Capítulo 14

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11:20 am.

01 de noviembre de 2018.

Apartamento de Ezra Miller.

Queens, distrito de New York. Estados Unidos.

Hemos pasado cerca de dos horas en la misma posición, yo sentada sobre los muslos de Ezra tratando de tranquilizarme, mientras que él está recostado contra el sofá y con sus brazos en mi espalda pasando suaves caricias. Fue hasta que escuchamos unos pequeños pasos dirigirse hacia nosotros que nos separamos, yo no podía evitar pensar en que él me acaba de encontrar y en la horrible crisis que acaba de sufrir.

Gire mi cuerpo para mirar hacia el pasillo, era Lily que venía hacia nosotros, se notaba lo apenada que estaba, no puedo creer que ella me haya visto en esta situación, desde mi posición pude notar que ya estaba vestida y llevaba el cabello mojado y, por ende, acababa de salir del baño. Note como Ezra se removió para poder verla de frente, es extraño que yo me encuentre en las piernas de un chico sin tener una intensión más allá de tener algo sexual con él. Desde que había llegado a la universidad había creado una fachada donde solo se hacía lo que yo quería con todo lo que me encontrara a mi paso, y eso incluía a los chicos.

Mentiras, puras mentiras.

–Pensé que ya te habías ido, Aria. – Dijo ella, con la confusión marcada en su rostro.

–Aria, se quedará aquí un rato Lily. No hay nada de qué preocuparse. – Dijo Ezra con un tono tranquilizador y una sonrisa en su rostro, a pesar de que aun podía notar en sus facciones la preocupación de lo que acababa de suceder. Ella solo asintió con una sonrisa y dio media vuelta para regresar a su habitación.

Regresé mi rostro a la posición inicial y quedar de frente a Ezra, no pude evitar fijarme con mayor detenimiento en su rostro y en las pequeñas y casi inexistentes pecas que cubrían su nariz y pómulos. Él al sentir mi mirada, giro su rostro. Quedamos a centímetros de distancia. Cualquiera aprovecharía esto, yo en sus piernas, él con sus manos en mi cintura y nuestros rostros a poca distancia; era obvio que nos íbamos a besar.

Pero nunca sucedió.

Nos encontrábamos en una pequeña burbuja, estamos tan concentrados viéndonos entre nosotros y que por mi parte fue como olvidarme de todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor, de mi pasado y de lo que este pudiera suceder. Solo me encontraba con este chico desconocido que me había salvado y que sabía que o me traería problemas o seria él que me salvaría de toda la mierda en la que me encuentro, y eso ero lo que más miedo me daba. Que se enterara de todos mis demonios.

Él paso una de sus manos por todo mi torso lentamente; como si temiera que lo rechazara; hasta que llego a mi cara, la mantuvo ahí mientras acercábamos nuestros rostros. Sentía su aliento y su exquisita colonia. Pero hasta ahí llegaron las cosas.

Y ahí fue cuando se le dio al maldito celular hacer acto de presencia, empezó a sonar con una insistencia que nos hizo separarnos y yo por mi parte me levante de sus piernas con un poco de incomodidad, para sentarme justo a su lado cruzando mis piernas en el proceso. Él se levantó levemente del sofá en el que nos encontrábamos para poder estirar sus piernas para poder sacarlo de su pantalón, al ver el nombre en la pantalla su única reacción fue tensarse y en su rostro desapareció cualquier rastro de tranquilidad que tenía.

–¿Qué quieres? – Pregunto con brusquedad. Se quedó en silencio, supongo escuchando lo que la otra persona decía. – Ya hablamos de esto, es solo una vez al mes. Fin de la discusión. – Expreso con furia. – Cállate de una vez. No lo voy a hacer Jayden. – Dijo, y no termino de contestar la otra persona cuando ya había colgado.

Me quede en silencio, estaba tratando de darle sentido a esa breve conversación. No entendí de qué manera esa conversación afectaba de esa manera a Ezra.

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