Capítulo 5

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30 de octubre.

Universidad de New York.

Manhattan, distrito de New York. Estados Unidos.

Eran pasadas las 10 de la mañana, me encontraba sentada en una de las bancas con mesa que tenía la universidad alrededor de todo el campus mientras trataba de leer un libro que me había puesto el Señor Barns de mi clase de mercadeo, pero me distraje pensando en que ya había pasado casi un mes desde que percibí esa extraña mirada de ese extraño chico, no voy a negar que es muy atractivo, pero hay algo en el que me genera cierto nerviosismo con tan solo pensar en su mirada, pero sinceramente no sé el porqué de esto. No negaré que durante este tiempo lo busqué con la mirada muchas veces, no lo volví a ver. Hasta creo que lo imagines, sin embargo, no estoy segura.

Había vuelto mi atención al libro, que estaba tan concentrada en el que no me di cuenta cuando llegó corriendo Michelle, se le notaba que estaba algo agitada, he de suponer que ha estado buscándome por un buen tiempo. Bueno , es , con mucha energía y es alguien que , más específicamente el poder tomar licor gratis sin siquiera gastar un centavo. Que no se note que ama tomar hasta perder la conciencia.

– ¡Aria! – Exclama con entusiasmo. Mientras se sienta a mi lado. – ¡Ya llegaron las invitaciones! – Grita mientras agita sus manos, donde puedo ver que hay unos sobres de color negro. Si, el día de mañana es Halloween, es decir, fiesta hasta que amanezca.

–Pásamela, Michelle. – Le digo mientras estiro mi brazo derecho hacia ella para tratar de tomar uno de los sobres que he de intuir, que uno me pertenece a mí. No puedo evitar decirle con entusiasmo. – ¡Dame mi sobre, ya! – Por el simple hecho de que es la mejor fiesta que hay anualmente, está siempre se supera a sí misma cada año y tristemente es la última vez que voy a estar en ella. Así que tendré que disfrutarla al máximo.

Me la entrego a mi mano con una sonrisa en la boca. – ¿Ya sabes con quién vas a ir? – Me pregunta con un poco de insinuación en el tono de voz que utilizó.

–Aun no tengo a nadie, pero mañana en la fiesta encontraré con quien pasar la noche, no hay porque preocuparme por eso. – Le respondí con una sonrisa en mi boca, pero no pude evitar pensar en ese chico tan extraño. No lo había podido olvidar y lo peor de todo es que ni siquiera su nombre sé.

–Eres terrible, Aria. – Termina diciendo mientras se ríe, ella se levanta de la banca mientras que se despide de mí con un beso en la mejilla. –Nos vemos mañana, Michelle. – Le digo, mientras regreso mi vista al libro que estaba leyendo.

Ella se fue y yo me coloque mis audífonos para poder escuchar mi música favorita música y concentrarme mejor para tomar los apuntes respectivos sobre la lectura, ya que debía de realizar un ensayo para la próxima semana. Me encontraba tomando los apuntes en mi iPad, cuando escuche una serie de gritos, levante la vista y me encontré con que Mike se hallaba en una acalorada discusión con uno de sus compañeros de su carrera, creo que se llamaba Sam o algo así, una cantidad de gente escuchando sus gritos.

Al momento de quitarme los audífonos, logre entender la razón de su discusión en pleno campus, su era por una chica llamada Emily, que he de asumir y por el tono de voz de Mike, estaba saliendo con ella cuando se dio cuenta que se estaba viendo con Sam, y por lo que reclama, definitivamente tuvieron sexo. Así que guarde mi libro el iPad y me centre en su discusión, ya saben, me gusta el chisme.

–¡¿Cómo demonios pudiste meterte con ella?! – Grito Mike, en lo que empujaba a Sam haciéndolo trastrabillar. –¡Tu fuiste el que la manipulo, nosotros estábamos juntos!¡Esta me la pagaras hijo de puta! – Seguía gritando él, por lo visto se estaba empezando a enamorar de ella, aunque claro, eso hacia Mike con todas, las hacia ver las estrellas y lograba hacerlas sentir únicas y a los dos o tres meses, ya cambiaba por otra. – Y ¿cuál es el problema? Me la cogí y ya, supéralo, Mike. Por más que tengas plata y lujos, te quedará en la consciencia que ella me prefirió a mi antes que a ti – Le respondió Sam. Definitivamente, se pasó con ese comentario.

Pero en conclusión, una pelea de faldas, hombres siendo hombres.

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