras mordía su bolígrafo. Se levantó, estirando el cuello y mirando alrededor. Nadie más parecía prestarle atención a Lissette—. No podemos dejar que pase el día así.

     Con una sonrisa cómplice, Johan se unió a su plan sin dudarlo. En su descanso, escaparon a la pequeña pastelería en la esquina. Eligieron los ingredientes para un pastel rápido, algo sencillo pero hecho con cariño y estrés laboral. Mientras mezclaban y horneaban en la cocina improvisada de la oficina, compartían risas y chistes, recordando momentos divertidos y anécdotas de sus vidas cuando eran más chicos. Era un gesto pequeño, pero el corazón que le ponían hacía toda la diferencia. En un momento, una brisa del pasado abordó a la morena... solía hacer esto con Jaden...

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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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Tu Última Ex.Cusa [Libro 2: Growth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora