Kat:Mientras observo al chico dormido en el sofá, dejo salir un suspiro, al tiempo en que me acerco con la cobija en mi mano. Pensé que se sentiría más cómodo en una de la habitaciones de invitados, pero mamá dijo que era mejor no despertarlo, y dejarlo descansar. Y a decir verdad, temo que cuando despierte quiera marcharse; pude ver la melancolía con la que nos observaba en la cena y pese a que reía de mis chistes y anécdotas, algo en mi corazón me dice que también pensaba en algo triste. Conozco a Lev, se que hay cosas relacionadas a su familia que lo lastiman, aunque el intente demostrar al mundo que no es así. Realmente no sé que fue lo que pasó con ellos, solo se fueron asesinados y que Lev acabó viniendo a vivir con nosotros. También se que su tío no es para nada su persona favorita. Pero debió haber sido difícil para el, crecer sin sus papás. Ni siquiera puedo pensar que sería de mi de no tener a los míos.
En fin, sea lo que sea, no me agrada la idea de que se marche a un frío y desolado apartamento, que a juzgar por como es el, debe ser oscuro y muy... Lev. Aunque admito que ese no es el único motivo, la realidad es que también me siento bien al saber que está en casa, siempre me ha gustado tenerlo cerca y supongo luego de tanto tiempo eso no ha cambiado. Así que cuidando no despertarlo, con suavidad le quitó el teléfono de la mano y lo dejo sobre la pequeña mesa justo a mi lado.
Vuelvo a mirarlo y está vez, me tomo unos momentos observando su rostro dormido. Ha pasado tiempo, pero sigue luciendo igual de atractivo como siempre, aún con la marca en su rostro, al igual que ese deje de oscuridad y de chico malo que carga, para ocultar que en realidad es tan tierno y cálido como un gran oso de felpa.
Sonrió mientras lo observo dormir, como toda una acosadora de primer nivel, detallándolo. Tiene la cabeza inclinada a un lado y el cabello negro le cae despeinado sobre un lado de la frente. Fijo mis ojos por breves instantes en la cicatriz bajo su ojo y sin quererlo me llevo la mano a ese lugar en mi pecho, donde conservo la pequeña marca que me hizo aquel sujeto que nos atacó a mamá y a mi, años atrás.
Cierro por un momento los ojos y luego vuelvo a abrirlos, apartando el mal recuerdo, y concentrándome en cubrir con la manta el cuerpo del hombre que descansa pacíficamente, y que en medio del sueño suelta un profundo suspiro, al mismo tiempo que se remueve un poco sobre el cuero del sofá, y casi no resisto, la necesidad de apartarle el cabello de la cara, pero temiendo despertarlo contengo el impulso.
Me acerco con intención de cubrirlo, pero mi mirada se clava en su mano otra vez, cuando se acomoda colocándola a un lado de su rostro y el corazón se me acelera de golpe, al ver la goma rosa en su muñeca, la cual no va para nada con el enorme, musculoso y posiblemente espeluznante hombre frente a mi.
Vuelvo a mirar su rostro, y confundida, paso saliva sintiendo una extraña sensación de emoción y calidez que logra estremecerme la piel y que parece filtrase por mís poros, extendiéndose por mi pecho y subiendo por mi cuello, hasta alojárse en mis mejillas.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]
Romance-Vuelve a casa pequeña bambi. -Dice dejando salir un suspiro, elevando la mirada hacia el cielo. No respondo, y el tampoco se voltea cuando tomo asiento a su lado, apoyando el peso de mi cuerpo sobre las palmas de mis manos. Elevo la mirada en la m...