Entre El Bien y El Mal

12. Yo y No Nosotros

3 Meses después...

¡La Ciudad de Saltadilla! – Exclamó la voz del narrador – Era un domingo en primavera, todo era alegría, diversión y juegos, las personas salían de paseo con sus familias y las parejas tenían sus citas románticas, sobre todo en centro comercial de Saltadilla, donde había toda clase de entretenimiento donde quiera que voltees a ver, como aquél centro de juegos, por ejemplo...

Las personas dentro del centro de videojuegos entraron en pánico al darse cuenta que los RRB estaba averiando algunas máquinas de juegos, para sacarles todos los tickets que tenían en su interior con la intención de ir a reclamar los premios por las malas.

– Oigan, genios – Mencionó Boomer con ironía – Si saben que podemos llevarnos toda la mercancía de premios sin haber hecho esto ¿verdad?

– Lo sé – Dijo Brick con altivez – Pero es más divertido así.

– Pero...

– Cállate y no me cuestiones, entre más disturbio ocasionemos, la satisfacción es mayor.

– Nuestro hermano, el alma de las fiestas – Dijo Butch sarcásticamente poniéndose del lado de Brick como de costumbre.

No se dijo más y los RRB empezaron a divertirse mientras le arrojaban violentamente todos los tickets al encargado de entregar los premios, Butch, con sus característicos espasmos a flor de piel, lo noquea de un golpe y luego aprovechan para robar todos los premios para meterlos en una gran bolsa y luego salen de ahí, curiosamente, sin hacer explotar el local.

– Bueno, hermanos, parece que no es tan mala idea robar cosas divertidas que no sean de valor de vez en cuando – Dijo Brick.

– Eso no tiene importancia – Dijo la voz de Bombón – Si son cosas robadas, sigue siendo un robo.

– Así es, idiotas – Dijo la voz de Bellota – Tanto que se jactan de ser amantes de los videojuegos y ni siquiera entran a sitios como este para jugar.

– ¡Devuelvan todos esos premios si no se los han ganado limpiamente! – Exclamó la voz de Burbuja.

En eso Burbuja se lanza a arrebatarles la gran bolsa.

– Bien, aquí vamos de nuevo – Dijo Brick.

Dicho esto, empieza otra pelea consecutiva de las PPG contra los RRB. Golpes aquí, ataques allá, una paliza te saludará... hasta que finalmente los 6 terminaron por destrozar todo el centro comercial y luego salieron volando alto en el cielo para evitar destruir más estructuras.

El asunto de los besos en combate ya estaba trillado a esas alturas y que, a consciencia de las PPG, las consecuencias serían enormes (literalmente), procedieron a darles un besito en la mejilla a sus respectivas contrapartes y, para sorpresa de los seis chicos, ya no pasaba nada, los RRB permanecieron en su estatura normal y las sonrisas de alivio no tardaron en aparecer en todos.

– Muy bien – Les dijo Bombón sinceramente como algo positivo, mientas elevaba su mano, pero, como no tenían dedos ni se nota cuando están contraídas, nadie entendió el ademán y la miraron confundidos – Ash... sólo imaginen que tengo un pulgar arriba.

Ahora lo que proseguía era avergonzarlos de algún modo, el problema era que sus ideas de antes ya no funcionarían porque los RRB ya lo habían superado ¿De qué otra manera podrían conseguirlo?

De pronto a Bombón se le ocurrió una idea.

– Oigan ¿Y para qué quieren todos esos premios para empezar? – Les preguntó la pelirroja – La mayoría de ellos son peluches de todos los tamaños.