Rescate

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No fue hasta que Scott habló en plural que Sarai se acordó de Travis pero antes de girar en la dirección por la que había venido se vió rodeada de varias figuras sonrientes de ojos rojos.

- Que nena más guapa ha venido a hacernos una visita.- dijo uno de ellos mientras se relamía los labios.

Los otros asintieron de acuerdo mientras daban lentos pasos hacia Sarai. Hora de actuar.

- Oh por favor. Todos los hombres sois iguales.

Nada más acabar su frase Sarai desenfundó ambas Glock y disparaba a la vez que creaba vínculos a una velocidad asombrosa para ver los puntos débiles. Acertaba en todos mientras esquivaba y golpeaba a los que estaban demasiado cerca. Pronto había acabado con todos ellos. Todos menos uno. Uno de esos demonios la miraba maravillado desde una esquina. Tenía una sonrisa de suficiencia mientras se acercaba lentamente a ella.

- Eres realmente interesante pequeña Ridder. Nunca tuve la oportunidad de conocer a un dahal mujer y mucho menos con tanto poder como tú.- Su sonrisa se ensanchó cuando se detuvo a pocos centímetros del rostro de Sarai.- Serías una gran reproductora.

Sarai incapaz de soportar a ese sujeto por más tiempo levantó la pierna y con todas sus fuerzas dirigió una patada al costado de ese demonio. Él atrapó su pierna con el brazo y Sarai aprovecho el apoyo que eso le brindaba para levantar la otra pierna y dirigir una patada a su otro costado viendo como la sonrisa del demonio se transformaba en una mueca de dolor. El demonio se inclinó cerca del rostro de Sarai para susurrarle al oído.

- Mi nombre es Akash y no deberias haberme tocado con estas preciosas piernas tuyas.

Tras esas palabras Akash desapareció en el aire y ella cayó al suelo cuando el dejó de sostenerla. Sentía un leve cosquilleo subirle por las piernas pero la adrenalina corría por su sangre y lo importante ahora era encontrar a Travis.
Siguió corriendo alrededor del almacén pero no encontraba a su comandante por ningún lado. Intentaba comunicarse por radio pero no conseguía respuesta.

- Aqui West, el comandante Seaside se encuentra en paradero desconocido ¿alguien puede oírme?
Solicito refuerzos y un equipo de rescate para localizar al comandante ¿me oyen?

Sarai estaba cansada de correr y de estar hablando sola. Dos de sus compañeros habían caido y su superior no aparecía por ningun lado. Estaba a punto de ir a comunicarse con la base mediante la radio del coche cuando un montón de cenizas, probablemente de cadáveres de demonios, le llamó la atención.
Cuando se acercó a echar un vistazo un figura tambaleante salió de entre las sombras enfrente suya. Sarai se puso rápidamente en guardia hasta ver el tatuaje de un cuervo en el brazo del sujeto.

- ¿Travis?- preguntó ella desconfiada.

Travis perdió el equilibrio y Sarai corrió a sujetarle antes de que cayera al suelo. Él tenía una herida con muy mala pinta en el abdomen. Tenía que sacarlo de alli antes de que perdiera más sangre. Sarai puso el brazo de Travis alrededor de sus hombros y cargo con todo su peso mientras intentaba llevarle al coche donde el conductor aún debería estar esperando con el motor arrancado en caso de una retirada de emergencia.
Avanzaban a paso muy lento porque a Sarai le estaba costando sostener el musculoso y pesado cuerpo de su comandante. Por su parte Travis parecía estar a un paso de la inconsciencia y apenas ayudaba a disminuir el peso sobre los hombros de su agente.
Cuando llegaron al coche el conductor estaba comunicando por radio que habían tardado demasiado y cuando los vió viniendo abrió los ojos con alivio para después salir corriendo del coche.

-¿Comandante Seaside?- su voz sonaba muy asustada era,  obviamente, un principiante.

- Ayudame a meterle dentro del coche.-le ordenó la chica.

Cuando lograron acomodar a Travis en el asiento trasero y se disponían a subirse ellos una sombra apareció en el camino que iba hacia el almacén.

Vive para morir #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora