Rachel.
Christopher me dejó en paz cuando me comí un plato entero de fruta, siguió con la Élite perfeccionando cada detalle de la misión. Y lo que más temo es que mi casa se vuelva un lugar para balaceras.
Tengo un miedo instalado en el pecho y la garganta, que no me deja respirar bien. Pero me convenzo de que esto es lo mejor para que mis hijos estén bien. Porque con Antoni suelto, corren demasiado peligro.
Pasan las horas, dónde todos esperamos, algunos más calmados y relajados que otros. Y entonces lo escucho...
Varias camionetas se estacionan afuera y es donde todos se colocan en su posición. Christopher me mira antes de negar y desaparecer tras la puerta de la alacena.
Respiró hondo y me muevo por la bandeja de muffins ya listos para colocar su decoración. Saco una duya y comienzo a decorar, escuchando la música que se supone, serviría para que me encontrará distraída.
Es por eso que no hago nada cuando escucho un pequeño sonido en la puerta. Hackean mi alarma de seguridad y todo el sistema mismo. Sigo en lo mío, incluso cuando los pasos sigilosos comienzan a acercarse.
Ay, Dios, no me abandones en esta.
Cierto chispitas de chocolate cuando terminó el primero. Sigo con el segundo y...
—Aquí estás, principessa...
Brinco ante su voz. Miro hacia el umbral de la cocina, ahí está el, luciendo tan pulcro y elegante... Como si no fuera un maldito asesino, torturador y un hijo de puta.
—¿Que haces aquí? —retrocedo cuando intenta acercarse.
—La Dama de la mafia ya descuido mucho tiempo se puesto, principessa, debes regresar. Y si no regresas por las buenas, será a mi manera...
—No soy Dama de nada. Y no voy regresar a ningún lugar. Estás loco. ¿A tu manera?, ¿Me vas a azotar la espalda con un látigo hasta que me desmaye de dolor y así puedas llevarme?, O mejor aún, volverás a someterme a esa mierda, darás la orden de que se me encierre en el sótano sin comida y sin agua, para que sobreviva a base de tu mierda —mi mano se aprieta en el borde de la barra.
—El Hacoc no es mi mejor creación, amore...
—¡No me vas a tocar ni con tu maldita mano, ni con una jodida aguja!, Métete eso en la cabeza. Y no dudes que el ministro no estará en camino, vete antes de que termines de nuevo tras más rejas...
—El Ministro, ni siquiera sabe dónde estoy, amore, puedes dejar la preocupación de lado, que ni Christopher ni nadie te va a rescatar esta vez...
—No necesito que me rescaten.
Se ríe, produciendome un escalofrío. El miedo que le tengo me supera.
—Vamos, principessa, no me hagas reír.
—¡Caray, yo creí que ya era payaso profesional! —mascullo—. De aquí no me voy a mover. Al menos no de tu mano.
Sonríe.
—No te estoy pidiendo permiso.
—Ni yo avisando.
Antes de que pueda verlo si quiera venir, voy contra el, inyectando el líquido plateado en su cuello.
—Entiende que no eres el rey en este juego de ajedrez. Y sin importar que, la reina es la que da por finalizado el juego, y esa soy yo. Jaque mate, Antoni Mascherano.
En seguida veo aparecer a cinco halcones. Ali Mahala está a su lado.
—Acerquense y le pongo otra —lo coloco de espaldas, pasando mi brazo por su cuello, de esa manera lo puede manipular más rápido.

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𝙼𝚢 𝚋𝚘𝚢 𝚘𝚗𝚕𝚢 𝚋𝚛𝚎𝚊𝚔𝚜 𝚑𝚒𝚜 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛𝚒𝚝𝚎 𝚝𝚘𝚢𝚜
FanfictionFanfic Chrischel Rachel James desaparece debido a las palabras de Alex Morgan, donde le afirma que Christopher Morgan se casará con Gema Lancaster. No espera explicaciones ni justificaciones, simplemente desaparece... Sin saber que el verdadero plan...