"HOW OLD ARE YOU, BABE?"

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El Ocean's estaba a rebosar aquella noche. Marie hizo todo lo posible por servir las bebidas tan rápido cómo le era posible, mientras la gente disfrutaba de la pelea. Ese día tenía lugar una que los aficionados a la lucha libre llevaban tiempo esperando : Wolverine contra el otro tío, Marie nunca lograba acordarse de su nombre.

Sirvió un par de cervezas más, justo en el momento en el que comenzaba la pelea. El otro tío se lanzó contra Logan sin pensárselo dos veces, lo que hizo que este le asestara un puñetazo en la cara dejándolo en el suelo durante unos segundos.

Marie quiso quedarse allí disfrutando de los músculos de Logan moviéndose al compás de sus golpes, pero la barra volvía a estar llena de gente que esperaba por sus bebidas, por lo que tuvo que ir a atenderles. 

Su obsesión con Logan había comenzando desde el primer día que el había ido al bar a tomarse una cerveza. Siempre pedía lo mismo, se sentaba en la misma mesa y no hablaba con nadie. El era un hombre mayor, Marie no supo determinar cuál sería su edad pero si tuviera que apostar diría que tendría unos cuarenta años.

No se sentía culpable porque le gustase alguien que le doblara la edad, a ella siempre le habían gustado los hombres mayores, razón por la cuál nunca conseguía conservar un novio par más tiempo que un par de semanas. Es decir, todos ellos eran buenas personas y cada uno tenía sus más y sus menos respecto al sexo, pero no podía decir que no estaba satisfecha en ese sentido.

Pero necesitaba alguien que le hiciera sentir más, alguien con la suficiente experiencia para que le diera un buen orgasmo. 

Y ese alguien era Logan, estaba segura. Más de una vez se había imaginado con su cabeza entre los muslos, su barba rozando la piel sensible, mientras le hacía ver las estrellas con la lengua.

Estaba sirviendo cuatro chupitos de tequila y un vodzka solo, cuando escuchó los gritos procedentes de donde se estaba desarrollando el combate. Ladeó la cabeza y le vio bajar del ring acompañado de los que habían apostado por que el iba a ser el ganador del combate. 

Al ver cómo se movía el dinero de unas manos a otras, Marie supo que efectivamente, el había sido el vencedor. La gente comenzó a apelotonarse a su alrededor, mientras el se dirigía hacia la barra. Consiguió llegar a ella y pedirle una cerveza, después se dio la vuelta para llegar a su mesa. La gente comenzó a dispersarse tras haberle dado la enhorabuena, hasta que solo quedaron ellos dos en el local.

Logan le dio un trago a su cerveza, mientras Marie observó cómo el líquido bajaba por su garganta resaltando las venas de la misma. Apoyó la botella en la mesa con un golpe seco, a la par que levantaba la mirada hasta ella, pillándola in fraganti.

Se sostuvieron la mirada unos instantes, antes de que ella comenzara a limpiar los vasos que habían salido del lavavajillas para guardarlos en su lugar. Cuando terminó el seguía sentado a la mesa. Inspiró hondo y se armó de valor. Ese era su momento, el local estaba desierto, ambos estaban solos, era su oportunidad para entablar una conversación (aunque fuera corta) con el.

-¿Está ocupado este sitio? -preguntas señalando la silla frente a el-

Logan sacude la cabeza negativamente y le hace un gesto silencioso con la cabeza para que se siente. 

-¿No eres un poco joven para estar en un lugar como este? -preguntó mirándola con intensidad, con una voz profunda y áspera-

Hay un tono burlón en su tono, a la par que divertido, como si quisiera saber cuáles son intenciones solo con mirarte.

-El sueldo es bueno -se encogió de hombros- y necesito dinero para pagarme la carrera -frunció el ceño- además, no soy tan joven como crees

Sus masculinos y venosos dedos se cerraron en torno al cuello de la botella mientras la observaba con curiosidad. 

-Así que no eres tan joven ¿eh? -reflexionó en voz alta- ¿Cuántos años tienes, nena? 

Prácticamente siente su pecho calentándose ante el apodo, el cuál por sí solo suena  entrañable, pero con su tono áspero, adquirió un tono diferente. 

-Veintiuno -murmura obedientemente ante su pregunta-

Logan repite su edad en un susurro mientras le da el último trago a su cerveza.

-Me pregunto qué pensarían tus padres, cariño -masculló- si supieran dónde está su pequeña ahora mismo y con quién está

El rubor acude a sus mejillas ante el comentario. El sonríe al ver cómo reaccionó ante el. Marie no quería parecer una colegiala a su alrededor, pero a veces le resultaba imposible, esta era una de ellas.

-Ya no soy una niña -le recordó, haciendo que su mirada se detuviera en el sonrojo que adornaba sus mejillas-

Su sonrisa burlona solo se hizo más grande a medida que se ponía más roja. Lo encontró entrañable.

-¿De verdad? -alardeó-  A mí me pareces una niña pequeña, princesa cuchicheó- tímida y nerviosa sólo por estar sentada en la misma mesa que yo -expuso- ni siquiera puedes mirarme a los ojos

El apoyó los codos sobre la mesa inclinándose hacia ella, sus ojos verdes paseándose entre sus ojos y su boca. 

-Tal y como yo lo veo, necesitas que alguien te cuide como te mereces -farfulló- alguien mayor, con más experiencia ¿Verdad? -sondeó el- los chicos de tu edad no son capaces de darte lo que quieres -susurró- lo que tanto deseas -continuó- 

Marie traga saliva con fuerza y sin saber cómo encuentra su voz para responderle

-Lo dices como si quisieras ser ese alguien, Howlett 

-Chica lista -se rio entre dientes, satisfecho con su respuesta-

-Lo admito, te he estado observando durante un tiempo -soltó ella- vienes aquí todo el tiempo aunque no tengas ningún combate ese día y bebes solo. Completamente solo. Siempre sentado en el mismo lugar, observando a los demás clientes

Antes de darse cuenta ambos estaban en la parte de atrás de su camioneta. Marie se preguntó cómo era posible que hubiera pasado de ser tan tímida que no se atrevía ni a hablarse si quiera, a estar abierta de piernas en el asiento trasero, mientras el le devoraba como si estuviera hambriento y no hubiera comido en meses.

Logan nunca lo admitiría en voz alta, pero el hecho de estar probando a una chica tan joven le excitaba hasta el punto de querer saltarse los preliminares y hundirse en ella de una profunda y certera estocada.

A los pocos segundos, Marie era un desastre de gemidos y chillidos. Movió las caderas hacia abajo, empujándose contra la boca de Howlett, quien atacaba su clítoris sin piedad. Las ventanas del coche se habían llenado de vapor debido a la que estaba sucediendo en el interior. Marie sintió su bajo vientre apretándose deliciosamente, y apoyó una mano en la ventanilla, mientras enredaba la otra entre los suaves bucles del pelo de Logan.

Un grito escapó de sus labios cuando se corrió sobre su lengua. Logan sonrió dándole un beso en el hueso de la pelvis, haciéndole ver que todo lo que necesitaba era un hombre mayor que rompiera su racha de polvos fallidos.




One Shots : Marvel (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora