¿esta mal querer ser el padre de un bebe? (cancelada)

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Finn, el capitán de la familia Loki, había llegado a la sede de la familia Hestia junto a sus ejecutivos, a excepción de su vice capitana, una rubia y una amazona que estaban ausentes. Bell, quien acababa de regresar de una tensa reunión con la familia Freya, recibió a Finn con amabilidad y les ofreció comida y bebida, tratando de mantener un ambiente cordial.

Sentado en la sala, Finn observó a Bell con una sonrisa que parecía más bien un menosprecio.

—Primero que nada, lamento nuestra repentina visita. Espero sepan perdonar la ausencia de mi vice capitana y dos de mis ejecutivas. —dijo Finn, su voz suave pero con un sutil tono de hipocresía.

—No se preocupe, Finn-san. —respondió Bell, sonriendo. —Me gustaría saber, ¿qué lo trae por aquí?

—Directo al grano, siempre me ha gustado eso de ti, Bell Cranel... —Finn se inclinó hacia adelante, su mirada fija en Bell. —Dime, Hestia-sama, ¿estarían dispuestos a aceptar mi ayuda y la de la familia Loki para saldar su deuda con la diosa Hefestos?

Las palabras de Finn hicieron que la sonrisa de Bell se desvaneciera, y su rostro se tornara serio de inmediato.

—¿Bajo qué costo? —preguntó Hestia, su voz firme.

Finn sonrió, extendiendo su mano sin bajar el brazo, como si ofreciera un trato.

—No es nada del otro mundo, Hestia-sama. Solo queremos a... la Renald, ¿se llamaba Haruhime? Bueno, la queremos a ella, y ustedes obtendrán los fondos suficientes para saldar su deuda y así hacer crecer a su familia. Por supuesto, no la maltrataremos; le daremos una buena vida, y podrán ir a verla cuando quieran. ¿Qué piensan?

Un profundo silencio llenó la sala. Syr, quien estaba en la cocina momentos antes de la llegada de la familia Loki, se mantuvo expectante. Pensó para sí misma: "Si me lo piden, puedo saldar esa deuda por Bell-kun". Pero su mente también le decía que la familia Hestia no necesitaba eso.

—Pienso que estás pero recién operado del cerebro... ¿entregar a mi esposa y madre de mi hijo? —dijo Bell, su voz resonando con una mezcla de ira y incredulidad.

Finn abrió los ojos, su mirada afilada como una lanza enfrentándose a la ardiente mirada de Bell.

—Oh, vamos, Bell. No es tan dramático. Solo estoy ofreciéndoles una solución.

—¿Una solución? —replicó Hestia, su tono lleno de desdén. —Lo que propones es un trueque, y eso no es una solución.

—¿No lo ven? —continuó Finn, sin inmutarse. —Si aceptan, podrán enfocarse en crecer. Haruhime estará bien cuidada.

Bell se inclinó hacia adelante, su voz baja pero cargada de furia.

—Te advierto, Finn. Si intentas tocar a Haruhime, tendrás que enfrentarte a fuego

Finn levantó las manos, como si intentara calmar la situación, pero su sonrisa permanecía, una máscara sobre sus verdaderas intenciones.

Finn, con una sonrisa arrogante, se acomodó en su asiento, mirando a Bell con desdén.

—¿Qué va a hacer un nivel 4 como tú contra mí? —preguntó, la burla evidente en su tono. —Lo mejor es que acepten mi trato. Es una oferta que no pueden rechazar.

Bell, que había comenzado la conversación con amabilidad, sintió cómo la tensión aumentaba en su interior. Su expresión se tornó seria.

—¿Y crees que eso es lo mejor para nosotros? —replicó, buscando mantener la calma.

Finn dejó escapar una risa burlona.

—Vamos, Bell. Mira a tu alrededor. Welf, el herrero, es solo un tipo con poco talento. ¿Qué puede hacer en una pelea? Mikoto, ¿una aventurera poco capaz? Y Lili, solo es un apoyo. ¿Qué pueden hacer ustedes contra la familia Loki?