esta escena toma lugar luego de presenciar la muerte de junghwan al comienzo de la historia.
eunsang corría por los pasillos oscuros y retorcidos de la mansión, su respiración era un caos de jadeos mientras el eco de sus pasos retumbaba contra las paredes de piedra. el corazón le latía desbocado en el pecho, como si quisiera escapar de su cuerро, empujado por el terror puro que lo impulsaba a seguir adelante. no podía dejar de pensar en la imagen que acababa de presenciar: el cuerpo de junghwan, inerte y cubierto de sangre, abandonado en medio del salón.
el frío metálico de las tijeras, que había escuchado detrás de él minutos antes su cabeza. estaba cerca y tenia que huir.
doblando una esquina apresuradamente, casi cayó al suelo. al frente, vio una puerta entreabierta, con una luz cálida que escapaba por el borde, como un faro de esperanza en medio del horror que lo rodeaba. sin pensarlo, se lanzó hacia la puerta, empujándola con todas sus fuerzas.
al otro lado, la pequeña sala estaba sorprendentemente tranquila. parecía un refugio acogedor, una antítesis del caos del resto de la mansión.
una chimenea encendida iluminaba el espacio con su luz anaranjada y cálida, y frente a ella, sentada en una silla tapizada, estaba la señora lim, impecable y tranquila, como si nada malo hubiera sucedido.
eunsang, con el cuerpo temblando de agotamiento y miedo, se tambaleó hacia ella, el llanto atorado en su garganta.
—s-señora lim... —balbuceó eunsang, su voz quebrada mientras se quedaba de rodillas sobre la alfombra, totalmente agotado— está aquí... él... lo mató... va a matar a todos...
las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras hablaba, las imágenes de junghwan regresaban a su mente una y otra vez.
la señora lim levantó la mirada lentamente, como si los gritos desesperados de eunsang no fueran más que un leve murmullo para ella. su rostro, con esa serenidad perpetua, no mostraba ni una pizca de sorpresa ni de miedo. al contrario, había algo inquietante en lo calmada que se veía.
—eunsang, cariño —dijo con una voz suave y casi maternal, levantándose de su asiento—. no te preocupes, estás a salvo aquí. no hay nada que temer.
eunsang, todavía jadeando y reincorporandose, dio un paso atrás, inseguro. algo en la actitud de la señora lim no cuadraba: ¿cómo podía estar tan tranquila? ¿por qué no reaccionaba al saber que había alguien asesinando personas en la mansión?
—pero... pero... ¡está aquí! —insistió eunsang, con el terror aún marcando cada palabra, y llevo ambas manos a los hombros de la mayor— ¡va a encontrarnos, tenemos que buscar al señor... a sihun y a seongjun, e irnos!
boah se acercó a eunsang con pasos lentos pero decididos, su rostro iluminado por la luz parpadeante de la chimenea. había algo profundamente perturbador en la forma en que la mujer se movía, como si cada uno de sus movimientos estuviera cuidadosamente calculado. colocó una mano firme sobre el hombro de eunsang, quien sintió el peso de ese gesto, como si estuviera siendo apaciguado por un depredador.
—tranquilo, querido —repitió, su voz un murmullo sedante—. nadie te va a hacer daño. aquí estás seguro, conmigo.
el menor respiraba entrecortadamente, su mente era un torbellino de confusión, ¿por qué no estaba haciendo nada? ¿por qué no estaba ayudándolo a escapar? quiso apartarse, pero su cuerpo estaba demasiado agotado para reaccionar como deseaba. la mujer lo condujo suavemente hacia una mesa en el centro de la sala, donde una pequeña tetera de porcelana blanca descansaba sobre un mantel impecable. eunsang parpadeó, aturdido, mientras la señora lim servía una taza de té, su rostro imperturbable, como si esta fuera otra noche normal en la mansión.
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la torre del reloj | bdc
Fanfictioneunsang, sihun, junghwan y seongjun están por ser adoptados por un millonario. al llegar, la esposa del señor los hace esperar mientras va a buscarlo, pero tarda mas de lo esperado, lo que los preocupa. eunsang se ofrece a investigar, pero al salir...