Antes no tenía a quien amar
Mucho espero por alguien especial
O alguien a quien darle lugar
Alguien como tu tan linda y diferente
No puedo ahora sacarte de mi mente
Ahora pienso en ti a cada instante
Ya encontre a la persona que esperaba
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El sol se estaba poniendo, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y morados, mientras Bakugo y Mei se acomodaban en la sala de estar del palacio, rodeados de la calidez del hogar que habían creado juntos. El bebé dormía plácidamente en su cuna, envuelto en mantas suaves que Momo había traído.
—¿Ya pensaste en algún nombre? —preguntó Bakugo, mirando a Mei con curiosidad. Aunque había estado enfocado en la batalla y las responsabilidades del reino, el tema del nombre del bebé había estado rondando su mente desde que había llegado al palacio.
Mei se mordió el labio, una costumbre que había desarrollado en sus momentos de reflexión.
—He estado pensando en eso —dijo, su voz suave y melódica—. Quiero que el nombre de nuestro hijo sea significativo, algo que lo represente a él y a nosotros.
Bakugo asintió, sintiendo que el peso de la decisión era mayor de lo que había anticipado. Sabía que el nombre que eligieran llevaría consigo un legado.
—Me gusta la idea de algo que tenga fuerza, como él —dijo Bakugo, su mirada firme—. Tiene que ser un nombre que lo haga destacar.
Mei sonrió ante la emoción de su esposo.
—¿Qué te parece si usamos parte de nuestros nombres? —sugirió, pensando en las posibilidades—. Bakugo… y Mei… podríamos hacer una combinación.
Bakugo reflexionó sobre la idea.
—¿Qué tal “Koumei”? —propuso, jugando con las sílabas—. Tiene un buen sonido.
—Es bonito —respondió Mei—. Pero tal vez podríamos usar algo más tradicional. ¿Qué piensas de “Hiro” como parte de la combinación? Significa “abundancia”, y espero que siempre tenga lo que necesita.
Bakugo frunció el ceño.
—“Hiro” suena bien, pero no estoy seguro si “Koumei” es lo suficientemente fuerte. ¿Qué tal “Hiroshi”? Eso significa “generoso” —sugirió, sintiendo cómo el nombre resonaba con él.
Mei asintió, pensativa.
—“Hiroshi Bakugo” suena bien, pero… ¿qué tal si le damos un nombre que represente su herencia elfa? —dijo, sus ojos brillando con emoción—. ¿Qué te parece “Eirian”? Significa “hermoso” en el idioma élfico.
Bakugo sonrió, impresionado por su idea.
—“Eirian” tiene un buen sonido. Tal vez “Eirian Hiroshi Bakugo” suena bien —dijo, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
Mei se iluminó al escuchar la propuesta.
—Me encanta. Tiene fuerza, y a la vez es hermoso. Además, representa ambas partes de su herencia. —Miró hacia la cuna, donde su hijo yacía en un sueño profundo—. Eirian Hiroshi Bakugo. ¡Es perfecto!
Bakugo sintió una oleada de felicidad al saber que habían encontrado el nombre adecuado.
—Estoy de acuerdo. Es un nombre que llevará con orgullo —dijo, sintiéndose satisfecho con la elección—. Estoy seguro de que se convertirá en un gran hombre.
