Capitulo 27
Minutos antes:Lev:
La sombra de los edificios se ciernen sobre mi, mientras atravieso la estrecha calle, avanzando con determinación hacia la parte trasera del descampado, donde según mi informante, se encuentra el bastardo al que estoy cazando desde hace casi una semana. Avanzo cubriéndome entre los altos muros de basura amontonada a cada lado de la propiedad a la que ahora me adentro.
Y desde mi sitio veo como algunos vagos fuman marihuana alrededor de una gran fogata, en la que buscan calentarse, previo a la caída del sol que se esconde poco a poco. Los evado con facilidad rodeando el área en dirección a la parte trasera de los aparcamientos donde se encuentran las casas rodantes.El lugar es un antiguo descampado que antaño fue una gasolinera, hasta que por razones que desconozco, gran parte de la construcción se derrumbo y con el tiempo, acabo como refugio para vagos y maleantes de bajo nivel. Cómo el infeliz bastardo que he venido a buscar.
Observo de soslayo a Yakov que estrecha la mirada, observando el perímetro donde varios sujetos merodean el dónde se esconde la rata de Koslov.
—No estoy seguro de que haya sido buena idea venir aquí así, no sin un plan, sombra.
—¿En serio estás llorando?— Casi me rio.— Trabajo solo Yakov, de hecho ni siquiera se que haces tu aquí —Enarco una ceja y bufa.
—Solo digo que no sabemos cuántos hombres hay allí dentro.— Señala con el mentón justo cuando dos sujetos salen de la destartalada casa rodante.
—Debimos esperar por el rastreador y asegurarnos que no hay mas que vagos en este lugar, ese infeliz lleva tiempo moviéndose en nuestro territorio, podría haberse hecho de algunos amigos que...
—No necesito una jodida niñera.— Lo reprendo— Sasha está de vacaciones con su familia, no iba a llamarlo por algo como esto. Y si te intimidas por unos cuantos vagabundos, o no puedes con el trabajo, lárgate que puedo hacerlo por mi cuenta.
—Soy leal a ti y a la Bratva hasta la muerte. No voy a ir a ningún lado. Solo enfatizaba un punto.
No respondo, solo asiento, miro el reloj en la muñeca y aparto la mirada nuevamente hacia la entrada del rodado, que ahora mantiene la puerta abierta hacia atrás, pero a simple vista no le ve que haya nadie más.
Me prometí, que este trabajo sería el último hasta después de la boda, así que tengo que acabarlo hoy, si o si.
No estaré tranquilo sabiendo que Koslov usa niños para intentar jodernos. El bastardo creyó que podía aprovecharse y utilizar a las personas que trabajan para mí, para que me roben. Mal por el, porque Amara y Amadeo, tal vez solo fueron unas víctimas de la mierda de mundo en el que vivimos, pero Koslov... el es otra historia. se todo de ese hijo de perra, el bastardo busca chicos con problemas y los hace adictos a la porquería que trafica, y luego cuando son dependientes de el para obtener sustancias, los extorsiona para que hagan cualquier mierda por el. Y como están tan metidos en esa mierda, acaban cediendo a cualquier locura que Koslov les ordene hacer, como en el caso de Amara, quien por salvar a su hermano acabo robándome. Ellos no merecían morir, pero este hijo de perra... se merece todo lo que voy a hacerle.
—Avanza. —Ordeno colocándole el silenciador a mi Makarov.
Yakov se adelanta, moviéndose con su rifle en la mano, logra acercarse a uno de los tráilers, pero un sujeto de cabello platinado, sale del interior, obligando a ejecutivo a acelerar ya que no hay donde ocultarse. El otro hombre, camina despreocupado fumando un cigarrillo, pero en cuanto nota al hombre que avanza con el arma en las manos, intenta buscar lo que presumo es un arma en su cinturón, por lo cual reacciono, y desde mi sitio, acabo volándole la cabeza de un disparo rápido y certero que lo manda al piso. El cuerpo cae de un golpe seco al suelo y Yakov me mira por un momento mientras le doy una calada al puro en mi mano libre. Sacude la cabeza y sigue avanzando, mientras lo sigo con el arma en una mano y el cigarro en la otra.
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El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]
Romance-Vuelve a casa pequeña bambi. -Dice dejando salir un suspiro, elevando la mirada hacia el cielo. No respondo, y el tampoco se voltea cuando tomo asiento a su lado, apoyando el peso de mi cuerpo sobre las palmas de mis manos. Elevo la mirada en la m...