Un niño especial con una familia maravillosa

Capítulo V

Los padres del psiquiatra y los de su esposa, llegan al hospital

Informados por su hijo, los padres del psiquiatra, llaman a sus consuegros y juntos deciden ir a brindarles apoyo moral...

Al llegar al sanatorio, se reúnen con sus hijos en la recepción.

- Hemos decidido llevarnos a vivir con nosotros a Dulce María y al niño, señaló el psiquiatra.

- Es una gran noticia, hijo, afirmó su padre.

Mientras, los padres de Isabel Sofía se abrazaron.

Cuando todos entraron a la habitación, la joven parturienta sintió una emoción jamás vivida. En un instante se vio arropada por una familia.

El recién nacido pasaba de unos brazos a otros, lo que ilusionó a la primeriza.

- ¿Cómo se llamará?, preguntó la madre del psiquiatra.

- Se llamará como su padre: José Antonio; respondió Dulce.

Con la firme convicción de que llevarlos a su casa era la mejor opción, toman algunas decisiones un tanto drásticas.

Con una orden judicial en mano, un juez, un alguacil, dos policías, el psiquiatra, su papá y su suegro, se presentaron en la residencia del padre del niño.

- Esta orden judicial nos autoriza a sacar de esta residencia todas las pertenencias de la señora Dulce María y del hijo de ella, informó el juez.

Con una lista en mano, escrita por la joven, recogieron todo lo indicado.

Al ver que la cunita y su ropita no eran de calidad, deciden regalarla al hospicio local.

En el centro de la ciudad hicieron varias compras, tanto para el niño como para la madre.

- Tendrán que contratar a otra mujer de servicio, expuso la mamá de Sofía.

- Yo les mandaré a tu nana, dijo la mamá del psiquiatra.

- Esa es una excelente idea, respondió él.

Esa nana llegó a su casa con solo 14 años. Mintió sobre su edad y la contrataron para cuidar al niño recién adoptado. Durante 35 primaveras ha estado con esta familia. Actualmente, está casada y tiene tres hijos.

El piano de Dulce María lo ubicaron en el salón principal de la mansión.