El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]

capitulo 21

Capitulo 21

Lev:

Sin soltar los labios de la mujer que gime en mi boca, deslizo con suavidad mis manos por su cintura, acariciando su piel por debajo de la ropa. Ambos estamos temblando, pero hemos llegado demasiado lejos como para detenernos ahora. Yo lo sé y ella lo sabe, no podemos, ni queremos parar. El costo de años de contenernos está pasando factura justo ahora y ya nada puede frenar lo que se ha desencadenado entre los dos.

Una de sus manos acaricia mi pecho por encima de la tela, mientras con suavidad recuesto su espalda sobre mi chaqueta en el césped. Solo me separo un instante de sus labios para quitarme la camiseta sin apartar mis ojos de los suyos. Su rostro resplandece increíblemente radiante, iluminado por el brillo de la luna y sus labios hinchados y enrojecidos por el roce de los míos, la hacen lucir aún más hermosa de lo que incluso ella misma podría llegar a imaginar que es.

Katrina Ivanova es la mujer más malditamente hermosa que jamás he visto, y no soy el único que lo ha notado, lo sé debido a que la han acechado desde muy joven, ya que si bien quienes la pretenden se interesan primordialmente en el poder que adquirirán si la tienen, también lo hacen porque es por lejos, la mujer más hermosa de todo Rusia, no me cabe duda alguna de ello y se que no soy el único que lo ha notado, todos y cada uno de los bastardos que pretenden quitármela también lo saben.

«Lastima por ellos, porque es mia, y solo mia.»

Y mientras la observo, solo puedo pensar en volver a sentir su boca en la mía.

Ella recorre mi torso con la mirada y se que puede ver las marcas incluso detrás de la tinta, lo noto cuando su ceño se junta y vuelve a mis ojos en busca de una respuesta a la pregunta no formulada. No quiero hablar de eso ahora, no cuando por primera vez siento que las cosas van tomando sentido en mi vida, porque todo tiene sentido si la tengo a ella y no pienso arruinarlo ahora, mucho menos hablando del pasado. Pero aun así, antes que nada, necesito asegurarme que está bien con esto y que no se siente incomoda con lo que ve, porque se que no es agradable a la vista.

Le sonrío y suavemente intentando que no note lo tenso que estoy, me acerco sujetando su barbilla con mis dedos, en busca de sus ojos que se llenan de lágrimas cuando siguen mirando las cicatrices de mi pecho y hombros.

—¿Te disgustan?—Pregunto y de inmediato me mira con sus hermosos ojos azules brillando, pero niega con la cabeza y traga saliva intentando mantenerse imperturbable.

—¿Quién te hizo eso Lev?—Susurra deslizando las yemas de sus dedos por encima de las gruesas marcas que sobresalen de mi piel.

Niego con la cabeza y cierro los ojos dejándome llevar por su tacto, repitiendo en mi mente que conozco las manos que me tocan.

Trago saliva mientras la palma de su mano se detiene sobre mi pecho y cuando abro nuevamente los ojos, ella me sonríe con ternura y esa clásica calidez que tanto la caracteriza, luego se inclina hacia adelante, y sujeta mi nuca jalándome hacia sus labios, dejando de lado las preguntas e iniciando el beso que correspondo de inmediato, porque la necesidad que siento de ella en este momento está acabando conmigo.

Deslizo la tela de su top hacia arriba mientras con las palmas de mis manos, corro su suave piel, logrando que sonría en mi boca y después muerda mi labio, haciendo que mi miembro se sacuda entre mis pantalones, que se sienten demasiado ajustados en la entrepierna.

La deseo, la deseo como nunca antes he deseado nada más en la vida. La amo y la anhelo tanto que sin poder contener más el impulso, arremeto besándola con mas desespero devorando sus labios, sin dejar de tocarla.