Cap 2

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Capítulo 2: 𝙏𝙞𝙧𝙤 𝙖𝙡 𝙗𝙡𝙖𝙣𝙘𝙤 𝙮 𝙤𝙨𝙤 𝙙𝙚 𝙥𝙚𝙡𝙪𝙘𝙝𝙚.

No pasaron más de dos minutos para que una coneja eufórica bombardeara al rubio con dudas. 

– ¿Cómo es que terminaste con esos tres? ¡Justo son de los que te hablaba! Me hubiera perdido junto contigo para conocerlos. Dios, que envidia –hablaba con euforia la morena.

– Fue suerte o mala suerte, ¿no lo sé? –dijo Keigo, viendo divertido a la chica.

– Los tres son tan atractivos.

– No sólo eso, sus quirk's son geniales.

– Sí, pero... ¿Qué estaba pasando antes de que yo llegara? ¿Eh? –preguntó curiosa– Se sentía medio tenso el ambiente ahí adentro.

– Bueno, al parecer no le caí muy bien al hijo de Endeavor –respondió esto sonriendo ladinamente.

– ¿Y acaso eso te gusta? ¿Por qué sonríes?

– No es que me guste, pero realmente la dinámica que tuvimos me divirtió. Me daba risa la manera en que se enojaba.

Y tras decir eso, ambas respiraciones y caminar de los jóvenes fueron abruptamente corrompidos, sintiendo presión en sus torsos y bocas con una especie de vendas resistentes.

– ¿Acaso no fui claro con mis instrucciones?

Se escuchó la voz inconfundible, ronca y floja de su profesor. ¿Desde cuándo les venía siguiendo?

Los dos adolescentes con esfuerzo voltearon sus cabezas, de una manera tan lenta, como si quisiesen agregar dramatismo y suspenso a su propia escena de terror, listos para enfrentarse a la autoridad.

– Mmhm –balbuceó la coneja sobre la fuerte tela.

– No me importa las excusas que vayan a inventar, sé que los chicos de ahora son creativos para improvisar justificaciones –habló Aizawa–. La bienvenida es del otro lado, jóvenes. ¿Qué hacen caminando por los pasillos a la dirección contraria?

– Mmhmmh –trataba de hablar ahora Keigo, logrando que el pelinegro les librara sus bocas. Ambos soltaron un suspiro al ser sueltos de aquella telaraña–. No haga tantas preguntas si nos tendrá con la boca tapada –respondió el rubio.

– ¿Crees estar en posición de ser testarudo ahora, Hawks? –interrogó con evidente fastidio, jalando el cuerpo del menor hacia él, clavando sus intimidantes ojos sobre los del alado.

El hecho de que ya se aprendiera su nombre tan rápido sorprendió al ojimiel.

– No, profesor –contestó, encogiéndose en su lugar, removiendo sus brazos encarcelados a su cuerpo.

– Bien, entonces ahora podrás decirme, ¿qué hacían tan lejos de donde claramente les dije que fueran?

– Yo...

– Fue nuestra culpa, profesor Aizawa.

Se escuchó una voz ajena al de los tres, haciendo voltear a todos.

– Tsutsumi –dijo el de vendas–. ¿Su culpa? Me lo creo de ellos dos –señaló al par detrás de la mencionada–. Pero no de ti, explícate.

– Los chicos estaban ahogándose entre el montón de gente, usted sabe como se pone el pasillo principal cuando se trata de ir a cualquier lugar, enloquecen –tras recibir un tenue asentimiento por parte del mayor continuó–. Vimos que se salieron de entre la multitud y los llevamos con nosotros.

El maestro con duda miró a Todoroki y a Shimura con una ceja alzada, mostrando la alta desconfianza que le tenía al dúo, pero a pesar de eso, la chica de cabellos azules nunca le había fallado. Con alta sospecha de por medio y un fuerte suspiro de frustración, aflojo los vendajes alrededor de los cuerpos de los de primer año.

Simple Teenage Life // DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora