capitulo 25

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Capitulo 25


Kat:

Sin soltar la mano de Lev, lo sigo, mientras ambos avanzamos en medio del bosque con dirección a la colina. La noche nos rodea, al igual que los árboles y de no ser por el hombre que sostiene con firmeza mi mano, estaría aterrada de estar aquí a estas horas.

—Lev... ¿A dónde estamos yendo?—Pregunto sin dejar de avanzar, observando a nuestro alrededor, como los arboles se ciernen sobre nosotros, cada que nos adentramos mas hacia el interior del bosque.

Conozco a la perfección la zona, pero aún así, se me hace extraño estar aquí en medio de la noche, este es el sendero que da a la zona más alta de la cascada, desde donde Lev y yo, brincábamos hacia el río, cuando era una adolescente. A Lev siempre le han gustado las alturas y recuerdo que decía que valía la pena la caminata, ya que desde la cima de la montaña, sentía que podía respirar mejor. Aunque sospecho que eso tenía algo que ver con el hecho de que no le gusten los espacios pequeños ni reducidos. Pero eso es algo que Lev jamás reconocerá.

—Estamos cerca amor. No te preocupes. —Su voz suena segura, pero no suelta mi mano ni por un solo instante.

Transcurren cerca de unos diez minutos, en los que seguimos subiendo hacia lo alto de la colina, hasta que de pronto se voltea en mi dirección y me detiene.

—¿Confías en mi amor? —Pregunta enseñándome una venda roja, que sostiene en su mano, mientras con la otra, acaricia mi rostro. Y por pura inercia, mis ojos se cierran, ante el tacto tan delicado y suave de sus dedos en mi mejilla. Sus caricias me envuelven con una facilidad alarmante, enviando mis neuronas de paseo y acabo asintiendo de forma automática.

—Si, confío en ti. —Susurro y el deja un suave beso en mis labios, antes de apartarse y colocar con extremada delicadeza, la tela sobre mis ojos, dejándome completamente ajena al exterior.

—¿Qué...

—Es hora de tu sorpresa amor.

Sujeta mi mano y me guía para que lo siga, lo cual hago, con el corazón latiéndome desbocado dentro del pecho, y la ansiedad extendiéndose por mi cuerpo, al igual que una extraña emoción que me pone el vello de punta. Confío ciegamente en el, pero con los ojos vendados, y en medio del terreno inestable que nos desplazamos, temo tropezarme y en ocasiones, acabo apretando su mano con demasiada fuerza.

Pero de pronto, soy alzada en el aire por unos fuertes brazos, que me hacen soltar un grito de alarma, que es acallado por los labios del hombre que me besa de inmediato, mientras me sostiene en brazos.

—Cariño, enserio tienes que empezar a advertirme antes de besarme así, un día colapsare por la impresión. —Me rio sobre sus labios y siento los suyos extenderse en una gran sonrisa, aún sobre los míos.

—Es la primera vez que me llamas por algo que no sea mi nombre. —Vuelve a besarme, está vez en la comisura del labio y por un momento me paralizo, al percatarme de que tiene razón. Lo he llamado «cariño.» fue completamente involuntario, pero lo he hecho.

El calor que se extiende por mis mejillas y toma todo mi rostro, encendiéndolo por completo, me hacen carraspear y aclararme la garganta con nerviosismo, en tanto agradezco mentalmente al cielo por tener los ojos cubiertos y no poder ver la expresión en el rostro de Lev.

El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora