Capitulo 16
Lev:La puerta del despacho se abre de golpe, pero el hombre de pie, junto a la ventana, ni se inmuta cuando doy el primer paso dentro de la habitación. Nunca antes he irrumpido de esta forma en el despacho del Pakhan, pero nunca antes he estado tan al borde del abismo como ahora.
La sola idea de que Mikhael Ivanov, el hombre al que he visto prácticamente como a un padre y a quien admiro tanto, haya sido capaz de entregar a Kat al mal nacido de Yago, me hace arder por dentro, enviando mi poca cordura y mi razonamiento al diablo.
—¿Es verdad? —Increpo de pie al otro lado de la madera del escritorio.
El Pakhan no responde, ni me mira, pero mantiene su mirada en algún punto fuera en el jardín, mientras sostiene el cofre rojo en la mano y un cigarrillo en la otra.
Vuelvo a mirar la caja y aprieto los dientes conteniendo la ira, con la sospecha de que es, lo que lleva dentro.
Ivanov deja salir el humo del cigarrillo y suspira, antes de voltear lento hacia mi. Sus ojos se fijan en los míos y enarcando una ceja me recorre con la mirada.
Se lo que debe estar pensando, mis nudillos están casi blancos, mientras presiono con las manos la madera de la mesa, conteniendo toda la mierda que se me quiere salir y que mi rostro posiblemente no logra esconder. Debo verme como un psicótico demente, pero justo ahora, me vale mierda.
—¿Desde cuándo entras sin tocar muchacho? —Me señala con el mentón—¿Y porque luces como si estuvieras por asesinar a alguien?
«¡Porque lo estoy!»
—¿Es verdad? ¿Kat ha sido prometida en matrimonio?
El Pakhan alza el mentón y junto al ceño, luego juega con la caja en su mano, manteniendo sus ojos sobre mi en todo momento, como si intentar analizarme hasta que asiente en afirmación.
—Kat se casará, si, es un hecho.
Lanza la caja roja hacia mi, la cual que atrapo en el aire, pese a que mis oídos pitan y la rabia, al igual que la decepción, me hacen apretar la mandíbula.
El hombre que he admirado en silencio por años, el cual me crío, resultó ser igual que el ser que me engendro. Ha entregado a su propia hija a ese hijo de perra. Aunque el mismo lo haya confirmado, no puedo creerlo. «no quiero creerlo.» Algo anda mal, el no haría algo así porque si. Me niego a creerlo.
—No. —Farfullo con dientes apretados, estrujando la maldita caja en mi mano. —No... no pasará, no hay manera de que permita que pase.
El padre de Kat que estaba a punto de sentarse, por un momento se paraliza y me mira juntando el ceño, antes de suspirar y dejarse caer en la silla.
—¿No?—alza una ceja—¿Tienes algún alegato al respecto Lev?
La forma en la que formula la pregunta, me hace dudar, porque no se ve molesto con mi arrebato, luce mas bien... divertido.
—Kat no va a casarse con Yago. El no es hombre para ella. Es un maldito que...
—¿Acaso estás desobedeciendo una orden de tu Pakhan Lev? ¿Qué es lo que pasa contigo?
—Con el respeto que usted merece jefe, lo lamento pero no pasará, matare a Yago antes de que vuelva a acercarse a Kat, juro que lo matare.
El hombre no responde, solo me mira manteniendo la postura sería e imponente, tan característica de los Ivanov. No tengo ni puta idea de cómo Yago logro meterse en su cabeza, o que artimaña utilizo para chantajearlo, porque el hombre que yo conozco, no entregaría a su hija como mercancía de feria a un bastardo como Yago.
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El Corazón del Mafioso © Libro#2 Serie "Almas Rebeladas." [SIN CORREGIR]
Romance-Vuelve a casa pequeña bambi. -Dice dejando salir un suspiro, elevando la mirada hacia el cielo. No respondo, y el tampoco se voltea cuando tomo asiento a su lado, apoyando el peso de mi cuerpo sobre las palmas de mis manos. Elevo la mirada en la m...