En La Oscuridad

Capítulo 7

9:00 pm.

Halloween.

31 de octubre.

Me habían invitado a la fiesta de Halloween que se hacía anualmente, sinceramente no tenía muchas ganas de asistir. Aún tenía muchas cosas que hacer y Lily hace dos días había enfermado, pero aún no estaba del todo recuperada y me daba mucho miedo dejarla sola con el fin de solo irme a divertir, tomar unos cuantos tragos y si algo enrollarme con alguna chica, sinceramente no valía la pena. Era cerca de las 9 de la noche cuando aún seguía realizando trabajos que tenía pendientes, había empezado realmente muy tarde porque tuve que llevar a Lily a pedir dulces en el vecindario. Estaba tan concentrado que no me di cuenta cuando Lily aun con su disfraz de pirata, se acercó a mi posición.

–¿No vas a ir a la fiesta de Halloween? – Me pregunto mientras se sentaba en el sofá con sus piernas cursadas en forma de indio. Esperaba que no me hiciera esa pregunta.

–¿Por qué aun sigues disfrazada? – Le respondo tratando de desviar el tema de conversación.

–Aun no me quiero quitar mi disfraz, me encanta. – Responde con una sonrisa en su boca y sus ojos brillando con emoción. Había logrado que dejara de preguntar por la fiesta de esta noche.

–Por más que te guste, no puedes dormir con él. Se te dañara. – Le digo mientras dejo de lado mi portátil y la miró de frente.

–No es justo, tú llegarás hasta la madrugada disfrazado, pero yo no puedo tenerlo puesto por más tiempo. – Diablos, sabía que no podía cambiar el tema. –Y no me cambies el tema de conversación, Ezra. – Yo solo rodé lo ojos con cansancio.

–Primero, no iré a la fiesta este año. Segundo, tu eres una niña de 11 años. Y tercero, yo soy tu hermano mayor y tienes que hacerme caso en todo lo que te digo. – Le digo a Lily con mucha seriedad.

–Deberías ir, no tienes que dejar de hacer las cosas que a ti te gustan por mi culpa. – Ella me dice con lágrimas en los ojos.

–No llores por bobadas como esas Lily, podre ir después a otras fiestas. Pero no esta noche, aun sigues enferma y no tengo con quien dejarte no pienso irme porque quiera divertirme un rato. – La abrazo contra mi pecho.

–Ve, yo me quedare viendo películas hasta que me coja el sueño. Tienes que divertirte. – Me dice con una sonrisa en sus labios.

–No iré y no está a discusión, Lily. – Le digo con cansancio en mi voz. No quiero pelear con ella, pero a veces me saca de mis casillas con su insistencia.

–No me cansaré de insistir, no puedes solo perder tu vida por cuidarme. – Oh Dios, en serio creo que ella es la hermana mayor entre nosotros dos. Sin embargo, la ignoro y me dirijo a la cocina por una Coca-Cola.

–¡Tienes que ir! – Volvió a insistir, no una ni dos veces. Llevaba 10 minutos insistiendo para que me fuera de la casa.

–Si tanto quieres. ¡Bien, iré! – Hable con exasperación. Estaba harto de su insistencia, parecía un loro que no dejaba de repetir la misma frase todo el tiempo.

Ella solo sonrió con victoria demostrando que había ganado una discusión. Esto era estúpido, no sé cómo accedí a ir a esta ridícula fiesta. Ahora no se ni que ponerme para ir a la fiesta, necesito un disfraz para poder asistir.

–Tengo tu disfraz perfecto. – Me dijo Lily mientras sacaba mi chaqueta de cuero, mis jeans negros, mis converse blancas y mis gafas de aviador. –Vestido como en los años 50. Al estilo de Elvis Presley. – Dijo con mucho entusiasmo. Yo sinceramente, no tengo ganas de siquiera levantarme de donde estoy sentado.

–Bueno, ¿Qué esperas para cambiarte? – Preguntó mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho. –Ya, tranquila, ya me voy. –Le dije mientras me levantaba y cogía mi nuevo "disfraz".

Ya estaba listo cuando me vi al espejo del baño, no estaba nada mal lo que tenía puesto. Mi hermana me veía con su cara de superioridad que decía claramente "Soy la mejor." De hecho, pienso que tengo una hermana con demasiado ego en su interior.

–Así me gusta, guapo y atractivo. Ahora vete. Adiós. – Me despedí de ella con un beso en la frente.

–Cuídate, ¿Sí? – Le digo mientras la abrazo fuertemente. – No le hables a nadie y quédate en tu habitación. –Le recuerdo como cada vez que salgo y la dejó sola.

–Sí general. – Dice, mientras imita la posición de los militares y al mismo tiempo rueda sus ojos del mismo color que el de mamá, azul cielo.