Capítulo 6

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"El Llamado del Dragón"

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"El Llamado del Dragón"

Rhaenyra se encontraba en el despacho de Albus Dumbledore, rodeada de un ambiente que parecía vibrar con la magia del lugar. Las pinturas que decoraban las paredes hablaban entre sí en un murmullo animado, sus voces entrelazándose en un cántico antiguo que Rhaenyra encontraba fascinante. Sin embargo, no les prestó demasiada atención, absorta en sus pensamientos sobre su nueva vida en Hogwarts.

Fue entonces cuando Dumbledore entró desde una habitación oculta tras unas escaleras de caracol. Su presencia iluminó el espacio, y Rhaenyra sintió una extraña mezcla de tranquilidad y curiosidad al verlo.

—Rhaenyra, me alegra verte —dijo Dumbledore con una sonrisa cálida, aunque sus ojos, tan profundos como el océano, contenían una sabiduría inquietante—. ¿Cómo te va?

—Bien, profesor —respondió ella, controlando su tono para no revelar demasiado—. Todo es... diferente a lo que conocía, pero me estoy adaptando.

Dumbledore asintió, pero Rhaenyra notó cómo su expresión se tornaba más seria, como si lo que estaba por decir pesara sobre sus hombros.

—Me alegra saberlo. Sin embargo, Rhaenyra, hay algo que debes tener presente. —El aire en la sala pareció volverse más denso cuando pronunció las siguientes palabras—. Tom Riddle ha estado demasiado cerca de ti... más de lo que debería estar. Te lo digo con preocupación: ten cuidado con él.

La advertencia cayó como una losa sobre Rhaenyra. Podía sentir la gravedad en la voz de Dumbledore, pero algo en ella se resistía. Tom era misterioso, sí, pero ¿era realmente el peligro del que todos la advertían? ¿Podría ser que, al igual que ella, fuera simplemente incomprendido?

—¿Por qué todos me advierten sobre Tom? —preguntó, sus ojos fijos en los de Dumbledore, buscando respuestas más allá de las palabras vacías—. No es la primera vez que escucho esto. Pero... no lo veo como los demás lo hacen.

Dumbledore se acercó, sus ojos brillando con una intensidad tranquila, como si estuviera sopesando cuánto decirle.

—Es natural que encuentres intrigante a Tom, Rhaenyra. Él tiene un carisma que atrae, una inteligencia que impresiona. Pero es precisamente esa inteligencia, junto con su ambición desmedida, lo que lo hace tan peligroso. —Su voz se volvió un susurro, como si el propio despacho pudiera escuchar—. Lo que lo convierte en alguien a quien no se debe subestimar es que su oscuridad no es algo circunstancial... está enraizada en lo más profundo de su ser. Tom es capaz de cualquier cosa para lograr lo que quiere, y no tiene reparos en destruir a quienes se interponen en su camino.

Rhaenyra sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de Dumbledore resonaban, pero había algo en ella que aún dudaba. ¿Podía ser que el director, tan acostumbrado a ver lo peor en la gente, estuviera equivocado? ¿O, peor aún, que Tom la estuviera manipulando sin que ella lo notara?

La Princesa y el Heredero de SlytherinWhere stories live. Discover now