Capítulo 4

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El Sombrero Seleccionador: Un Nuevo Comienzo

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El Sombrero Seleccionador: Un Nuevo Comienzo

McGonagall le había explicado que el año escolar en Hogwarts estaba por concluir, quedaban solo cuatro lunas o meses, como lo llamaban allí antes de que todos los estudiantes volvieran a sus hogares. Pero para Rhaenyra, el viaje apenas comenzaba. Hoy sería el día en que finalmente sería seleccionada para su casa en Hogwarts, al igual que Tom, el enigmático joven que parecía estar tan fuera de lugar como ella misma.

Mientras caminaba hacia el Gran Comedor, su guía, la pequeña elfa doméstica llamada Pink, la acompañaba con pasos rápidos y nerviosos. A Rhaenyra le seguía sorprendiendo la existencia de criaturas como Pink, pero cada vez sentía más que lo extraordinario era lo normal en ese lugar. Al llegar a las grandes puertas del comedor, se encontraron con Tom, quien ya esperaba allí.

Él no le dirigió una sola palabra. Con la espalda recta y la cabeza en alto, apenas giró la mirada hacia ella antes de darse la vuelta, indicándole con su silencio que no tenía intención de hablar. Rhaenyra, a pesar de su curiosidad por la actitud fría del joven, decidió que tampoco le importaba demasiado. Si él no quería cooperar, tampoco lo haría ella.

De repente, las puertas se abrieron con un leve crujido, revelando el Gran Comedor ante ellos.

El Gran Comedor de Hogwarts.

Rhaenyra quedó sin palabras.

Era una sala enorme, de proporciones tan majestuosas que le recordaba al salón principal de Rocadragón. Pero aquí todo estaba impregnado de una magia palpable. El techo no era un simple techo, sino un cielo nocturno encantado, oscuro y profundo, salpicado de estrellas brillantes que parpadeaban suavemente sobre sus cabezas. Las antorchas flotaban en el aire, iluminando las largas mesas donde se encontraban sentados los estudiantes de Hogwarts, organizados por sus casas. El aire tenía una fragancia cálida, con un sutil aroma a comida deliciosa y madera quemada.

Rhaenyra sintió que le faltaba el aliento. Aun siendo una Targaryen, criada entre las maravillas de Rocadragón, nunca había visto nada igual.

Los murmullos crecieron entre los estudiantes cuando ella y Tom entraron al salón. Estaban siendo observados por cientos de ojos curiosos, y aunque había visto a muchas personas mirarla a lo largo de su vida como princesa, este tipo de atención era diferente. Aquí no era la heredera de un trono, sino alguien desconocido, alguien nuevo.

Caminó junto a Tom hasta el frente del salón, donde una vieja silla, desgastada por el tiempo, la esperaba. Sobre ella descansaba un sombrero que le resultaba familiar; lo había visto antes en el despacho del director. Rhaenyra frunció el ceño, intrigada. ¿Ese era el famoso Sombrero Seleccionador del que tanto le habían hablado?

McGonagall se acercó y los presentó.

—Estudiantes de Hogwarts, hoy tenemos entre nosotros a dos nuevos miembros. Ellos no solo han venido de muy lejos, sino también en circunstancias especiales. Rhaenyra Targaryen —la profesora la señaló con un gesto de la mano— y Tom Riddle. Ambos serán seleccionados hoy para sus respectivas casas.

La Princesa y el Heredero de SlytherinWhere stories live. Discover now