El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]

capitulo 20

Capitulo 20

Kat:

He pasado prácticamente todo el día evitando verlo, analizando como enfrentarlo porque luego de la confesión de Akim Sakharov, todo lo que puedo sentir son dudadas. Aún no superó que le dispare al hombre, ni que se haya atrevido a intentar atacarnos en nuestra propia casa. Papá estaba furioso y ha enviado a sus mejores rastreadores a cazarlo.

Dimitri no se despega de mi y para poder llegar aquí tuve que escabullirme por la ventana de mi habitación y atravesar el bosque en medio de la noche.

Muy poco prudente de mi parte luego de lo que pasó, pero se que en este momento Sakharov no intentará nada, no cuando tiene a media Bratva buscándolo. Además necesito verlo, necesito hablar la única a persona que puede quitarme todas las dudas, el único que puede darme respuestas.

Lo he meditado todo el día y según dijo Dimitri, estaba demasiado descontrolado cuando supo que nos habían atacado y todo empeoró cuando supo que fue su tío. Ni siquiera quiso verme, solo salió hecho una fiera de la mansión, maldiciendo, pateando y golpeando todo lo que se le atravesaba. Papá dijo que le diera tiempo para que se calme, pero aquí estoy buscándolo pese a que se que tal vez, no es lo correcto. Pero el caso es que Lev siempre ha tenido ese instinto de protección con nosotros, y se que se culpa por no estar presente cuando su tío nos atacó, por lo cual asumo que no lo esta pasando bien, y de verdad necesito aclarar las cosas con el.

Sigo el sendero entre los arbustos con dirección a la cascada, la persona que busco permanece de espaldas con la mirada en la unión del agua que azota las rocas, hasta que me acerco un poco más y voltea observándome por sobre su hombro, antes de volver la mirada al río.

—Es tarde, ¿Qué haces aquí pequeña?

Aun estoy aturdida por la noticia, y la confusión, que pese a que tenia todo un discurso planeado en mi mente, los nervios ahora no me permiten emitir sonido, quiero decirle tantas cosas y a la vez ninguna. Quiero saber, aun cuando se que la respuesta puede no gustarme. No porque estuviera entusiasmada con la idea de casarme. ¡No! Si no porque no sé si estoy preparada para volver a escuchar las palabras que me ha dicho años atrás, pero aún así, mi lado masoquista toma el control, repitiéndome que necesito saber la verdad.

—¿Qué pasa?

Se voltea de pronto, ladeando la cabeza con expresión preocupada, cuando nota que no respondo.

—Es verdad... fuiste tu... tu lo mataste.—Susurro juntando el ceño sin apartar mis ojos de Lev, que me observa fijamente sin decir nada.

Doy otro paso hacia el, sosteniéndole la mirada, mientras eleva el mentón aun sin responder. Aún hay destellos de enojo en su rostro y que lleve el cabello despeinado y los nudillos enrojecidos por lo que sea que haya golpeado me lo confirman, pero aún así insisto, Lev solo me da respuestas cuando lo llevo al límite y en esta oportunidad no pienso quedarme en el limbo, quiero respuestas y las quiero ahora.

—Tu jamás me has mentido...—sigo— no empieces ahora, dime la verdad.— pido y suspira pasándose una mano por el rostro antes de asentir.

—¿Tu cómo sabes que...

—Da igual el como, quiero escucharlo de ti, así que dime la verdad.

—¡Si! Lo hice, yo lo mate—Confiesa. —lo mate y voy a matar a todos y cada uno de los infelices que crean que pueden tenerte.

Su tono de voz calmado no es más que un disfraz que a otros quizás podría engañar, mas no a mi que lo conozco tanto como el a mi.

—Pero, ¿Por qué? Tu dijiste que...